América
Bryan Ruiz, el capitán tricolor
Bryan Ruiz llegó a Brasil 2014 para jugar su primer Mundial mayor de fútbol, el mismo que le había resultado esquivo durante su larga y exitosa carrera. El Mundial, eso sí, le llegó en plena madurez futbolística, aunque quizás no en su mejor momento en lo que a importancia con su club se refiere. Le tocó debutar en el máximo torneo en un escenario dificilísimo, pero junto con su equipo y entrenador estaba dispuesto a enfrentarlo. El esfuerzo para llegar a la meta merecía que la aventura no fuera corta.
Tuvo su primera oportunidad de ir a una Copa del Mundo allá en 2006. La selección de Costa Rica había clasificado y el espigado jugador llevaba varias temporadas despuntando con Alajuelense, incluso obteniendo títulos nacionales e internacionales. A pesar de eso, Ruiz no era fijo en las convocatorias y, a la hora de la verdad, el entrenador Alexandre Guimaraes lo dejó fuera de la lista definitiva.
Ruiz prosiguió a gran nivel en sus clubes, dando el salto al extranjero al equipo KAA Gent, en el cual se expuso a las diferencias del fútbol europeo. Pero fue una prueba que superó con creces, siendo figura del equipo. Obtuvo el premio de dar un paso más en su carrera europea, el FC Twente holandés se interesó en sus servicios y en 2009, el año anterior al Mundial de Sudáfrica, llegaría a su mejor nivel personal. En 2009, un tiempo próspero para el club neerlandés, quedaron segundos en la Eredivisie y al final del 2010 se coronaron campeones con Bryan Ruiz como máximo goleador de la liga. Era el mejor momento para que el enganche tico hiciera su debut en una cita mundialista. Aunque fue una de las principales figuras del equipo centroamericano, sus éxitos a nivel de clubes no se trasladaron a la selección, que quedó fuera del Mundial en un peleado repechaje ante Uruguay. Una vez más, el talentoso volante/delantero se quedaría con las ganas de cumplir el más grande de sus deseos.
Llegaría la eliminatoria para acceder al certamen de Brasil. Ruiz, consolidado en el fútbol europeo, se haría con la capitanía del equipo. De la mano del colombiano Jorge Luis Pinto la selección de Costa Rica clasificaría de manera directa a la cita brasileña y Ruiz al fin podría cumplir su sueño. A partir de ahí, lo que ya casi todos conocemos, la “suerte” emparejó a Costa Rica en el mismo grupo que Uruguay, Italia e Inglaterra, tres potencias futbolísticas que en el papel dejarían a Costa Rica jugando un rol de partenaire, preguntándose cuántos goles recibiría.
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Para fortuna de Bryan Ruiz, y de todos los costarricenses, en el fútbol no todo es igual que en el papel. Los ticos se revelaron ante todas las adversidades y, contra todas las apuestas, vencieron a los uruguayos en el primer partido. Pese a que no anotó ni asistió, el ’10’ fue importante para el equipo en la tenencia de la pelota que desesperó a los charrúas.
En el segundo partido, ante Italia, convirtió probablemente el gol más importante de su carrera, en el minuto 44. Cabeceó un centro realizado por Junior Díaz. Después de unos cuantos segundos de incertidumbre, la tecnología de línea de gol confirmó que el balón había cruzado la línea. Con ese tanto y luego de un segundo tiempo bastante cerrado, el equipo tico calificó históricamente para la segunda ronda en el popular grupo de la muerte. Cerrando la zona, el tercer partido lo enfrentó a una Inglaterra eliminada; Ruiz participó de un encuentro que terminó 0-0 sin muchos sobresaltos.
Una vez en los duelos de eliminación directa, Costa Rica enfrentaría a Grecia, un rival que a priori parecía accesible, tras los adversarios que había tenido en la fase inicial. Igualmente, como ya ellos mismos habían probado, en un Mundial y especialmente a esas alturas, no hay equipo débil. En el transcurso del partido, Ruiz era figura, anotando el gol que daba la ventaja y ponía al país a las puertas de su mayor logro futbolístico. El talentoso mediapunta era la pieza por la que pasaba cada jugada de ataque tricolor y se veía como el jugador del partido.
Pero el juego dio un giro inesperado cuando los centroamericanos se quedaron con uno menos y tuvieron que defender con uñas y dientes el resto del partido, hasta llegar a la tanda de penales. Esas circunstancias, sumadas a las atajadas en los remates desde los 12 pasos de Keylor Navas, privaron a Ruiz de ser considerado el mejor del encuentro, más allá de hacer un gran partido con sacrificio y disciplina táctica a partir de quedar con 10.
En el siguiente partido y enfrentando a la poderosa Holanda, a Costa Rica con su capitán Ruiz ya no le alcanzaría para avanzar, aunque llegaron hasta las últimas instancias en los penales. Finalmente, el sueño tuvo un cierre.
Dadas las características del fútbol que practicó la selección de Pinto en ese Mundial, es un poco injusto destacar figuras individuales dentro de un engranaje tan bien trabajado. A pesar de esto, podemos decir que en este torneo, los mejores de los ticos fueron Keylor Navas y el capitán Bryan Ruiz. Además de ser muy importante dentro de la cancha, Ruiz se transformó en factor clave como líder de grupo fuera de la misma, donde la relación del grupo en general con el entrenador colombiano no era la mejor y tuvo momentos críticos que necesitaron de los líderes para poder superar todo lo que se vivió.
El capitán tico ahora se prepara para enfrentar su segundo (y probablemente último) Mundial de fútbol. Su elegancia y liderazgo serán claves para que Costa Rica pueda hacer otro buen papel en Rusia.
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- AUTOR
- Adrián Pacheco
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