Copas americanas
Conejillo de Norteamérica
La International Football Association Board, encargada de establecer las reglamentaciones que rigen dentro del fútbol, ha decidido utilizar a la MLS como banco de pruebas en la implementación de dos nuevas modificaciones, que buscan mejorar el espectáculo y hacer un poco más equitativo el juego.
La nueva metodología implementada para el tratamiento de las lesiones fuera del campo intenta lograr un tiempo de juego más fluido y conseguir una mayor cantidad de minutos netos de espectáculo. Así, el jugador que permanezca en el piso por más de quince segundos será ayudado a salir del campo por el cuerpo médico y atendido fuera de las limitaciones del terreno, pudiendo continuar la disputa del partido con mayor rapidez. A esta nueva medida, conocida como “Tratamiento fuera del campo”, se le suma la de “Suspensión por tarjeta roja”, que intenta darle mayor justicia al tratamiento de las expulsiones, dejando sin poder participar a quien haya visto la tarjeta roja del próximo partido contra el mismo rival, y no del siguiente del calendario.
Estas normas están siendo probadas en la MLS Next Pro, una liga de segundo orden en el fútbol de Estados Unidos y Canadá, que está haciendo su debut esta temporada y posee muchos equipos filiales de las franquicias que participan en la mejor liga de fútbol de Norteamérica. Pero esta no es la primera vez que el “Soccer”, como es conocido por aquellas tierras, tiende a modificar ciertas pautas. En sus inicios, a mediados de los ‘90, aquellos encargados de manejar los hilos de la liga se empecinaron en mutar el deporte al paladar del espectador yankee, generando cambios radicales. Algunos fueron puestos en práctica, pero otros ni siquiera llegaron a ser aceptados.
El auge del Mundial de 1994 y la contratación de algunas de aquellas figuras del máximo evento del fútbol mundial para vestir las camisetas de los recién nacidos equipos de la MLS parecía no alcanzarles a los organizadores de la debutante liga profesional norteamericana. Por eso, y para poder atraer no solo a los latinos que vivían en su territorio, sino también al público autóctono, la cúpula organizativa optó por adoptar ciertas reglas de otros deportes populares para el pueblo del norte, y volcarlas al nuevo espectáculo del soccer.
Así, en los primeras temporadas no solo pudieron verse apellidos mundialmente conocidos dentro del campo, como los colombianos Carlos “Pibe” Valderrama (Tampa Bay) y Leonel Álvarez (Dallas), los italianos Roberto Donadoni (MetroStars) y Walter Zenga (New England), los bolivianos Marco “Diablo” Etcheverry (D.C. United) y Jaime Moreno (D.C. United), el argentino Diego Soñora (Dallas), los mexicanos Hugo Sánchez (Dallas) y Jorge Campos (Los Ángeles) y el brasilero Branco (MetroStars), sino también algunas cosas raras, como el conteo descendente del reloj, que comenzaba en 90 y terminaba en 0. Según fuentes de aquella época, esta situación ayudaba al espectador a esperar emociones diferentes cuando el reloj estaba cerca de llegar a 0. Pero este no fue el único aspecto copiado de otras disciplinas más populares en aquellas tierras, como la NBA, la NFL o la NHL.
La posibilidad de solicitar tiempos muertos o “Time Out” fue otra de esas cosas que comenzaron a verse a menudo en los partidos de soccer, entre arcos, áreas y pelotas que rodaban mezclándose con mil líneas de estadios de fútbol americano adaptados para su utilización. Esta situación, común en los deportes más populares de Estados Unidos, daba protagonismo a los DT de los equipos, pero también la posibilidad a los espectadores de tomarse un tiempo para comprar comida, bebida o ir al baño sin perderse nada del espectáculo.
