Bundesliga
A contrarreloj
La ciudad de Hamburgo, uno de los puertos más importantes de Alemania y de toda Europa, alberga a una institución homónima que ya supera los 131 años de historia y que no hace mucho tiempo le ha tocado vivir una de las tragedias deportivas más importantes de su historia. El «Dinosaurio», un equipo que supo ganarse el mote de grande por sus títulos en los años 70, registraba un récord que agigantaba su grandeza, pero por distintas cuestiones se vio pulverizado gracias a un evento indeseable: el primer descenso a la Bundesliga 2 en 130 años.
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Precisamente esa tragedia, que en realidad no es más que una eventualidad deportiva, tomó relevancia en todo el mundo. ¿Por qué? En el partido que se decretó el descenso, el 12 de mayo de este año, el Hamburgo venció de manera inútil al Borussia Monchengladbach por 2-1, y el histórico reloj que permaneció en actividad constante durante 54 años y 261 días en el Volksparkstadion se frenó, unos segundos después de que el árbitro diera por terminado el partido, ante las lágrimas de los más de 50 mil hinchas que aquel día acompañaron a su equipo, en un día soleado que sólo sirvió para decorar el pésimo momento.
Aquel reloj, ya cansado de contar y contar, con más ganas de morir que de seguir contando, se detuvo para pasar a una mejor vida. Ese congelamiento, que marcaba «54 Jahren, 261 Tagen, 36 Minuten, 22 Sekunden» terminó por enterrar cualquier ilusión que rondara por la ciudad. Lo cierto es que no es justo recaer en nombres propios en busca de culpables de ese final, ya que en 2014, 2015 y 2017, el Dinosaurio estuvo al borde de frenar el contador, que seguía sumando días, aunque sabiendo que poseía una enfermedad terminal. Es más, los ultras, ya sin consuelo, comenzaron a arrojar bengalas de humo que obligaron a Félix Byrch a detener el partido durante 17 minutos, extendiendo aún más la agonía. Sin embargo, el resto de los hinchas despidió a sus jugadores con aplausos, mezclados con algunas lágrimas de desconsuelo.
Una vez consumado el descenso, la Comisión Directiva puso manos a la obra para devolver al Hamburgo a donde merece estar, pero con la premisa de gastar poco e intentar mantener a la mayor parte del plantel que fue parte del descenso. Para ello, realizó varios fichajes de poco valor como el extremo derecho Khaled Narey (menos de dos millones de euros) y el centrodelantero surcoreano Hee Chan Hwang (a préstamo por un millón de euros) y otros tantos jugadores en carácter de libre, ante las inminentes salidas de jugadores importantes como Walace, Albin Eckdal, Andre Hahn, Filip Kostic y Luka Waldschmidt, entre otros. Lo más importante, como se menciona anteriormente, fue la decisión de la mayoría de los futbolistas de quedarse para enmendar lo hecho en la temporada pasada, como el caso del lateral derecho mundialista japonés Gotoku Sakai, el mediocampista ofensivo Lewis Holtby, o bien el punta Pierre Lasogga (estuvo cedido una temporada en Leeds Utd) entre otros, quienes actualmente guían a su equipo devuelta a Primera.
El arranque del Dino en Bundesliga 2 es promisorio. Disputadas recién cienco jornadas, los dirigidos por Christian Titz, han sumado 12 puntos, con cuatro victorias y una derrota. Esta caída fue en la primera jornada, al perder por 3-0 como local ante el Holstein Kiel. Este resultado provocó una reacción casi obligada, y es así que logró imponerse en las tres fechas siguientes, convirtiendo en todas tres goles: en la segunda fecha, venció por 3-0 a Sandhausen y luego repitió resultado ante Arminia Bielefeld. El último fin de semana, triunfó ante el Heidenheim por 3-2, con un hat-trick de Lasogga, goleador del torneo con cinco tantos. Hamburgo cumplió está semana el partido postergado contra el Dínamo Dresden y consiguió una victoria por 1-0, lo cual lo subió a lo más alto de la tabla de posiciones en soledad.
La grandeza de esta institución es tal que uno no puede imaginársela más de un año en Segunda. Eso sí, el camino es largo y muy duro. El nivel es parejo y lograr una supremacía sobre el rival se dificulta. Además, ahora se enfrentarán a su clásico, Saint Pauli, para ponerle un poco más de picante a una liga un tanto desconocida. Es una incógnita saber si en la temporada 2019-2020 nacerá un nuevo reloj, una nueva historia, una nueva ilusión, pero lo que sí es seguro es que el Hamburgo dará pelea, como lo hizo durante 53 años en Bundesliga y los 131 años de existencia.
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- AUTOR
- Juan Podestá
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