Copas europeas
Cup Winners’ Cup: de estabilización y breves maldiciones
Tal como habíamos anunciado en el primer posteo, el repaso sobre la competencia continental clase B buscará discurrir de la forma más ordenada posible, cronológicamente hablando. Es por ello que hoy serán tratadas las ediciones siguientes a la original: las Cup Winners’ Cup disputadas entre 1961 y 1963. Hay que decir que ambas están conectadas por un llamativo hecho, que será brevemente expuesto (no así explicado) al final de esta nota. Hay que decir que la Copa de Ganadores de Copa de Europa de 1961/62 fue la primera en ser reconocida como oficial por la UEFA. A partir de esta edición las finales empezarían a jugarse a partido único, en territorio neutral. La cantidad de participantes aumentó considerablemente: se pasó de diez equipos a 23.
He aquí los participantes de la CWC II: AGF (Dinamarca), Ajax (Holanda; en sus filas contaba con Co Prins, atacante holandés, que supo interpretar a uno de los prisioneros aliados en la recordada película Escape A La Victoria, de 1981), Alliance Dudelange (Luxemburgo), Atlético Madrid (España), Dunfermline Athletic (Escocia; dirigido por el legendario manager escocés Jock Stein), Dynamo Žilina (Checoslovaquia), el campeón defensor Fiorentina (Italia), FK Vardar (Yugoslavia), Floriana (Malta), Glenavon (Irlanda del Norte), La Chaux-de-Fonds (Suiza), Leicester City (Inglaterra), Leixões (Portugal), Motor Jena (Alemania Oriental), Olympiakos (Grecia), Progresul Bucuresti (Rumania), Rapid Viena (Austria), Sedan (Francia), Spartak Varna (Bulgaria), St. Patrick’s Athletic (Irlanda), Swansea Town (Gales), Újpest Dózsa (Hungría) y Werder Bremen (Alemania Federal).
Habrá mención de honor para tres equipos. Empezamos por el Sedan, club francés que fue fundado en 1919, cuyo estadio lleva el nombre del DT que llevó al equipo a esta copa: Stade Louis Dugauguez. Dugauguez se hizo cargo de Les Sangliers en el año 1948, dirigiendo al equipo de manera ininterrumpida hasta 1974. Lo rescató de las ligas amateurs y guió al club hasta la primera división, metiendo en dicho proceso tres finales de copa de liga y ganando dos de ellas (únicos títulos en la historia del club). Actualmente, el Sedan se encuentra en foja cero: hace un par de años regresó a las ligas amateur del fútbol francés (CFA, Championnat de France Amateur). La 2006/07 fue su última temporada en la Ligue 1. He aquí una curiosidad relativa al equipo francés de aquella temporada: contaba en sus filas con Zacharie Noah, defensor camerunés que tuvo una trayectoria corta debido a una grave lesión cuando jugaba para Sedan, y que es el padre del reconocido tenista Yannick Noah y abuelo del basquetbolista de los Memphies Grizzlies, Joakim Noah.
Por otra parte, el Progresul Bucuresti rumano fue fundado en 1944 bajo la denominación BNR Bucuresti. Disputó 32 temporadas en la primera división del fútbol rumano. En el año 2007 descendió a segunda y en 2009 terminó siendo desafiliado por severos problemas financieros, recayendo en la cuarta categoría, donde estuvo compitiendo hasta la temporada pasada. Actualmente, está inactivo. Ambos equipos fueron eliminados en primera instancia: el Sedan fue despachado por el Atlético Madrid en la ronda preliminar y el Progresul, que arrancó desde la primera ronda, fue eliminado por el Leixões portugués, equipo dirigido por el argentino Nelson Filpo Núñez, un verdadero trotamundos que desarrolló una importante reputación en el fútbol brasileño, al punto de llegar a convertirse en el seleccionador del combinado nacional brasileño, siendo el segundo extranjero en tener dicho honor. ¿Cómo llegó a eso? Don Filpo (o «el Bandoneón», como también lo llamaban) fue el artífice de un muy recordado equipo de Palmeiras, al cual bautizaron como «La Academia». Fue por eso que en 1965 fue el elegido como seleccionador de la Verdeamarelha para disputar un partido amistoso contra Uruguay, con motivo de la inauguración del Estadio Mineirao. Don Filpo puso en cancha a su equipo de Palmeiras y Brasil terminó imponiéndose a los Charrúas por 3-0.
