Valencia llegó al duelo de la fecha 13 de La Liga, ante Barcelona, como uno de los invictos del torneo y cosechando de a tres unidades en las últimas ocho presentaciones. Del otro lado, el equipo de Ernesto Valverde, el de Lionel Messi, el de Andrés Iniesta, también invicto y habiendo perdido solo dos unidades en las 12 jornadas anteriores, producto de un empate en su visita al Wanda Metropolitano, reducto del Atlético Madrid.

Choque de puntero y escolta en Mestalla, cuatro puntos de distancia entre ambos, y la posibilidad directa del Valencia para quedar a una sola unidad del líder. Y estuvo cerca de lograrlo, solo ocho minutos restaban para que el conjunto local se quedara con el triunfo, hasta que Messi frotó la lámpara y habilitó a Jordi Alba, como sólo Messi podría hacerlo, para que el lateral izquierdo sellara el 1-1.

Empezamos por el final del partido, dejando en claro el resultado y la distancia de 4 puntos que mantuvo el Barcelona ante el único escolta. Pero hay que decir que este Valencia, el de Marcelino García Toral (ausente con aviso, cumpliendo una de las dos fechas de suspensión aplicadas por la Federación Española), justificó su lugar en la tabla y, como los resultados indican, no será un hueso fácil de roer.

Messi intenta conducir, entre Guedes y Dani Parejo

Eso sí, tendrá que creérsela más, en el primer tiempo cedió el balón casi en exclusividad al «blaugrana», lo respetó por demás como si lo estuviera midiendo, para hacer lo que hizo en el segundo tiempo.

Es cierto que hubo una jugada que hubiera cambiado radicalmente el curso del encuentro, un gol no cobrado a Messi, un zurdazo de media distancia que encontró una floja respuesta del arquero Neto. La pelota se le escurrió y traspasó la línea de gol, pero la rápida reacción del arquero brasileño para estirarse y sacar con un manotazo la pelota, insisto, de adentro del arco, derivó en que el árbitro determinara que no había sido gol.

Más allá de esa jugada y que Barcelona tuvo, como casi siempre, el control de la pelota, no superó en acciones de riesgo al equipo local.

En la segunda parte la cosa fue distinta, Valencia salió a jugarlo con otro ímpetu, con la idea de presionar y llegar a crear peligro para el arco defendido por Mar Andre Ter Stegen, conducidos por Dani Parejo. Los juveniles José Gayá y el portugués Gonçalo Guedes empezaron a coordinar acciones por el lateral izquierdo del ataque. Antes del primer cuarto de hora del segundo tiempo el portugués estiró el balón para el lateral, que ingresó al área y centró por abajo, ojos bien abiertos, para el ingreso de Rodrigo Moreno que se anticipó a la salida del arquero alemán y puso la ventaja parcial.

Destacable también la tarea de Simone Zaza; el nacido en Italia nunca se cansó de correr y presionar tanto en la salida del Barcelona como así también colaborando en posiciones defensivas. Y casi tiene premio en la última jugada, en la que desvió su tiro por arriba del travesaño, un premio que hubiera sido mucho para un partido al que el empate le quedó pintado.

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A diferencia de los otros equipos que persiguen de cerca a Barcelona, el equipo de Marcelino tiene algo que puede jugarle a favor, no juega competiciones europeas y su calendario es más holgado.

Otra de las claves que pueden llegar a mantener al equipo Che entre los primeros puestos, es una interesante mezcla entre experiencia y juventud, que le permite desarrollar un juego de entrega, una defensa sólida y contragolpes rápidos.

Un equipo que busca, y por momentos logra, representar lo que sus aficionados rezan en el himno «Amunt Valencia»: