#Rusia2018xCR
Colectivización de volantes ya
La individualidad como respuesta ante el pobre andamiaje colectivo o la individualidad como parte de una amalgama global superadora. Rusia 2018 expone hasta acá que gran parte de los seleccionados que ya se presentaron (18 de los 32 participantes) carecen de esa cohesión superadora que hace a los buenos equipos de fútbol. Así, el espectáculo de estos partidos ha sido discreto y generó más dudas que certezas de cara a lo que se viene.
En una Copa del Mundo que hasta acá carece de creadores, la España autogestionada post Julen Lopetegui mostró de los pocos momentos de fútbol atildado y propositivo del torneo. El otro equipo que también caminó por ese sendero fue Perú. Ninguno de los dos pudo llevarse un triunfo, en un caso por un Cristiano Ronaldo en modo leyenda y en el otro por la falta de pericia de frente al arco rival. Así como a los ibéricos el empate 3-3 les dejó mucho desde donde construir, para los incaicos la derrota ante la insípida Dinamarca significa estar a las puertas de la eliminación prematura. Ni el ingreso de Paolo Guerrero le pudo dar a Gareca esa cuota de tranquilidad ante Kasper Schmeichel.
Si se vio poco juego asociado con sentido en el torneo, parece un despropósito que España cuente con tantos y tan buenos mediocampistas. La crisis la desactivaron a puro pase, y espera a los dos rivales más débiles de la zona con aura de candidata. Mientras Fernando Hierro le da apenas unos minutos a Thiago, en Francia Didier Deschamps moriría por tener uno así para abastecer a sus fieras de ataque, que se la pasaron penando ante el utilitario equipo australiano. Un tal Adrien Rabiot maquillaría el poco manejo de los tiempos y los espacios de N’Golo Kante, Paul Pogba y Corentin Tolisso. El problema es que se encuentra a varios kilómetros de distancia de la cita.
En Rusia, hay hambruna de delanteros. Sin colectivización forzosa de los mediocampistas españoles, Uruguay o Argentina (además de la ya mencionada Francia) penan ante planteos de repliegue. Islandia y Egipto, junto a Irán y Australia, fueron los equipos que, con un sesgo defensivo, evidenciaron un plan en el cual el todo era más que arrestos individuales.
Tanto Óscar Tábarez como Jorge Sampaoli llevaban meses sabiendo qué propondrían sus adversarios y los dos reprobaron en el inicio. Lo del Maestro fue tan emocionante (por su condición física y su grito lleno de mística Celeste) como deficiente. Con una nómina rica en variantes, las enormes dificultades para abastecer a Suárez y Cavani se hicieron carne una vez más. El amistoso ante Uzbekistán había entregado algunas señales análogas que el entrenador no advirtió y casi paga el costo de la inacción. Lucas Torreira se impone en el futuro cercano.
Del lado argentino, un poco más de lo mismo. Alinear un doble pivote con Mascherano y Biglia para enfrentar a un equipo sumamente exitoso con una fórmula rácana y de juego directo es mala praxis. Jugar con extremos sin imaginación ni audacia para el 1 vs 1 llevó a que Lionel Messi nuevamente tuviera que partir desde el círculo central y, cuando sucede eso, las señales no son buenas. La película del hombre-orquesta ya se vio y el final nunca fue bueno. En ese estado de inanición, Sergio Agüero sólo se vio abastecido por un remate impreciso de Marcos Rojo que tenía destino de insignificancia. Tal vez la mejor noticia de la jornada fue ver que el delantero del Manchester City está en forma. Mientras tanto Giovani Lo Celso, el único que se aproxima a ser un generador de juego de élite, vio todo de la raya de cal hacia afuera.
Croacia tiró del talento de sus volantes para superar a Nigeria y atemorizar a Argentina. Es que así como la Albiceleste no puede desactivar a equipos que niegan espacios, también sufrió una goleada hace pocos meses ante un conjunto que le movió la pelota de un lado a otro. Sin la obligación de ir por los tres puntos, los balcánicos pueden jugar la doble carta de tenencia (Luka Modric, Ivan Rakitic) y salida directa. Si Alfred Finnbogason fue un enigma sin resolver para la dupla central argentina, qué pasará ante Mario Mandzukic. El entrenador no debe corregir los errores del planteo ante Islandia sino pensar en el mejor equipo para medirse a Croacia.
Los europeos aún están invictos en Rusia, los africanos no solo perdieron sus tres partidos sino que además no anotaron y los sudamericanos tuvieron en el equipo perdedor al mejor y más cercano al tope de su potencial. Los golazos de Denís Cheryshev y la penosa labor saudí parecen lejanos en el tiempo. El fragor del torneo nos pone por delante a Alemania, Brasil, Bélgica e Inglaterra, quienes exhibirán si se suman al lote de los colectivos cohesionados o a aquellos que dependen de los arrestos fantasiosos.
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- AUTOR
- Diego Huerta
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