Hace algunas semanas, los entrenadores de Barcelona y Real Madrid hicieron un planteo sobre la necesidad de parar el reloj ante las constantes demoras propuestas por los rivales y la poca cantidad de juego neto que hay semana a semana en los partidos de la liga española. Esa misma situación fue evaluada en los inicios de la MLS y se pensó en otorgarle a los espectadores cierta cantidad de juego “real”. Aquella propuesta fue desechada, ya que se consideró que atentaba contra la identidad del juego, así como también la posibilidad de dividir el partido en cuatro tiempos, como sucede en la NBA, o de poder realizar jugadas detrás de la portería, algo que se ve en el hockey sobre hielo.
Sin embargo, el mayor problema que encontraban los organizadores se basaba en la cantidad de goles por partido que podría llegar a haber. En general, los deportes que atraen al público norteamericano tienen resultados finales abultados, emociones hasta el final y algo que a veces el fútbol no te da, un ganador y un perdedor.
Para poder lograrlo, se decidieron dos medidas que generaron bastante polémica dentro del ambiente del fútbol. La primera fue la eliminación de los empates. Cada partido tendría un ganador y, en caso de no encontrarlo en los 90 minutos, la liga reglamentó que se hiciera una tanda de penales que decidiera para qué lado se decantaba el sentimiento de la dulce felicidad por una victoria conseguida o la amarga sensación de una derrota inmerecida.
Pero, como no podía ser de otra manera, la necesidad del norteamericano por modificar las cosas a su manera y adaptarlas a su necesidad y gusto, llevaron a la federación del país del norte a modificar la tanda de penales. Así fue como aparecieron los “Shootouts”, un método de definición tomado de la NHL, donde el pateador arrancaba corriendo a 32 metros de la portería rival y tenía cinco segundos para definir la jugada en un mano a mano contra el arquero adversario. Tras cinco de esos improvisados penales, quien más convertía se hacía acreedor de un punto, mientras que el perdedor se iba sin nada a casa.
Hay varios videos en las diferentes plataformas de internet donde se puede ver este tipo de definición que no solo se volvió interesante y rara a la vez, sino que también generó mucha controversia, incluso provocando el repudio de muchos amantes del fútbol que lo veían como un invento que había llegado para empeorar el deporte del que se habían enamorado, y de algunos jugadores, como la estrella local Eric Wynalda, quien tenía un odio declarado contra los ‘shootouts’ que le causaron una dura lesión. “Esa fue la lesión que realmente descarriló mi carrera”, declararía en una entrevista años después, haciendo referencia a una distensión de ligamentos producto de un choque contra el arquero de Dallas Burn, Garth Lagerwey, de la cual apenas pudo recuperarse para llegar al Mundial de Francia 1998.
Pero no todos dentro del mundo del fútbol ven con malos ojos la adaptación y utilización de los “Shootouts” en la vida cotidiana y en la definición de los partidos. En 2017, el holandés Marco Van Basten se declaró fanático de esta variante de los tradicionales penales y declaró que podría ser interesante su implementación con algunas modificaciones en tiempo y en distancia. Además, en la Copa Uriel Arce, que se realizaba en La Plata, se usó este tipo de definición para definir los partidos.
Lo cierto es que en 1999 se pudo ver la última definición de “Shootouts” de la historia, cuando el D.C. United derrotó por 3-2 a Miami Fusión, tras solo tres años de implementación, debido a que los atacantes fallaban mayor cantidad de disparos que los que convertían y las autoridades consideraban que lo que se veía era más similar a un entrenamiento de finalización que una definición decisiva.
Para suplantarlo, se decidió el uso del gol de oro entre las temporadas 2000 y 2003, con dos prórrogas de cinco minutos en busca de un ganador. Si aún seguía el resultado en tablas, se daba el partido por finalizado en empate. Finalmente, en 2004, la MLS optó por dejar de lado todo este tipo de reglamentaciones inventadas para amoldarse a las que la FIFA estipulaba en sus reglamentos.
Habrá que esperar, evaluar y analizar, pero nadie le quitará al fútbol de Norteamérica el título de ser, hasta hoy, la liga que mayor cantidad de veces intentó modificar algunos ítems del deporte rey.
Por Emmanuel Lucero
- AUTOR
- Cultura Redonda
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