Copas europeas
Cup Winners’ Cup: de blanco y violeta
Es ley en esta saga: retomar donde habíamos dejado. Veníamos de un escueto pero intenso predominio del fútbol del este. Y hay que decir que el último campeón, el Dínamo de Kiev, representante de la URSS, no se iba a hacer presente para defender la corona en la edición de 1975/76. Es que los soviéticos tenían asuntos más importantes, como jugar la Copa de Campeones de Europa, por haber sido el campeón de la Soviet League. ¿Cuáles fueron los equipos que intentaron suplir su ausencia? El Celtic, que era dirigido por el legendario Jock Stein y que tenía a un naciente Kenny Dalglish como principal figura. La Fiorentina, que tenía entre sus filas al internacional italiano Giancarlo Antognoni (jugó el Mundial de 1978 y fue campeón del mundo en 1982) y cuyo DT era (atención) Carlo Mazzone; el legendario entrenador había llegado al conjunto viola luego de culminar una primera experiencia como coach que consistió en dirigir 12 años al Ascoli, equipo en el que se había retirado como jugador, y al que llevó a la Serie A por vez primera, proveniente desde la Serie C.
Otro que ya estaba dirigiendo era Luis Aragonés, quien estaba dando sus primeros pasos en el rubro, siendo el del Atlético Madrid -no podía ser de otra manera- su primer plantel a cargo, compuesto por personajes como José Eulogio Garate (atacante español, hijo de vascos, que nació circunstancialmente en nuestro país, más precisamente en Sarandí, donde vivía su abuelo, un exiliado de la Guerra Civil Española; dio sus primeros pasos en equipos vascos como el Eibar y el Indautxu, llegando al Aleti en 1966, donde explota definitivamente, logrando el trofeo de Pichichi de La Liga tres veces al hilo y llegando al seleccionado español), acompañado por forasteros como el brasileño Heraldo Bezerra y los argentinos Rubén Díaz (el Panadero jugó cuatro temporadas en el Atlético, ganando una liga y una Copa del Rey), Rubén Ayala (el Ratón pasó de San Lorenzo al Aleti en 1973, permaneciendo en el club de Madrid durante seis temporadas, para luego terminar su carrera en México) y Ramón Heredia (otro que pasó de CASLA al equipo Colchonero en 1973; Cacho también estuvo seis años allí, antes de pasar un par de temporadas por el PSG, retirándose en Sarmiento de Junín).
También participaron el Besiktas de Turquía, el Panathinaikos griego (que era dirigido por el brasileño Aymore Moreira, DT campeón del mundo con la Verdeamarela en Chile, allá por el año ‘62), el Basel suizo, el RC Lens de Francia, que contaba con el uruguayo Juan Martín Mugica (lateral surgido de Rampla Juniors, ganó la Libertadores y la Intercontinental con Nacional -como jugador en 1971 y repitiendo como entrenador en 1980-, jugó el Mundial de 1970 con el combinado charrúa y también tuvo un paso por el Lille) y el Home Farm FC de Irlanda, club con muy pocos lauros, aunque con una altísima reputación en lo que respecta a producción de jugadores: de sus categorías formativas han surgido hombres como Johnny Carey, Kenny Cunningham, Richard Dunne, Ian Harte, Gary Kelly, Liam Whelan (joven promesa del Manchester United y del fútbol irlandés que falleció en el Desastre Aéreo de Münich a los 22 años), Ronnie Whelan, entre otros.