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Filpo Núñez, que tuvo una carrera tan corta como improductiva como jugador, empezó dirigiendo en nuestro país a Independiente Rivadavia de Mendoza. Saltó la cordillera y dirigió en Chile, escaló hacia Ecuador, pasó por Perú, hasta llegar a Brasil. Allí dirigió a Cruzeiro, Guarani, Atlético Paranaense, Vasco da Gama, entre otros. Su primera experiencia europea se da justamente en el Leixões, equipo con el que obtiene la Copa de Portugal (por primera y única vez en su historia), lo cual le vale la clasificación a la Cup Winners’ Cup que ahora nos toca desmenuzar. En 1962 pasa al Vitoria Setúbal y al año siguiente pega la vuelta a Brasil: llega a Palmeiras, pasa por Corinthians, Coritiba, nuevamente Cruzeiro, entre tantos otros. En 1973 vuelve a Argentina, donde dirige primero a San Martín de Tucumán y luego a Vélez, en breves ciclos. El periplo continuó: Brasil, otra vez Leixões, Badajoz de España (!), Brasil, Monterrey de México, Brasil otra vez, Leixões otra vez, Brasil otra vez, vuelta al país para dirigir a Atlanta y regreso definitivo a tierras brasucas. Se retiró dirigiendo al equipo de fútbol femenino de Palmeiras.
Volviendo a las menciones de honor, hablaremos del Motor Jena, equipo de Alemania Oriental, hoy llamado FC Carl Zeiss Jena, que se encuentra tratando de subsistir en la 3. Liga, tercera división del fútbol alemán (viene de ascender a la misma en la anterior temporada, proveniente de la Regionalliga Nordost). Se trata de un club que fue fundado en 1903 por los trabajadores de la reconocida fábrica de insumos ópticos Carl Zeiss AG. El equipo alemán del este, que iniciaba su periodo más exitoso, contaba para la competición con dos históricos. En cancha lo tenía a Peter Ducke, un auténtico one club man: jugó toda su carrera en el FC Carl Zeiss Jena, siendo también un histórico del seleccionado alemán oriental, con el cual disputó el Mundial ’74, donde se dio el gusto de derrotar a su vecino federal. Ducke es el tercer goleador histórico de la extinta Oberliga. Fuera de la cancha contaba con Georg Buschner, otro que jugó toda su vida para el Motor Jena, en todas sus variantes. Se retiró en 1958 y a las seis semanas de su retiro, tomó las riendas del equipo como DT, al que sacó campeón de la Oberliga por vez primera, repitiendo título liguero en dos ocasiones más, antes de irse a dirigir al seleccionado de Alemania Oriental, al que condujo en el mencionado Mundial ’74 y con el que ganó las medallas de bronce y de oro en los Juegos Olímpicos de Münich (1972) y de Canadá (1976), respectivamente.
Los finalistas fueron el Atlético Madrid y el campeón defensor, Fiorentina. Los Viola arrancaron desde la primera ronda, mientras que el Colchonero inició su trayecto en la ronda preliminar, instancia en la que superó al Sedan (golbal de 7-3). En primera ronda se cargó al Leicester City (3-1), equipo dirigido por el histórico Matt Gillies y que contaba con la presencia en el arco del legendario Gordon Banks. En cuartos de final superaron al Werder Bremen (4-2) y en semifinales al mencionado Motor Jena, con un inapelable 5-0 global. Los madrileños tenían en Joaquín Peiró a su máxima figura: el delantero español jugó siete temporadas en el Atlético; desde allí saltó al fútbol italiano, iniciando dicha experiencia en Torino, recalando en el Inter de Helenio Herrera para culminar su fructífera carrera en la Roma; jugó 12 partidos en la selección española, con la que disputó dos mundiales: Chile ’62 e Inglaterra ’66 (en dichas competencias Peiró anotó cuatro de sus cinco goles con La Furia, uno de ellos a la Argentina en la copa mundial del ’66).
