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Alemania, con talento y un Kroos excelso
La ciudad de Sochi es un escape a la tradicional Rusia. Sitio preferido de Vladimir Putin para descansar tras sus labores presidenciales (suma ya 18 años en el poder), atrae a los turistas por sus playas y las temperaturas más elevadas del país, aún en los inviernos más crudos. En ese contexto, mientras la ciudad bañada por el mar Negro disfruta del verano con el clima más cálido, Toni Kroos fue el resurgir de Alemania con una frialdad asombrosa. Su magnífico gol en un tiro libre, en la última jugada del partido disputado ante Suecia, volvió a poner a Alemania en carrera por llegar a octavos de final.
El centrocampista alemán jugó el segundo tiempo en modo crack, como si su falla del primer tiempo, aquella que propició el gol sueco, no hubiese existido. Jamás se dejó absorber por la presión del desafío y orientó cada ataque germano en la etapa complementaria, cuando era menester un triunfo tras la dura caída ante México en el debut. Y Alemania superó a su rival en el estadio Fisht, más allá de que sufrió la falta de profundidad en los últimos compases de la primera parte al no coronar con un gol el gran inicio.
Alineó Joachim Low a Sebastian Rudy entre los once, quitando a Sami Khedira del centro del campo, entre otros cambios con respecto al primer partido de la Copa. El objetivo era claro: sabía que Suecia también presentaría un repliegue bajo, por lo que el volante del Bayern Munich sería clave para lanzar a los laterales bien arriba y poder relevarlos. Los primeros 20 minutos alemanes fueron una muestra gratis de cómo romper un bloque rival, con mucho talento e imaginación en tres cuartos de campo. Mediante los desmarques de Timo Werner, Thomas Muller o Julian Draxler, Alemania se plantaba en el área pequeña y creaba los espacios necesarios, pero allí aparecía la figura del arquero Robin Olsen o el pie salvador de Andreas Granqvist.
Muller apoyaba la circulación del balón en cualquier sector del ataque, Werner se escoraba a la banda para recibir con libertad y no brindar referencias, mientras los mediapuntas atacaban la zona central del área y tanto Jerome Boateng como Antonio Rudiger jugaban casi siempre volcados en terreno enemigo. A los de Low sólo les estaba faltando acierto para concretar lo generado, aunque también Suecia conseguía desplegarse a la contra esporádicamente. Utilizando uno de sus delanteros como apoyo de envíos largos y otro yendo al espacio, la selección nórdica tuvo sus dos chances en transiciones rápidas. La primera la protagonizó Emil Forsberg con un gran giro que dejó fuera de sitio a Boateng, aunque en carrera no llegó a adentrarse en el área. La segunda enfrentó a Marcus Berg con Manuel Neuer, cuando Rudiger cortó de atrás al atacante con una falta no sancionada.
La lesión de Rudy propició el ingreso de Ilkay Gundogan y Alemania comenzó a sufrir más aún las pérdidas. Además, sin el acierto para tomar ventaja, perdió profundidad. Los dirigidos por Jan Andersen dejaban que Joshua Kimmich recibiese con libertad por derecha, al tiempo que intentaban obturar los carriles internos. El centro era la única vía alemana en el final de la primera parte, y allí destacaron los centrales suecos para despejar todos los envíos. Tanto Granqvist como Victor Lindelof se hacían inexpugnables en el juego aéreo.
En esa sintonía, quien no se encontraba consigo mismo era Kroos, demasiado pendiente de filtrar pases por caminos tapados. Uno de sus pases fue cortado en tres cuartos de campo y, en un ataque corto, Suecia halló el gol. Viktor Claesson, que se acoplaba al ataque desde la derecha ante el mínimo error alemán, lanzó un centro exacto para que Ola Toivonen definiese con calidad tras controlar de pecho. Habían pasado los momentos de zozobra, y con pocos toques el conjunto era capaz de situarse en posiciones ofensivas.
Otro cambio de Low en el entretiempo, esta vez puramente estratégico, hizo que su equipo retomase la profundidad perdida. Kroos fue el prestidigitador y Werner, sobre la banda izquierda, un puñal en cada desborde. Por el centro del área, el ingresado Mario Gómez (por Draxler) representaba la búsqueda del oportunismo necesario. Muller seguía alternando posiciones intermedias y Alemania encontraba mejor juego entre líneas, aunque la mejor noticia que pudo obtener fue conseguir la igualdad en los primeros instantes del segundo período. Werner desbordó y Marco Reus atacó el área para conectar el centro atrás del punta de RB Leipzig.
Andersen observaba a su equipo desbordado desde fuera, ya sin la posibilidad de desplegarse. El último campeón del mundo apostaba por la falta táctica en campo rival para evitar que Suecia se volcase hacia los espacios vacíos, y una de ellas derivó en la expulsión de Boateng. La salida de Rudy había eliminado un recurso colectivo imposible de disimular para Low. Y en la última acción del juego, Kroos volvió a decir presente con un remate mágico, segundos luego de una última oportunidad desperdiciada por el sueco Isaac Kiese Thelin.
La ciudad de Sochi volvió a brindar un gran espectáculo en la Copa del Mundo, como fuera la noche prodigiosa de Cristiano Ronaldo en el empate de Portugal ante España. Alemania veía cómo sus opciones se esfumaban, pero encarará el último partido de grupo con otro semblante. Corea del Sur, ya fuera, será su último escollo para insertarse entre los mejores 16 nuevamente.
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- AUTOR
- Nicolás Galliari
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