Copas
Culto a la injusticia
Por primera vez en la historia, la UEFA determinó una edición de la principal competencia europea de selecciones, con 24 integrantes en su nómina. La EURO 2016 presentó seis zonas de cuatro seleccionados cada una en su fase inicial, clasificando para octavos de final, el líder y el escolta de cada grupo y los mejores cuatro terceros.
Este formato presenta ciertas ventajas. Un cierre más emotivo en la definición de los terceros puestos, entregándole la posibilidad de clasificar a todos los equipos, prácticamente hasta la última jornada y, por ende, mayores posibilidades de progreso en el certamen para seleccionados de menor nivel que difícilmente guarden chances de acceder a la fase eliminatoria con dos cupos clasificatorios por zona. Pero sin duda alguna esconde un tremendo sabor a injusticia, que ha quedado nuevamente al desnudo con la eliminación de Croacia a manos de Portugal.
El equipo lusitano accedió a octavos de final sin ganar un solo partido, por obtener el tercer puesto del Grupo F. Tras igualar 1-1 con Islandia, 0-0 con Austria y 3-3 con Hungría, Portugal terminó la primera fase con tres unidades y diferencia de gol neutra. Con el mismo puntaje, Albania y Turquía, que consiguieron un éxito a lo largo de los tres encuentros iniciales, se quedaron afuera del torneo por acuñar una diferencia de gol negativa que las condenó a los dos últimos lugares de la tabla comparativa.
El reglamento coloca la diferencia de gol por encima de las victorias conseguidas en el desempate ante igualdad de puntos. Con esto queda validada la posibilidad de un campeón que no haya conseguido ningún triunfo en los 90 minutos, e incluso en tampoco tiempo extra. Además supone una igualdad de condiciones indebida entre un seleccionado como Croacia, que ha ganado su grupo sin derrotas y con dos victorias y un combinado que sólo ha evitado caídas pero no ha hecho los méritos suficientes para abrochar una victoria en tres presentaciones.
La eliminación croata en la noche francesa del sábado, con el gol de Ricardo Quaresma en los minutos finales del suplementario, no ha sido la primera exposición de injusticia que ha ofrecido esta configuración. Bélgica en 1986 arribó a las semifinales de la Copa del Mundo de México tras clasificar tercera en el Grupo B, derrotando solamente a Irak, uno de los peores equipos de la competición, con un exiguo 2-1. Una derrota inicial con el local y un empate 2-2 con Paraguay le entregaron el pasaje a octavos de final donde eliminó en tiempo extra a la Unión Soviética, que había ganado el Grupo C que compartía con Francia. Luego superó a España, escolta de Brasil en el Grupo D, en definición por penales, para acceder entre los cuatro mejores del torneo, cosechando sólo una victoria en los 90 reglamentarios.
Aún peores son los casos de Argentina en 1990 e Italia en 1994. El equipo dirigido por Carlos Salvador Bilardo accedió con muchísimo sufrimiento a octavos de final logrando una sola victoria en la fase de grupos. Luego eliminó a Brasil, que había ganado todos sus encuentros para obtener el Grupo C y más tarde a Yugoslavia y a la propia Azzurra -que no había cedido puntos hasta semifinales- por penales, para llegar a la final donde cayó por la mínima ante Alemania. El elenco italiano, obtuvo ajustadamente el pasaje a octavos en el Mundial de Estados Unidos. En una zona parejísima, donde todos consiguieron sumar cuatro unidades, Italia clasificó tercera por haber marcado un tanto más que Noruega y luego transitó un camino más decoroso que el argentino derrotando a Nigeria -ganadora del Grupo D- en tiempo extra, a España y a Bulgaria para caer por penales con Brasil en la final.
El agregado de ocho equipos más a la fase final de la Copa del Mundo, terminó en 1998 con este perverso sistema de disputa. Pero la UEFA no tuvo mejor idea que tomarlo para la presente edición de la EURO. Ni siquiera se tomó la molestia de revisar la historia previa para aggiornar el modelo realizando alguna modificación que premie a los mejores ante este tipo de enfrentamientos. Una ventaja deportiva que le entregue la clasificación al mejor ubicado en el enfrentamiento ante uno de los terceros hubiera sido una medida positiva para evitar la repetición de este tipo de situaciones. Pero a Portugal no le importará. Y en una de esas la justicia se ausenta definitivamente y este amarrete equipo de Fernando Santos se termina llevando el título sin conseguir un solo triunfo en los 90 minutos.
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- AUTOR
- Nicolás Di Pasqua
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