Desde hace unos años, la Premier League se transformó en una de las ligas más poderosas y la que reparte más dinero por la televisación. Sin embargo, éste poderío que muestra en el torneo doméstico no lo pudo plasmar a nivel selección, donde solo cuenta con el título de 1966 y que ésta bajo sospecha por las declaraciones de Joao Havelange, quien expresó que «Inglaterra en 1966 y Alemania, ocho años después, fueron beneficiados«.

Es una realidad que la globalización y el presupuesto que manejan los equipos de la Premier, influye directamente en la aparición de promesas inglesas. Más allá de esto, donde la liga local sigue en constante crecimiento gracias a la «constelación» de grandes figuras, Inglaterra tomó Rusia 2018 como el inicio de un proyecto que ya tiene en las conquistas de los mundiales Sub 17 y Sub 20, además del tricampeonato del Torneo Esperanza de Toulon, las mieles de lo que se viene.

Regresando a la actualidad, Gareth Southgate tiene la mente puesta en poner a su selección en los primeros planos. La primer meta, a corto plazo y más «dramática», es superar la primera fase y borrar el fracaso en Brasil 2014, donde se volvió rápidamente y vio como Uruguay y Costa Rica se quedaban con un grupo que lo tenía como favorito. Con el 6-1 ante Panamá, y el anterior contra Túnez, esto es una realidad. Pero el triunfo sobre los centroamericanos no significó solo conseguir un lugar en los octavos, sino también se transformó en el triunfo más abultado en los mundiales para el combinado anglosajón.

Harry Kane, que con su un triplete se coloca como el goleador provisorio del mundial, John Stones con un doblete sorpresivo y Jesse Lingard pusieron sus apellidos en los libros del fútbol inglés en la máxima goleada en actuaciones mundialistas. Para encontrar el partido donde Inglaterra anotó la mayor cantidad de goles en un partido, hay que retroceder varios años y desempolvar muchas ediciones para llegar hasta las ediciones de 1954 y 1966.

La final de 1966 fue la ultima vez que Inglaterra anotó más de tres goles

En Suiza, Inglaterra y Bélgica empataron 4-4, siendo la primera vez que un representativo inglés anotaba más de tres goles. Doce años después, los dirigidos por Alf Ramsey vencieron a Alemania Federal por 4 a 2 y quedándose así con SU MUNDIAL. Geoff Hust y Martin Peters fueron los protagonistas de un encuentro que tiene mil condimentos en las enciclopedias futboleras de los anglosajones: primera y única vez que un futbolista marcó un hattrick en una final. Otro asterisco es la única imagen de un futbolista británico alzando el trofeo más importante a nivel selección. Y por último, el más pintoresco, es la mayor goleada de un seleccionado inglés. Hasta el 25 de Junio del 2018, cinco días antes del aniversario del «día más feliz» para los habitantes sajones.

También se puede decir que es la primera vez que toma una diferencia de tres goles o más, que tenía los 3 a 0 ante Polonia, Paraguay (ambos en 1986) y Dinamarca (2002) como resultados más amplios.

El presente señala que Inglaterra está ante un escenario sin antecedentes, gracias a una plantilla con un potencial interesante y un venidero esperanzador. Lo único cierto es que muchos ya empezaron a mostrar por qué son lo que se viene en «Los tres leones».