Hay que decir que el Atlético tenía a dos argentinos en sus filas: Edgardo Medinabeytía y Jorge Griffa. Medinabeytía, el Vasco, fue un arquero surgido de Huracán que llegó al Aleti en 1958, club en el que perduró nueve temporadas, en las que logró cinco títulos. El reconocido entrenador de inferiores, por su parte, firmó un año más tarde que su compatriota, proveniente desde Newell’s Old Boys. Permaneció diez años en las filas del Colchonero -hasta Luis Amaranto Perea, fue el jugador extranjero con más presencias en el Rojiblanco-, pasando luego al Espanyol, donde consumió los últimos años de su carrera.
La Fiorentina, que seguía contando con algunas de las figuras que le habían dado el título original (aunque no oficial), comenzó pulverizando con un global de 9-3 al Rapid de Viena de Gerhard Hanappi, volante austríaco que jugó 15 años para el Rapid de Viena y que disputó 92 partidos con el seleccionado de su país, siendo considerado uno de los mejores jugadores austríacos de todos los tiempos. Tal es así que, luego de su fallecimiento en el año 1980, el estadio del Rapid fue rebautizado con su nombre. En cuartos de final dejaron en el camino al Dynamo Žilina (4-3), mientras que en semifinales se cargaron al Újpest Dózsa (3-0). La Fiore era dirigida por Ferruccio Valcareggi, que, cuatro años más tarde, se convertiría en el seleccionador italiano, alcanzando el título en la Euro de 1968 y el subcampeonato en el Mundial de México ’70. La gran figura seguía siendo el sueco Kurt Hamrin, respaldado por nombres conocidos en el club, como Enrico Albertosi, Enzo Robotti y Sergio Castelletti, más algunas caras nuevas, como las de Aurelio Milani y Saul Malatrasi, jugadores que fueron parte del plantel que ganó la CWC I, aunque con nula participación, convirtiéndose en hombres importantes durante la campaña relativa a la CWC II (ambos pasarían luego al Grande Inter de Helenio Herrera). Además, el club Viola contaba con el turco Can Bartu, mediapunta surgido del Fenerbahçe que se convirtió en el primer jugador turco en disputar una final europea. Posteriormente, Bartu supo vestir las camisetas del Venezia y de la Lazio. Jugó 26 veces para su selección. Paralelamente, fue jugador de básquet, también siendo parte del seleccionado nacional en dicha disciplina.
Tal como dijimos al comienzo, la final iba a ser a partido único. La sede elegida fue Hampden Park, Glasgow. Casi 27.000 personas asistieron al empate a uno entre la Fiore y el Aleti. Joaquín Peiró y Kurt Hamrin fueron los scorers. Sin tiempos suplementarios a la vista, debió jugarse un partido replay. La final se mudó al Neckarstadion, en Stuttgart, estadio que albergó a 38.000 espectadores que vieron cómo el Atlético se impuso con autoridad por 3-0, con goles de Miguel Jones, Mendonça y Peiró. Medinabeytía atajó en ambos partidos, mientras que Jorge Griffa jugó el replay que le dio al Colchonero su primer título internacional.
Para la tercera tirada de la Cup Winners’ Cup participaron 25 equipos: Alliance Dudelange (Luxemburgo), el campeón defensor Atlético Madrid (España), Bangor City (Gales), Boldklubben 1909 (Dinamarca), Botev Plovdiv (Bulgaria), Chemie Halle-Leuna (Alemania Oriental), Graz (Austria), Hibernians (Malta), Laussane Sports (Suiza), Napoli (Italia), Nürnberg (Alemania Federal), OFK Beograd (Yugoslavia), Olympiakos (Grecia; fue descalificado sin jugar partido alguno, permitiéndole al Hibernians maltés pasar a la primera ronda sin transpirar), Portadown (Irlanda del Norte), Rangers (Escocia), Saint-Étienne (Francia), Sevilla (España), Shamrock Rovers (Irlanda), Slovan Bratislava (Checoslovaquia), Sparta Rotterdam (Holanda), Steaua Bucarest (Rumania), Tottenham Hotspur (Inglaterra), Újpest Dózsa (Hungría), Vitoria Setúbal (Portugal) y Zaglebie Sosnowiec (Polonia).
