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Adiós al Extremadura Unión Deportiva
Extremadura es una de las 17 comunidades autónomas de España y contiene en su administración a las Provincias de Cáceres y Badajoz. Una zona que fue romana y también árabe en tiempos de los Reinos de Taifas. La Taifa de Badajoz dejó influencia árabe, hasta que en el Siglo XII fue ocupada por el avance cristiano, en aquello que la historia oficial española denomina “La Reconquista”. Limita con Portugal y está rodeada por cadenas montañosas. Históricamente es una zona de confines, alejada de los centros pujantes de la economía, con ciudades pequeñas que se distancian entre sí por varios kilómetros. Es una región caracterizada por la baja densidad de población, ya que son territorios muy extensos y que, debido a la falta de oportunidades, sufre el éxodo constante de su población más joven. ¿Cómo mantener un proyecto futbolístico que exige una suma de dinero extraordinaria en una región periférica?
En el municipio de Almendralejo, dentro de la provincia de Badajoz, se encuentra el Estadio Municipal Francisco de la Hera, inaugurado en 1951. Fue sede del Extremadura Fútbol Club hasta el año 2010 en que se concretó su disolución, y del Extremadura U.D, aunque el pasado 19 de febrero esto cambió luego de caer frente a Cultural Leonesa por 3-1. Esta cancha tiene capacidad para 11.000 espectadores, tras la completa remodelación llevada a cabo en 1996 para poder jugar la Liga española de Primera División. Fue en ese año que se exportó el nombre al mundo, la región se vio brevemente iluminada por un período exitoso en lo futbolístico. El ascenso conseguido por el equipo de Almendralejo ponía el nombre de la comunidad Extremadura en primera plana. No hay que olvidarse del Club Deportivo Mérida, equipo de aquel territorio que también tuvo un paso fugaz por la Primera.
El paso fue un sueño lindo, algo fugaz. Un momento glorioso dividido en dos capítulos; primero, el ascenso en la temporada 95/96, y el posterior golpazo de la Primera con el descenso inmediato. Una campaña que empezó muy pobre y que, pese al esfuerzo final y a la incorporación de los argentinos Walter Silvani, Carlos Duré, José Basualdo y Navarro Montoya, acabó con el descenso. ¿Un dato? Duré es el goleador histórico de Extremadura FC. En el segundo capítulo, con Rafael Benítez en el banco de suplentes, logró el ascenso directo y a continuación jugó la temporada 98/99, en la cual estuvo muy cerca de salvarse del descenso, pero no pudo lograrlo.
La historia grande del Club de Fútbol Extremadura tiene un último manotazo en la temporada 99/00, cuando realizó un excelente comienzo en Segunda División, pero no pudo mantener el ritmo para regresar a la máxima categoría. De ahí en más, todo fue hacia abajo. El Extremadura no volvió a Primera. No solo eso, sino que cayó en picada hasta el año 2010 en el que se concretó su disolución. Como ocurre en estos casos, existen posturas que buscan continuidad y aquellas que buscan barajar y dar de nuevo. Los que en el año 2007 habían optado por esta segunda opción, fueron los que dieron nacimiento al Extremadura Unión Deportiva. Así surgió esta institución, que incluyó bajo su seno a varias entidades deportivas de la zona extremeña y que heredó el estadio y los colores del Club de Fútbol Extremadura.
La llegada de Manuel Franganillo en 2016 y la fusión con el Atlético San José Promesas, le dieron un impulso económico y deportivo que devino en la exitosa campaña 2017/18, la que le permitió jugar una temporada en Segunda lo cual marcó el retorno de un club de la Región al fútbol profesional. Pero la sociedad no pudo soportar las exigencias del fútbol grande. Franganillo es un empresario con incursión en el rubro de la gastronomía y el mercado inmobiliario y obtuvo el aval de la junta general de accionistas del club para asumir la presidencia. La reestructuración de la Tercera División del fútbol español en plena pandemia ubicó al Extremadura UD en la categoría RFEF.
Franganillo asumió su segundo mandato al frente del club en marzo del 2020 y se esperaba un acuerdo con inversionistas para reorganizar la institución y cumplir con las exigencias económicas. La inversión prometida no llegó, la lógica del fútbol de Extremadura Unión Deportiva siguió siendo la del fútbol amateur. En 2018 se inscribió como Sociedad Deportiva Anónima, para poder competir en Segunda. Este paso terminó por ser letal para el club, que acarreó una deuda de más de tres millones de euros que le fueron imposibles de pagar. Compromiso que pospuso, compromiso que lo lleva a anunciar la liquidación del club.
Tras anunciar la liquidación de la sociedad anónima, Franganillo expresó su decepción: «Nunca pensé que no pudiera traer dinero para solucionar esto. Pido perdón. Me siento triste y apenado, sufro con esta situación». Además, volvió a poner el foco en la inversión del grupo Khalifa, que tenía que haber ingresado según lo acordado, pero nunca llegó. Mientras tanto, la afición permanece muy enfadada con el mandatario por el silencio que mantuvo en los últimos meses.
En noviembre de 2021, el plantel fue a huelga y no se presentó a jugar su partido ante Deportivo La Coruña B. La medida fue apoyada por la Asociación de Futbolistas Españoles y marcó la primera tensión de la cuerda entre los jugadores y Franganillo. La institución no emitió respuestas, y en enero de este año la plantilla tuvo que ser completada de manera urgente con jugadores de la filial para poder afrontar los compromisos, ya que más de la mitad de los jugadores decidieron irse. Los pibes poco pudieron hacer. No se entrenan lo suficiente porque no tienen un sueldo, por ende deben salir a trabajar y cumplieron con los encuentros de una manera prácticamente heroica, que los enfrentó a rivales de gran superioridad. Recibieron goleadas abultadas que colocaron al club en zona de descenso.
La situación siguió igual, la plata prometida nunca apareció y el sábado 26 de febrero el equipo decidió ir a huelga nuevamente, lo que decretó el incumplimiento del reglamento y la expulsión de la 1° División RFEF. Por esto, descendió a segunda RFEF y no podrá ascender por dos años; mientras tanto, la Sociedad Deportiva Anónima se encuentra en proceso de liquidación por inconsistencias económicas.
Está claro que las identidades que forman los equipos de fútbol son difíciles de destruir, estas parecen ser las únicas que sobreviven a los embates del mercado económico. También es muy cierto que el fútbol de estos días no se hace tanto con socios sino con inversiones. Habrá que ver si la herencia identitaria logra encontrar una billetera, tal vez un acaudalado un poco aburrido, que guste jugar al juego del fútbol, y le dé al equipo una vida más. Mientras tanto, Extremadura permanece silenciosa en el fútbol español. ¿Podrá volver a colocar un equipo en Primera División? ¿Logrará detener el éxodo de habitantes que se repite año tras año? Las personas, y los capitales, parecen tener un único destino: el centro. Siempre hacia el centro. De la periferia al centro.
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- AUTOR
- Nicolás Diana
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