América
Avenida Brasil
El receso tiene una pizca emocionante o, mejor dicho, varias. Los nombres rutilantes que cambian de equipos, las incorporaciones “rándom” o el seguimiento de esos jugadores que prometen y comienzan a escalar en su carrera futbolística, son la alimentación cuando la pelota se toma unas vacaciones. Pero en los últimos años, por la globalización y por el desembolso de grandes sumas monetarias, fueron apareciendo destinos que buscan jerarquizarse a partir de la llegada de figuras. Así como alguna vez Pelé, Franz Beckenbauer o Giorgio Chinaglia arribaron a EE.UU. para potenciar una liga poco visible y de escasa difusión, en la actualidad ese mecanismo marketinero se expandió a México, China y Brasil.
Sí, la nación sudamericana y cuna de cracks, beneficiada por el poderío económico, se transformó en un destino más que interesante para jugadores con un gran potencial de la región, como lo fue para Lucas Pratto y Ricardo Centurión en su momento o para el venezolano Yeferson Soteldo y Paolo Guerrero en la actualidad, o incluso para aquellos que buscan una despedida más “competitiva”, como Roberto Carlos y Ronaldo en Corinthians, Clarence Seedorf en el Botafogo, Kaká en el retorno a su San Pablo querido o Ronaldinho en Fluminense, como grandes exponentes.
Continuando esta línea, el campeonato verdeamarelho fue noticia durante el último mercado de pases gracias al aterrizaje de varios jugadores de renombre. Uno de los equipos que rompió el chancho, una vez más, fue Flamengo. El elenco de Río de Janeiro, que la temporada pasada apostó fuertemente por el uruguayo Giorgian de Arrascaeta y repatrió a Diego Alves y Gabriel Barbosa, volvió a sacar la billetera para reforzarse con talento joven como Pablo Marí y Gerson, en casi catorce millones de euros. Pero no fueron los únicos, también fichó a Filipe Luis y Rafinha, quienes retornaron a suelo brasileño tras quince años en el Viejo Continente. Una inversión de gran envergadura que tiene la Copa Libertadores como máximo objetivo. Asimismo, el club rojinegro contrató como entrenador al portugués Jorge Jesus, que supo hacer historia en Benfica.
Más allá de la importancia de los nombres que incorporó el Fla, de gran peso sin dudas, San Pablo fue el que ROMPIÓ EL MERCADO. Sí, en mayúscula. La obtención de la ficha de Dani Alves quebró todos los esquemas. Figura del seleccionado de Tité en la conquista de la Copa América 2019, y elegido Mejor Jugador del certamen, todo hizo pensar que su estadía en Europa era una realidad. Es más, hasta se rumoreó que Barcelona estaba dispuesto a limar asperezas para cumplir un segundo ciclo en la institución catalana. No obstante, el lateral tomó la decisión de sumarse al equipo del cual es hincha. Pero el ex Sevilla, Juventus y PSG no vino solo, ya que Juanfran también se sumó al tricolor paulista. El surgido en Real Madrid y pilar del Atlético Madrid de Diego Simeone dejó el confort europeo y cruzó el Atlántico, para aventurarse en la liga que vio nacer a Leónidas, Sócrates, Zico o Tostao, entre un millar que marcaron a fuego su apellido en la historia de la redonda. Las contrataciones mencionadas se suman a la de Bruno Peres, Tché Tché, Pato y Hernanes, uno de los hijos pródigos, que tienen como fin terminar con una sequía de once años sin alzarse con el Brasilerao.
La lista tiene varios intérpretes más, de menor rango, pero de una envergadura importante. Palmeiras no quiso quedarse atrás y añadió en sus filas a Ramires y Luiz Adriano. El primero lo hizo luego de un año sin actividad tras su paso por el fútbol chino, mientras que el atacante abandonó Spartak de Moscú y se despidió de Europa después de trece años y más de 150 goles. Por su parte, Athletico Paranaense buscó reemplazar a Renan Lodi, por quien el Atlético Madrid pagó quince millones de dólares, con la experiencia de Adriano. Ladero de Dani Alves en Sevilla y Barcelona, disputó las últimas dos temporadas en el Besiktas turco. Freddy Guarín al Vasco Da Gama y Franco Di Santo al Atlético Mineiro completan la nómina de los que dejaron los flashes de las ligas de élite.
Mientras brotan habilidosos juveniles, como Rodrygo o Vinicius, en Brasil siguen con la metodología de sumar nombres de peso, con el fin de adueñarse de los certámenes continentales y enaltecer una liga que parece que pierde categoría, pero se reinventa.
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- AUTOR
- Claudio González
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