Destacaremos a dos de estos veinticinco equipos: el OFK Beograd y el Chemie Halle-Leuna. El club yugoslavo fue fundado en 1911, en Karaburma, Belgrado. Es el club serbio más antiguo. Actualmente está en la tercera división. Entre los ‘20s y ‘40s ganó cinco títulos de liga, siendo su periodo más exitoso. En los ‘50s y ‘60s el éxito se trasladó a las copas de liga, obteniendo cuatro, lo cual le permite disputar competencias internacionales. Su mayor logro continental fue haber alcanzado la semifinal de esta CWC III. Con el tiempo, fue quedando cada vez más a la sombra de los equipos de Belgrado como el Partizán y el Estrella Roja. Los orientales de Alemania, por su parte, nacieron en el año 1900 como Hallescher Fussball-Club Wacker 1900. Hasta la Segunda Guerra Mundial fue un equipo de bastante éxito en la Gauliga. Con la división alemana post guerra, queda como uno de los clubes fundadores de la Oberliga. Allí fue renombrado a BSG Turbine Halle para luego pasar a ser Chemie Halle-Leuna en el año 1954. Ganó dos copas de liga y su mejor resultado liguero fue un tercer puesto en la temporada 1970/71.
Luego de la reunificación alemana, en vísperas de la década del ‘90, la reestructuración ubica al Halle-Leuna en la segunda división, momento para el cual había sido rebautizado como Hallescher FC. Esto catalizó la salida de sus mejores jugadores. Ahí empezó la caída libre hasta las ligas regionales. En 2007 empezó a repuntar y, en la 2011/12, ascendió a la tercera categoría (actualmente está allí), imponiéndose al mismísimo RB Leipzig, lo cual le permitió dejar las divisionales amateur luego de veinte años alejado del profesionalismo. Ambos equipos se enfrentaron en la ronda preliminar. Los yugoslavos ganaron 2-0 como locales en la ida, resultado que hizo la diferencia luego de igualar 3-3 como visitantes. Para el OFK jugaba uno de los símbolos del fútbol del este europeo: Josip Skoblar, quien surgió del Zadar e inmediatamente fue reclutado por el OFK Beograd gracias al arquero del equipo, Perica Radenkovic, quien se encontraba cumpliendo con el servicio militar en la ciudad de Zadar, donde vio desempeñarse a Skoblar, a quien recomendó rápidamente en su club. Allí jugó siete temporadas para luego pasar al Hannover 96 alemán y al Olympique de Marsella, donde se consagró como goleador del fútbol galo en tres temporadas consecutivas.
A continuación, dedicaremos un párrafo a la incursión del Napoli en esta competencia. El Partenopei comenzó viajando a Gales para enfrentarse al Bangor City, por la ronda preliminar. Los italianos cayeron por 2-0. La vuelta, jugada en casa, arrancó muy bien para el local: antes de la hora de juego, los napolitanos habían equilibrado la serie. Un gol de los galeses a menos de veinte minutos para el final presagiaba lo peor. Pero apareció Giovanni Fanello, quien decretó el 3-3 global, obligando a jugar un tercer partido desempate a disputarse en Londres. Napoli se quedó con el match decisivo, al imponerse por 2-1, con otro gol agónico, esta vez marcado por Humberto Rosa, quien ya había abierto la cuenta. Rosa era un jugador argentino, que debutó a los 16 años en Rosario Central, siendo vendido en 1954 a la Sampdoria, donde pasó dos años, antes de recalar en el Padova, equipo en el que se destaca, despertando el interés de varios clubes de la Serie A. Cuando estaba para concretar su pase a la Lazio, equipo con el que llega a disputar una gira amistosa por Europa, termina firmando para la Juventus, donde compartiría plantel con Omar Sívori y con el galés John Charles. No le fue muy bien en la Vecchia Signora y rápidamente ficha por el Napoli, club en el que termina colgando los botines.
