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Aníbal Moreno y el impulso del Sudamericano
La clasificación argentina al Mundial Sub 20, durante el Sudamericano de Chile disputado a inicios de año, dejó algunos nombres propios. Uno de ellos es el de Aníbal Moreno, mediocampista de amplio despliegue que acabó siendo una de las piezas más importantes para el entrenador Fernando Batista. Tan promisoria fue su actuación que, al finalizar el torneo de selecciones juveniles, se insertó de inmediato en la primera de Newell’s, el equipo en el que solo había jugado en Reserva hasta entonces. De hecho, ni siquiera había sido subido al plantel profesional para entrenamientos esporádicos. Hoy, habitué en el banco, va ganando su lugar como sustituto natural.
Argentina había comenzado de gran manera su travesía por el certamen, pero la seguidilla de partidos con poco tiempo de recuperación entre uno y otro, desnudó las falencias propias de un colectivo que casi no tuvo tiempo real de preparación. Batista asumió el cargo a principios de diciembre, y el nivel fue decayendo a medida que la competencia aumentó. Igualmente, el equipo creció en el contexto más adverso, y a punto estuvo de consagrarse campeón. El objetivo de sacar boleto para Copa del Mundo y Panamericano estuvo saldado, y ganar el torneo solo hubiese respondido a expectativas aisladas. Por cómo llegó el combinado albiceleste, la lógica indicaba que solo el nombre le daba un cariz de candidato.
Moreno comenzó a ganarse su lugar en el certamen de L’Alcudia, el que los chicos ganaron en agosto bajo la dirección técnica de Lionel Scaloni y Pablo Aimar. De un despliegue que abarca casi todo el campo, es de una clase de volantes que escasean en el medio argentino. Aparece en ambas áreas, es clave en la recuperación de la pelota por las ayudas al mediocentro (Santiago Sosa, de River, fue incluido en el once ideal del campeonato), y se incorpora a cada ataque. Se erigió en una rueda de auxilio permanente, incansable pese a que las horas de descanso no abundaban, un pulpo para robar y ofrecerse luego como opción de pase de Julián Álvarez o Gonzalo Maroni. Por su lectura para llegar y ser un efectivo más para rematar, Argentina atacó mejor.
La función que ocupó en el campo se vio alterada, pero siempre se ubicó cerca del volante central. Argentina comenzó jugando con dos interiores, y el catamarqueño jugó por derecha y halló bien los espacios para recibir entre líneas. Luego, su rol mutó, al ocupar el doble pivote. Desde allí, sus apariciones por cualquier sector del campo fueron mayores. Y además, dejó en claro que la pegada con su pie derecho es una de sus muy buenas virtudes: como ejemplo claro, queda el golazo anotado ante Uruguay, desde afuera del área, el día que el conjunto certificó el pasaje a tierras polacas.
En medio de un contexto delicado en torno a cuestiones económicas, Newell’s busca crear patrimonio alrededor de los futbolistas que crío de base. Hay jugadores que llegan a préstamo y el club no puede retener, por lo que la apuesta por los jóvenes de abajo puede ser la mejor vía de solución. Cierto es que Ezequiel Unsain y Lisandro Martínez, dos nombres que destacan en la gran campaña edificada por Defensa y Justicia, se fueron muy temprano, pero ahora mismo hay chicos que encuentran su lugar, como Facundo Nadalín, Stefano Callegari, Juan Freytes, Brian Rivero, Jerónimo Cacciabue, Joaquín Torres, Alexis Rodríguez y el propio Moreno. Todos ellos, apuntalados por nombres de experiencia que salieron del mismo sitio, Mauro Formica y Maximiliano Rodríguez.
Héctor Bidoglio, entrenador del equipo desde fines del año 2018, apuesta por ellos. Fue DT de séptima y novena división, incluso coordinó las divisiones inferiores, y lleva tiempo en el club. Tras ser entrenador interino en varias ocasiones, le llegó la actual oportunidad. Pese a que Newell’s no goza de un plantel de gran jerarquía, sí que el actual equipo difiere del que dirigía Omar De Felippe, ya que ahora juega la pelota con mayor fluidez, y acostumbra a plantar el bloque metros más arriba, sin importar adversario.
Ante los micrófonos en conferencia de prensa, Sebastián Peratta, director deportivo, contó que el mayor propósito es que los jóvenes de la cantera se hagan del primer equipo. Enrique Borrelli, coordinador de los equipos menores en la institución, dice igualmente que su trabajo es de corto plazo, y que la meta es tener tres jugadores asentados en primera cuando se cumpla el primer año de trabajo (asumió en enero pasado). Moreno, un joven que formó parte de la escuela Duchini (por Ernesto, uno de los más prolíficos formadores de suelo nacional) en la localidad de Villa Constitución, ya había hecho méritos anteriormente para subir al vestuario que conduce Bidoglio, pero su actuación en el Sudamericano fue un impulso clave.
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- AUTOR
- Nicolás Galliari
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