Lo dice claro el título, Costa Rica está en Rusia, no literalmente, pero como si lo fuera. La tarde del sábado 7 de Octubre se logró la siempre ansiada clasificación. Se logró de la forma que nadie quiere pero que es la que más sabe, sobre la hora, con un frentazo del defensor alto que se fue a jugar de 9, con un centro a pierna débil del mejor jugador del equipo, con un estadio murmurante pero esperanzado.

A falta de un partido en la hexagonal final de la Concacaf, ya hay dos puestos garantizados, México y Costa Rica, en ese orden en la tabla y a ellos se les sumará (salvo catástrofe) Estados Unidos. Costa Rica encadena así, por segunda vez en su historia, dos mundiales consecutivos. La últimas tres Eliminatorias se ha sufrido, la primera se padeció y no se clasificó y las siguientes dos se mantuvieron el sufrimiento pero se agregó la felicidad total.

Después del régimen (casi) militar al que estuvieron los jugadores bajo las órdenes de Jorge Luis Pinto, el mismo que llevó a los principales jugadores a poner un ultimátum de él o nosotros. Hoy el equipo es más una familia, con Óscar Ramírez quizás se perdió un poco (muy poco) de disciplina táctica pero a cambio se ganó un equipo que cree a muerte en el entrenador, que ve en él una persona que analiza a profundidad a los rivales y les da las soluciones que necesitan. Ramírez de ninguna manera ha sido, es o será perfecto pero era el entrenador ideal para continuar el proceso táctico del equipo una vez que Pinto fuera insostenible.

Ramírez, el padre de la criatura.

Ahora viene un nuevo reto. Se tiene fresco en la memoria el papel que se realizó en el Mundial de Brasil, donde se alcanzó el quinto partido y se llegó a una tanda de penales que separó a la escuadra tricolor de unas semifinales, de todos modos todo ese torneo se sintió como un sueño, de hecho así se sigue sintiendo cada vez que se lo recuerda  o cuando se repasan los partidos, allá también se sufrió. Allá también hubo felicidad.

Se habla mucho de repetir el papel realizado en el último Mundial, el objetivo primario y real debe ser clasificar a la segunda ronda, llegar a Octavos de Final se puede considerar un éxito para una selección que de ninguna manera es contendiente al título, si se logra más pues bienvenido sea, todo es ganancia a partir de ahí.

La base del equipo es básicamente la misma que para el Mundial anterior, salvo algo fuera de lo común se puede asegurar desde ya al menos a seis de los 11 titulares en el Mundial. Se cuenta con un portero de garantías (Keylor Navas), un equipo que sabe lo que es participar y competir en un Mundial. Costa Rica probablemente no será favorita en su grupo, probablemente también sea un rival complicado sea quien sea a quien enfrente. Casi podemos estar seguros que se va a sufrir. Ojalá otra vez para ser felices al final.