En primera ronda, el Napoli quedó emparejado con el Újpest Dózsa, que lo recibió en Budapest para el partido de ida. Y no lo recibió muy bien que digamos, ya que los húngaros se pusieron en ventaja al minuto de juego, gracias a un gol de Ferenc Bene (atacante del seleccionado húngaro, con el que metió cuartos de final en el Mundial de 1966, tercer puesto en la Euro de 1964 y medalla de oro en los Juegos Olímpicos de ese mismo año; en el Újpest ostenta una notable marca de 303 goles). A la hora, el Partenopei decretó la igualdad definitiva, a través de Achille Fraschini. En Napoli se dio un resultado idéntico: Ugo Tomeazzi había puesto en ventaja al local, que sufrió el empate a los pocos minutos por una anotación de Ernó Solymosi (volante del seleccionado húngaro, con el que disputó los Juegos Olímpicos de 1960, el Mundial de 1962 y la Euro de 1964. Luego de su retiro, trabajó para el Ministerio de Asuntos Internos, siendo el guardaespaldas de Janos Kadar, primer ministro húngaro durante la etapa del auge comunista en Europa del Este). El 2-2 global obligaba a jugar un nuevo partido desempate con sede en Lausanne, Suiza. Los napolitanos se impusieron con autoridad por 3-1 y clasificaron a los cuartos de final, instancia en la que debían medirse con el mencionado OFK Beograd.
En la serie regular, se dio lo mismo que ante el Bangor City, derrota por 2-0 como visitante y triunfo 3-1 como local. La tercera sería la última: el partido replay, jugado en Marsella, terminó siendo favorable a los yugoslavos, que lo ganaron por 3-1. Spasoje Samardzic, extremo considerado uno de los más grandes jugadores del club, fue una verdadera pesadilla para Napoli, al cerrar la serie con cuatro tantos ante el conjunto italiano, que contó con un Cané inspirado, autor de dos tantos. Es nuestro deber esclarecer que Cané fue un delantero brasileño que abandonó su país rápidamente, luego de iniciarse en el Olaria, aterrizando sin escalas en el San Paolo, lugar en el que permaneció por siete temporadas. Fue vendido al Bari, con el que desciende a Serie B, y termina volviendo a Napoli para retirarse. Al año de su retirada, se hizo cargo de la dirección técnica del equipo, convirtiéndose en el primer entrenador de color en la historia del fútbol italiano.
En esta tercera edición de la Copa de Ganadores de Copa se vuelve a dar el hecho de que el campeón defensor repite la final: el Atlético Madrid, que arrancó su defensa en la primera ronda derrotando al Hibernians de Malta con un 5-0 global. El Colchonero se encontró con el Botev Plovdiv en cuartos de final. Los búlgaros tenían entre sus filas a Georgi Asparuhov, considerado el más grande futbolista búlgaro (hasta la aparición de Hristo Stoichkov). Asparuhov surgió del Levski Sofia, pero pasó un par de temporadas por el Botev Plovdiv, volviendo al Levski un par de años más tarde. Jugó los mundiales de 1962 y 1966 con su selección. Su carrera se desvaneció repentinamente junto con su vida: Asparuhov falleció trágicamente en un accidente automovilístico, allá por el año 1971. Tenía 28 años de edad. Poco pudo hacer el astro búlgaro ante el Aleti, que terminó redondeando la serie con un inapelable 5-1 a su favor. Tocaba el Nürnberg alemán en semifinales. El equipo madrileño comenzó ganando en el Städtisches Stadion, pero dos goles de Tasso Wild le dieron el triunfo a los locales. En casa, los españoles lo ganaron 2-0, dieron vuelta la serie y se clasificaron nuevamente a la final.
