Fóbal
Auxerre, de la década dorada a la caída en desgracia
Hace diez años eran pocos los que en Francia aventuraban un presente tan oscuro para el Auxerre (Association de la Jeunesse Auxerroise para ser más exactos) como el que está viviendo por estos tiempos. Mucho menos hace dos décadas, cuando las calles de la ciudad de Borgoña estaban teñidas de fiesta y saludaban al equipo que, por primera y única vez en su historia, tocaba el cielo con las manos al ganar el título de la Liga 1 y la Copa de Francia.
Pero esa temporada 1995/1996 fue la coronación de un proceso que ya llevaba 32 años y que continuaría en el nuevo milenio. Ese proceso llevaba nombre y apellido: Guy Roux, leyenda del club por su labor como entrenador y cazador de talentos (entre otros, ni más ni menos, Éric Cantona). Roux había comenzado su segundo ciclo en 1964 -el primero fue entre 1961 y 1962-. Bajo su mando, Auxerre logró el ascenso a la Liga 1 a comienzos de la década del ’80 y ya en los ’90 el equipo plantaba cara a los más poderosos del país.
1994 fue el año de la primera vuelta. Un 3-0 al Montpellier en el Parc des Princes parisino le dio el título de la Copa de Francia. Apenas un adelanto de lo que vendría un año más tarde… El baño de gloria llegó en 95/96. Contra todos los pronósticos, Auxerre puso de rodillas a Paris Saint Germain y Monaco y se quedó con el título en la máxima categoría. Pero eso no fue todo. El equipo que tenía entre sus filas a Laurent Blanc, Bernard Diomède, Corentin Martins y Lilian Laslandes había ganado otra Copa de Francia (2-1 al Nîmes Olympique) apenas unos días antes. Un doblete que quedaría en la historia del club y del fútbol francés.
Si bien nunca lograron repetir esa campaña brillante, los conducidos por Roux levantaron la Copa nacional también en 2003 y 2005, los trofeos con menos polvo de las vitrinas.
Paradójicamente, el año del centenario (’05) llegó con un título bajo el brazo, pero también dio inicio a un período de irregularidad que terminó por sumir en la oscuridad al Auxerre. Se fue Roux, tras 41 años al frente del primer equipo, toda una señal. Las campañas mediocres se hicieron costumbre, a excepción del tercer puesto en la liga 2009/2010, y las dificultades internas en la conducción del club terminaron por llevarlo a la Liga 2 en 2012.
El presente de los blancos dista mucho de la gloriosa década de 1995/2005. Tras cuatro años de frustraciones y sinsabores, los de Borgoña continúan anclados en segunda división, y están últimos este año. Más allá de que no se encuentran lejos de los puestos de salvación, tendrán que mejorar mucho si no quieren bajar otro escalón a mediados de 2017. Un castigo impensado para un equipo sumido en el nostálgico recuerdo de épocas mejores.
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- AUTOR
- Federico Leiva
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