Ninguno de estos equipos supo llegar con vida al 5 de mayo de 1976, fecha de la gran final, a disputarse en el Heysel Stadium, sede que casi diez años más tarde albergaría un suceso trágico, con ingleses como protagonistas del match decisivo. En esta ocasión, Inglaterra tuvo al West Ham United como representante en la final. Los Hammers, que buscaban su segundo título (habían ganado el certamen en la tirada de 1964/65), eran conducidos por John Lyall, ex jugador del equipo, que había tomado las riendas un par de años atrás y al que dirigió hasta el año 1989. Entre sus figuras estaban Frank Lampard (padre), Billy Bonds y Trevor Brooking, entre otros. Los ingleses llegaron a la final luego de ir apartando al Reipas Lahti de Finlandia (global de 5-2), al Ararat Yerevan de la URSS, que era dirigido por el legendario Viktor Maslov (global de 4 a 2), al Den Haag holandés, dirigido por otra leyenda del este europeo: Vujadin Boskov (pasaron los Hammers gracias al gol de visitante, luego de igualar 5-5 en el global) y al duro Eintracht Frankfurt alemán (4-3).
El otro contendiente por la corona era el Anderlecht, equipo que empezaba a mostrarse como uno de los más importantes del fútbol europeo y que era dirigido por el algo turbio (?) Hans Croon, un holandés que previamente había trabajado en clubes medianos -tirando a chicos- de Holanda y Bélgica y que estuvo una temporada en el Anderlecht, la cual le bastó para hacerse de uno de sus tres títulos. Luego de su retiro, Croon fue acusado por algunos de sus ex dirigidos de persuadirlos para tomarse un café veloz (?). El holandés se refugió en el culto a Bhagwan, más conocida como la secta de Osho. El misticismo no se quiso hacer cargo de este personaje y lo desprotegió: Croon murió a los 46 años luego de un accidente automovilístico. Nos quedamos con las ganas de verlo dando testimonio en Wild Wild Country, reconocido documental que relata el desembarco de la nave espacial de Osho (?) en un condado de Oregon, Estados Unidos.
Los belgas contaban con jugadores de gran reputación, como el neerlandeses Rob Rensenbrink -goleador del torneo con ocho tantos y goleador histórico del certamen con 25 goles- y Arie Haan, más los belgas François van der Elst, Ludo Coeck y Franky Vercauteren, todos jugadores de selección. Fueron despachando al Rapid Bucharest (global de 2-1), al Borac Banja Luka de Yugoslavia (global de 3-1), al Wrexham galés (global de 2-1), y al Sachsenring Zwickau de Alemania Oriental en semifinales (5-0).
El partido decisivo se jugó ante más de 51 mil personas, siendo el Anderlecht definitivamente local. El árbitro fue el francés Robert Wurz. Los ingleses arrancaron mejor y, llegando a la media hora de juego, se pusieron en ventaja gracias a un gol de Patrick Holland. Minutos antes de que termine la primera etapa, Lampard cometió un grosero error que propició el empate por parte de Rensenbrink. Los belgas se aprovecharon del desconcierto Hammer y lo dieron vuelta en la etapa complementaria, gracias a una contra muy bien definida por van der Elst.
El West Ham empezó a arremeter en busca de la igualdad y de tanto centro que tiró, el empate llegó: la cabeza de Keith Robson hacia la red a la pelota orientó. Ó (?). A partir de ahí, el partido se hizo de ida y vuelta, quedando más expuestas las falencias inglesas en defensa. Así fue que Holland le hizo un penal innecesario a Rensenbrink y el ladero de Johann Cruyff en la Naranja Mecánica lo convirtió en gol. Sobre el cierre, van der Elst -quien jugaría para los Hammers a principios de los ’80- aprovechó los espacios y, desparramando rivales en el área, decretó el 4-2 final, abrochando el primer título internacional para los belgas.