Allí los esperaba el Tottenham Hotspur, que estaba viviendo una de sus épocas doradas de la mano del legendario Bill Nicholson, quien conformó un equipazo con jugadores de la talla de Maurice Norman (mundialista inglés en las copas de 1958 y 1962), Bobby Smith (atacante del seleccionado inglés), John White (mediapunta del seleccionado escocés, que murió a los 27 al ser alcanzado por un rayo en una tormenta eléctrica que se desató mientras jugaba al golf), Dave Mackay (líbero del seleccionado escocés que, en los últimos años de su carrera, fue persuadido por Brian Clough y por Peter Taylor, quienes se lo llevaron para el Derby County, cuando la dupla dirigía a dicho equipo, logrando juntos el ascenso a primera), Cliff Jones (precursor de los prototipos de extremos galeses, como Ryan Giggs y Gareth Bale; llegó a los Spurs luego de disputar el Mundial del ’58 con su selección, procedente del Swansea Town; terminó convirtiéndose en un uno de los mejores extremos del mundo en aquella época), Jimmy Greaves (máximo goleador en la historia del fútbol inglés, con 357 goles, campeón del mundo con el seleccionado inglés en 1966) y Danny Blanchflower (volante norirlandés, capitán de los Spurs, considerado como uno de los mejores jugadores de la historia del club -si no el mejor- y uno de los símbolos máximos de su seleccionado, con el que disputó la Copa del Mundo de 1958, en Suecia, donde fue elegido en el equipo ideal).
Al igual que el Atlético, Tottenham arrancó jugando el torneo desde la primera ronda, instancia en la que debía medirse al Rangers escocés. Los de Londres cerraron la serie con un global de 8-4. En cuartos de final los esperaba el Slovan Bratislava. Los ingleses se volvieron a casa con un 0-2 duro de remontar. Pero el Tottenham estaba en un gran momento: un 6-0 en White Hart Lane lo depositó en las semifinales. Allí chocaron con un OFK Beograd algo desgastado luego de la serie con Napoli, propinándoles sendos triunfos, tanto a domicilio (2-1) como en casa (3-1), postulándose así para arrebatarle la corona al campeón defensor, cosa que hizo formidablemente: en Rotterdam, ante casi 50.000 personas, los Spurs aplastaron al Atlético (que contó con las presencias de Medinabeytía y Griffa), quedándose con el título al golear a los españoles por 5-1, con dobletes de Greaves y de Terry Dyson, más otro tanto convertido por el desgraciado White (había descontado Enrique Collar, de penal). Así, el Tottenham no solo se convertía en el primer equipo británico en ganar un título a nivel continental, sino que daba inicio al mito de que había una maldición sobre los campeones defensores.
Los ingleses se encargaron rápidamente de refutar dicha hipótesis, al quedar eliminados en la primera ronda de la CWC IV, la de 1963/64: arrancaron desde la primera ronda, teniendo que enfrentarse a sus compatriotas del Manchester United, equipo que se encontraba en franca reconstrucción luego de la tragedia aérea padecida en Münich casi cinco años antes. La defensa de la corona había comenzado de forma óptima, ya que el Tottenham ganó el partido de ida en White Hart Lane por 2-0, con goles de Mackay y de Dyson. En Old Trafford fue otra la historia: los Red Devils, de la mano de un inspirado Bobby Charlton, despacharon al campeón defensor con un inapelable 4-1, poniendo fin a una maldición que nunca llegó a ser.
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Los de Matt Busby se enfrentarían en cuartos de final con el Sporting de Lisboa, que venía de pulverizar al APOEL chipriota por un global de 18-1. Poco importaron estos guarismos a los ingleses, que ganaron 4-1 en casa, con un triplete de Denis Law. Pero se daría vuelta la tortilla en el partido revancha: los portugueses le propinaron un 5-0 al United, que dejó a los Busby Boys con la sangre en el ojo. Los de Lisboa terminarían siendo los campeones de la competencia, al derrotar en la final al MTK Budapest gracias a un gol olímpico de Joao Morais. Dato de color para cerrar: el Sporting era dirigido por Anselmo Fernandez, quien, además de DT, supo ser árbitro de rugby (!) y arquitecto (!!), habiendo colaborado en la construcción del Estadio José Alvalade, cancha en la que juegan los Leones (!!!).
- AUTOR
- Fernando Marino
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