1863
Buscando los valores fundamentales del fútbol
Cuando surgió en el seno de Cultura Redonda la idea de lanzar estos blogs, no tuve demasiadas dudas acerca de la temática a abordar. El pasado del fútbol es muy rico. Vale la pena remover cada etapa de esta hermosa historia que iniciaron dos locos reglamentaristas en Sheffield, allá por 1857, y comenzó a tomar forma en 1863 con la creación de la Football Association. De allí el nombre de esta máquina del tiempo que intentaremos construir. De los dos puntos más importantes en el génesis del balompié. El reglamento y la asociación. Los hitos de partida de esta carrera que se acerca a los dos siglos de recorrido.
La elección por el pasado no es casual. Nací en una época donde el romanticismo del fútbol aún vendía boletos a la ilusión. Donde la radio montaba domingo a domingo un universo de sensaciones, un mundo imaginario que recreábamos en cada uno de los potreros que comenzaban a perder la batalla contra la avaricia inmobiliaria. El fútbol era amor a la camiseta. Era el mundo de los Alonso y los Bochini. De los Bianchi y los Rocchia. De esos hombres que juraban lealtad eterna a aquellos colores que elegían. Que se perpetuaban en el poster que decoraba la habitación. Que serán recordados entre los últimos especímenes de una especie prácticamente extinguida.
Pronto todo cambió. El amor se pintó de verde y se contó en moneda extranjera. La televisión le dio un baño de realidad a la mágica ceguera del éter radial. El caudillo referente fue desplazado por el gerente estratégico y el entrenador ganó protagonismo por sobre el líder de la cinta de capitán. Se fue la nómina del 1 al 11, el domingo dejó de abrazarnos con todos los goles del mundo para compararse con el triste lunes y el promisorio jueves. Se juega todos los días a todas las horas. Una vorágine futbolística que provoca una enorme pérdida de referencia. Porque el que el miércoles jugaba para Juventus, el viernes viste de napolitano y el martes besa el escudo de Real Madrid. Los derechos de imagen, los derechos federativos, los derechos económicos y todos los demás derechos que se consiguen en el escritorio, vapulearon al derecho que ha mantenido al fútbol vivo desde el primer puntapié a una pelota: el derecho a la pasión.
Este negocio supermillonario y cuasi científico que dice llamarse fútbol, aún sigue convocando multitudes. A los estadios y a las pantallas de televisión. Pero comienza a generar las dudas de aquel que aún siente que un número cinco embarrado hasta los dientes vale más que la cotización en bolsa del Manchester United. Que la hazaña de Claudio Ranieri y sus muchachos merecía una oportunidad que los millonarios empresarios no entienden. Que si no fue suficiente esperar a que termine la novela para ver un duelo de Copa, resulta insoportable retornar a casa de madrugada porque la televisión priorizó a sus queridos clientes chinos.
Convivimos con esta realidad a la que nos hemos intentado adaptar. Leemos sorprendidos el nuevo diccionario de un fútbol ya inventado. Los amantes de Menotti hablan de presión alta y dejan de hablar de achique. Los seguidores de Guardiola utilizan términos que superan el discurso del propio Pep. El fútbol es industria. Es negocio. Y hubo que reinventarlo para insertar a la gran cantidad de gente ávida de generar su nicho comercial. Un manual que cree acuñar el único saber, escudándose detrás de un lenguaje digno de Stephen Hawking. Un lenguaje que ni el ‘César’ ni el actual entrenador de Manchester City utilizan para explicar las escasas preguntas que reciben sobre fútbol.
En esta ciencia casi exacta un rebote sigue siendo clave. La famosa “dinámica de lo impensado” propuesta por el gran Dante Panzeri continúa riéndose de los adelantos técnicos y lingüísticos, que no hacen más que modificar brevemente el margen de error que ha hecho de este deporte una caja de pandora. Por ello vale la pena recordar el pasado. Encontrar esos puntos de contacto que nos trajeron hasta este presente. Revisar los comportamientos que guardaron la pasión dentro de una caja de seguridad bancaria. Suponer cómo podríamos cambiar las ecuaciones de estos magnates devenidos en futboleros de ley. Desmentir la revolución del presente con las leyendas de un pasado irrefutable.
Esa será la misión de este espacio. Juntar a Messi con Sindelar para gambetear a Havelange. Invocar a Maradona para tirarle un caño a Tebas. Darle el balón a Garrincha y desequilibrar los enmarañados y corruptos circuitos de poder que manejan este fútbol. Confrontar a Blatter y sus secuaces con Falcao, Zico, Socrates, Cerezo y Junior, para que estos indeseables no sepan cómo recuperar la pelota. Desafiar a los actuales dirigentes a un fútbol mejor, pensado como deporte, entendido como un acto pasional que debe mantener ciertas formas aún dentro del negocio. El pasado será el arma que nos regale un mejor futuro.
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- Nicolás Di Pasqua
3 Comments
Sergio
17. jul, 2020Buscando los valores fundamentales del fútbol… ¿Qué mejor lugar para hacer pública mis condolencias? 17 de julio de 2020 – el día en el que el gran Silvio Marzolini pasó a la eternidad. Tuve el alto honor de conocerlo personalmente, conversar con él y con Ratín y manifestarles mi admiración. R.I.P Sin dudas que está con el altísimo. Respetos y condolencias para sus familiares y amigos.
Nicolás Di Pasqua
23. jul, 2020Muchas gracias por hacer de este espacio una expresion de los más arraigados sentimientos futboleros. Es esto lo que buscamos como medio independiente de esta sección y lo que yo, que conduzco la misma, trato de exprimir en días donde el fútbol se ha convertido en un ámbito más cercano al negocio que al juego. Un gran abrazo y me sumo como representante de Cultura Redonda y conductor de 1863 a las condolencias por la desaparición física de tan grande representante de nuestro fútbol como Silvio Marzolini.
Nicolás Di Pasqua
23. jul, 2020Muchas gracias por hacer de este espacio una expresion de los más arraigados sentimientos futboleros. Es esto lo que buscamos como medio independiente de esta sección y lo que yo, que conduzco la misma, trato de exprimir en días donde el fútbol se ha convertido en un ámbito más cercano al negocio que al juego. Un gran abrazo y me sumo como representante de Cultura Redonda y conductor de 1863 a las condolencias por la desaparición física de tan grande representante de nuestro fútbol como Silvio Marzolini.