El Anderlecht logró repetir final en la siguiente edición, en la que -lógicamente- defendían el título. La base de jugadores era prácticamente la misma, aunque el timonel era otro: Raymond Goethals, que venía de dirigir al seleccionado nacional. Su equipo llegó a la última instancia luego de eliminar al Roda JC de los Países Bajos, que tenía un plantel bipeneano, gracias a la presencia de los Dicks (?): Advocaat y Nanninga, el autor del gol en la final ante Argentina en la Copa del Mundo que se jugó dos años después (el global fue de 5-3 en favor del Anderlecht), al Galatasaray, dirigido por el inglés Malcolm Allison y que tenía a un joven Fatih Terim entre sus players -hay que decir que el bueno de Terim es el actual DT del equipo turco- (el global fue de 10-2), al Southampton, que tenía a jugadores del calibre de Mick Channon, Peter Osgood, Robert Stokes y Peter Rodrigues (3-2), y al Napoli de Bruno Pesaola, director que contaba con buenos muchachos, como Giuseppe Savoldi, Luciano Chiarugi, Giuseppe Bruscolotti, Tarcisio Burgnich y Antonio Juliano (2-1 para los belgas).
¿Qué otros equipos fueron quedando en el camino? El Levski Sofia, que tuvo al goleador del torneo, Kiril Milanov, con 13 tantos, diez de ellos marcados en la serie ante el Reipas Lahti, lo cual es récord para una serie europea (los búlgaros terminaron pasando gracias a un global de 19-3). También estuvo el Lierse, que tenía a un joven Jan Ceulemans entre sus filas (vale aclarar que el club belga se desintegró en 2018). También la jugó el Sparta Praga, que era dirigido por Dusan Uhrin, quien veinte años más tarde llevaría al seleccionado checo a la final de la Euro de 1996, y que también tuvo entre sus players a Jiri Rosicky, padre de Tomas. También dijeron presente los polacos del Slask Wroclaw, equipo liderado por Wladislaw Zmuda, referente del fútbol polaco de la época, con cuatro mundiales en el lomo y con 21 partidos mundialistas en el haber, siendo el tercero de más presencias junto a Uwe Seeler y a Diego Armando Maradona.
Otros contendientes medianamente reconocidos: Cardiff City (cuándo no), Boavista, Hajduk Split, Dínamo de Tbilisi y el Olympique de Marsella, que tenía a varias figuritas en su plantel: los franceses Marius Tresor -uno de los mejores defensores de la época- y Georges Bereta -formó parte de la era dorada del Saint-Étienne y jugó en el seleccionado galo durante ocho años- y a los argentinos Héctor Yazalde, Raúl Nogués (volante argentino que surgió de Chacarita Juniors y que en un par de años se marchó a Francia, destacando en Lille, Mónaco, Nice, Saint-Étienne y Racing Club de París, entre otros) y Norberto Alonso, que había llegado a Francia para aquella temporada, la única del Beto en Europa: pasó varios meses lesionado y decidió volver al fútbol argentino para estar en los planes de César Luis Menotti de cara al Mundial de 1978.
Entre todos esos, solo el Hamburgo llegó con vida al encuentro final ante los belgas. El HSV era conducido por Kuno Klötzer y tenía a Manfred Kaltz y a Felix Magath entre sus jugadores más emblemáticos. Los alemanes fueron despachando al Keflavik islandés (4-1), al Hearts escocés (8-3), al MTK Budapest de Hungría (5-2) y al Atlético Madrid de Luis Aragonés (4-3).
La final aconteció el 11 de mayo de 1977, en el Estadio Olímpico de Amsterdam, ante 66 mil personas. El árbitro fue el inglés Pat Partridge. El partido fue entretenido, con llegadas de ambos bandos: los alemanes fueron los que más chances generaron, pero los belgas tuvieron la más clara al estrellar un tiro en el palo. Recién en el tramo final del encuentro se empezó a inclinar la balanza en favor de los teutones, que encontraron la ventaja por la vía del penal (anotado por Georg Volkert). En el minuto 88 de juego, Magath liquidó el duelo con una contra que encontró a los campeones defensores ya resignados. Así, los de Alemania Federal se desvirgaban en el plano internacional.
