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Arbitraje y tecnología: las claves para el cambio necesario
Semifinal del Mundial de Clubes de la FIFA. Atlético Nacional y el Kashima Antlers no logran romper el cero del marcador. Hay un tiro libre para el equipo anfitrión. El centro es rechazado por la defensa verdolaga, que también logra defenderse de un segundo (mal) centro y emprende una tímida ofensiva que acaba en saque lateral. El árbitro húngaro Viktor Kassai detiene el juego y el desconcierto se apodera de la escena. Hay largos segundos de incertidumbre para espectadores, comentaristas y televidentes. Finalmente, el colegiado corre hacia el televisor instalado al costado del terreno de juego, resuelto a hacer historia: será la primera vez que se revise una decisión arbitral mediante el video.
Luego de visualizar la imagen, el árbitro otorga penal para el Kashima por infracción de Orlando Berrío a Daigo Nishi. Pasaron más de tres minutos entre la infracción y su sanción, y un avance (afortunadamente inconcluso) del equipo infractor. Y, por si fuera poco, crece la duda sobre una posición adelantada (mas tarde confirmada) del jugador objeto de la infracción señalada en el momento en que se ejecuta la falta. La polémica está servida.
El Video Assistant Referee (VAR) no convence. Y convence menos luego de que un gol de Cristiano Ronaldo ante América de México pareciera ser anulado, para finalmente ser convalidado, ante la risa irónica de la estrella del Real Madrid. Jugadores, público y prensa mundial estallan: el video no es una herramienta para utilizar en el futbol. ¿Realmente no lo es?
Tenis, NFL, básquet o hockey, los primos lejanos
Hace años que las ayudas tecnológicas, ya sean sistemas de video o de medición, se vienen aplicando en otros deportes profesionales. El ejemplo mas conocido es el del ya célebre “Ojo de Halcón”, un sistema de medición basado en la triangulación de imagenes que se utiliza en el tenis para poder determinar, en caso de duda, si el pique de la pelota es dentro o fuera de la cancha. Si bien el sistema no es infalible, el porcentaje de error es muy bajo y se ha creado un gran consenso en el mundo del tenis sobre los beneficios de su uso hasta llegar a ser una parte más del deporte. Cabe decir que el fútbol ya hace uso de este sistema para determinar si una pelota traspasa o no la línea de gol.
En el caso del básquet, la NBA comenzó a usar el llamado Instant Replay en el año 2007 para la revisión de determinados supuestos, como si una pelota es lanzada en tiempo, el valor de una canasta, revisar una falta, solucionar problemas en el cronometro, etc. Años más tarde, también la FIBA implementó el uso del Instant Replay, así como sus ligas mas importantes. El juego es más justo y el espectáculo no sufrió cambios drásticos.
Un caso mas añejo (y algo mas extrapolable, por las dimensiones del terreno de juego) es el del fútbol americano, concretamente, la NFL. El Instant Replay se viene utilizando desde el año 1986 y, a pesar de unos comienzos traumáticos, las reglas de su uso se fueron renovando para llegar a ser una ayuda fundamental para árbitros y entrenadores, ya que son estos últimos los que tienen un determinado número de solicitudes de dicha herramienta. Similar uso tiene el Video Umpire en el Hockey: cada equipo puede solicitar el uso del sistema una vez por período y, si la reclamación es acertada, mantiene su derecho a una nueva consulta.
La tecnología ha sido de gran ayuda para muchos deportes, pero las dimensiones del campo de juego y la dinámica propia del fútbol hacen que una aplicación de este tipo de sistemas, en los mismos términos que en otros deportes, resulte dificultosa. Nadie desea cortar una jugada para revisar si hubo un penal o una posición adelantada. Sin embargo, el fútbol dispone de un claro ejemplo a seguir en cuanto al uso de la tecnología.
El rugby, ese hermano mayor y ejemplar
El rugby ha demostrado en este último tiempo que la mezcla de deporte y tecnología no se traduce en una pérdida de espectáculo. La ayuda del Video Ref resultó ser fundamental en el rugby moderno. Pueden revisarse tanto la validez de los try como las circunstancias que rodean a estos (por ejemplo, si hubo algún pase adelantado), además de infracciones que no hayan sido detectadas por el árbitro y sean objeto de sanción disciplinaria. Si bien su reglamentación tiene similitudes a la que utilizó la FIFA en el Mundial de Clubes, hay protocolos que hacen que las diferencias sean sustanciales.
En primer lugar, el rugby creó la figura del Television Match Official (TMO), que es quien revisa la jugada, a pedido del árbitro, disponiendo de distintas tomas que la televisión ofrece para, finalmente, comunicarle a la autoridad máxima la decisión a tomar. Tanto las imágenes revisadas como el díalogo entre el TMO y el Arbitro Principal son normalmente de público conocimiento en tiempo real, por lo tanto, jugadores, espectadores y periodistas conocen el objeto de revisión. Algo que, seguramente, hubieran agradecido quienes seguían las alternativas del Atletico Nacional – Kashima Antlers.
Pero sin duda, el factor mas facilitador del uso de esta herramienta en el rugby es el respeto que los jugadores tienen hacia los árbitros. Mientras que en el rugby el árbitro explica, sin necesidad de elevar la voz, muchas de las decisiones a los capitanes de cada equipo, en el fútbol los capitanes solo son las voces principales de un coro de protestas. Las diferencias culturales entre ambos deportes se antojan muy notorias.
El uso de la tecnología en el fútbol está todavía en pañales. La FIFA tiene todavía un largo camino que recorrer en este aspecto. Pero el camino será más difícil si se cierra en banda a las recomendaciones que árbitros, jugadores, entrenadores e incluso profesionales del periodismo gráfico, puedan hacer en cuanto a su aplicación. Tampoco estaría de más buscar asesoramiento en gente de otros deportes. Las cámaras apuntan más que nunca.
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- AUTOR
- Leonardo Di Pasqua
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