La siguiente edición, la de 1977/78, ofreció una rápida revancha, dado que el Hamburgo y el Anderlecht se volvieron a cruzar, esta vez en la segunda ronda, ganando los belgas en esta oportunidad. Hay que decir que los alemanes acababan de incorporar a sus galácticos, Kevin Keegan e Ivan Buljan. El equipo de Goethals se impuso por un global de 3-2. También hay que decir que el Anderlecht terminó accediendo a la final por tercera ocasión en fila, lo cual es récord en la competencia. Además de los alemanes, los belgas se cargaron al Lokomotiv Sofia de Bulgaria (8-1), al Porto de Fernando Gomes (3-1), al Twente holandés (3-0), que tenía a jugadores como Frans Thijssen (holandés que pasó por el fútbol inglés, convirtiéndose en ídolo del Ipswich Town primero y en descarte para Brian Clough en el Nottingham Forest después), Arnold Mühren (holandés ex Ajax, que también pasó por el Ipswich Town y supo jugar en el Manchester United) y Hallvar Thoresen, una de las primeras figuras del fútbol noruego, que, al día de hoy, es el máximo anotador extranjero en la historia de la Eredivisie.
Antes de develar al otro finalista, vamos a repasar a algunos de los otros participantes que fueron quedando en el camino: el PAOK griego, que era dirigido por el norirlandés Billy Bingham, quien supo ser figura del fútbol de Irlanda del Norte como jugador (jugó el Mundial de 1958, el primero para el país británico) y también como entrenador (llevó a su país a los mundiales de 1982 y 1986). También pasó el Besiktas, que era dirigido por Milos Milutinovic, hermano del mítico Bora; Milos no vivió como “el hermano de”: tuvo una dilatada carrera como entrenador, siendo campeón con el Partizán y con el Vélez Mostar, llegando a dirigir también al seleccionado de Yugoslavia y en México, donde estuvo a cargo del Atlas durante un año; pero lo mejor fue su carrera como jugador: Milos disputó dos mundiales con el seleccionado yugoslavo (1954 y 1958) y llegó a jugar en el Bayern Münich.
Otro de los ilustres invitados fue el 1.FC Köln de Alemania Federal, equipo dirigido por uno de los entrenadores más influyentes de Europa: Hennes Weisweiler, quien estuvo a cargo de las épocas más festivas del Colonia y también del Borussia Mönchengladbach, llegando a dirigir al Barcelona, donde duró lo que un gas en una canasta (?) al chocar con la estrella del club, Johan Cruyff; Weismeiler tenía entre sus pupilos a tipos como Hannes Löhr (máximo anotador histórico del Colonia e integrante del seleccionado alemán que terminó tercero en el Mundial de México 1970), Bernhard Cullmann (campeón del mundo en 1974 y de Europa en 1980, diciendo presente también en la Copa del Mundo disputada en nuestro país) y a un joven Toni Schumacher, que aún no había empezado a analizar si era conveniente salir a atorar a Jorge Burruchaga (?). El Real Betis también dijo presente. Los Verdiblancos tenían a Gordillo (leyenda bética), al holandés Gerrie Mühren (hermano del mencionado Arnold), al uruguayo Hugo Cabezas (delantero que pasó por Estudiantes de La Plata entre 1975 y 1977) y al argentino Eduardo Anzarda. El Chavo, surgido de River Plate, y que como entrenador supo escribir una de las más bellas historias de nuestro fútbol al llevar a Huracán de Tres Arroyos a la máxima categoría del fútbol argentino, había llegado al equipo sevillano procedente del Real Madrid, nada menos.
Otro de los cucos fue el Saint-Étienne, que daba vida a una notable generación de jugadores compuesta por el yugoslavo Ivan Curkovic, el argentino Osvaldo Piazza (el ex Vélez Sarsfield es ídolo absoluto de Les Verts), Gerard Janvion, Jacques Santini, Dominic Bathenay, Dominique Rocheteau y Christian Lopez, entre otros. El Manchester United también pasó por la CWC: los ingleses, que aún no habían tenido el placer de conocer a Alex Ferguson, trataban de recuperar su status de la mano de jugadores como Steve Coppell, Alex Stepney (arquero sobreviviente del equipo que había ganado su primera Copa de Europa diez años antes), Jimmy Nicholl y Sammy McIlroy. Y como si esto fuera poco, el Milan del legendario Nils Liedholm disputó el certamen, con players de la talla de Fabio Capello, Enrico Albertosi, Aldo Maldera, Gianni Rivera y Fulvio Collovatti.
Entre tanto gran equipo, entre tanta figura, fue el Austria Viena el que supo sobrevivir hasta la jornada final. El conjunto dirigido por Hermann Stessl fue trabajando duramente el certamen, superando a equipos como el Cardiff City (1-0), el Lokomotiva Kosice (1-1, gracias al gol de visitante), el Hajduk Split (2-2, pasando por penales) y el Dínamo Moscú (también por penales, luego de igualar 3-3). Los austríacos contaban con hombres que eran importantes en el seleccionado nacional, como Robert Sara, Erich Obermayer y Ernst Baumeister, pero el más destacado era el volante Herbert Prohaska, uno de los mejores jugadores austríacos de la historia: jugó los mundiales de 1978 y 1982, jugó en Inter y en Roma y, como seleccionador, metió al combinado nacional en el Mundial de Francia ‘98. Ojo, que también tenían a un par de uruguayos: Alberto Martínez, volante que surgió de Peñarol y se fue rápidamente a hacer carrera a Austria (su hijo Sebastián llegó a jugar para el seleccionado europeo), y Julio Morales, ganador de Copa Libertadores (es uno de los goleadores históricos del certamen) e Intercontinental en un par de ocasiones con Nacional, y jugador del seleccionado charrúa (jugó el Mundial de 1970, en México).
La final se disputó el 3 de mayo de 1978, a pocos días de arrancar la Copa del Mundo que se desarrolló en la Argentina. La sede fue nada menos que el Parque de Los Príncipes, en París, ante una concurrencia de 48.679 espectadores. El juez fue Heinz Aldinger, un alemán de los federales. Todos testigos de la paliza que le propinaron los belgas a los austríacos, goleada mediante: 4 a 0 para los de Goethals, que ya iban ganando antes del cuarto de hora de juego, gracias a un tanto de -cuándo no- Rob Rensenbrink. La cosa se puso muy fea para los austríacos sobre el final del primer tiempo: el holandés puso el segundo a los 44’, con un tiro libre por afuera de la barrera, y un (1) minuto después, Gilbert Van Binst, lateral del equipo belga, marcó el tercero, ante la inexistente defensa del equipo de Viena. Partido liquidado.
A menos de diez minutos para el final del encuentro, otra vez Van Binst, despachándose con un golazo, con el rival completamente entregado. El Austria Viena continuaría dominando en el ámbito local, aún pese a la partida de Prohaska al fútbol italiano, pero nunca volvió a experimentar una definición en el plano internacional. El Anderlecht, que tenía a un DT top y a una brillante generación de jugadores, pudo volver a probarse en instancias decisivas de otras competencias europeas, pero esta sería su última Copa de Ganadores de Copa.
Repasa acá otras entregas y la historia de la Cup Winners’ Cup
- AUTOR
- Fernando Marino
One Comment
Eladio Jesús Fernández Rosa
11. nov, 2021Los felicito por esta serie de artículos sobre la (tristemente) desaparecida Copa de Europa de Campeones de Copa (o, como se la conocía en España, la Recopa). Espero que continúen con la serie y podamos seguir con la historia del Barcelona, el más laureado de la competición, que conquistó la primera en 1979 en una emocionante y emotiva final frente al Fortuna Düsseldorf; la del Valencia; la final de los dos «matagigantes» del Este entre Carl Zeiss Jena y Dínamo Tblissi; las que disputó la gran Sampdoria de Boskov en los ochenta o el Ajax de Cruyff, Van Basten y Rijkaard en 1987 o la del Zaragoza de 1995.
Un cordial saludo.