Copas europeas
Cup Winners’ Cup: de orígenes y bautismos
Copa de Ganadores de Copa de la UEFA. O, en inglés, la Cup Winners’ Cup. ¿A alguno le suena? Probablemente a muchos. ¿Alguno la identifica, la diferencia del resto de las competencias continentales europeas? Ahí podría complicarse un poco. La competición fue creada en el año 1960 y estaba destinada a albergar a los ganadores de las copas de liga domésticas, como bien rezaría su nomenclatura a lo largo de buena parte de su existencia. Lógicamente, se inventó para escoltar a la Copa de Europa, la Champions League de antaño, que había dado a luz cinco años antes. El principal objetivo era el de incrementar la competencia a nivel continental, ya que eran unos pocos los que podían acceder a disputar la Copa de Europa.
La Copa de Ganadores de Copa fue diseñada a modo de torneo eliminatorio, a partido de ida y vuelta, con una final a único partido en territorio neutral. Con el tiempo, y a medida que se iban afiliando otras ligas a la UEFA, se fueron agregando equipos y, con ello, rondas preliminares, a fines de filtrar competidores y evitar arrancar las fases finales con una caterva importante de equipos. Sólo ingresaba un equipo por país, siendo esto excepción cuando eventualmente se juntaba el campeón defensor de la edición anterior con el último campeón de la copa doméstica, siendo ambos ganadores del mismo país.
Al principio, no generó demasiada repercusión. Muchos equipos “top” de la época no le daban importancia a las copas domésticas, ergo preferían no darle bolilla a esta nueva competición. Sólo podemos rescatar a los conjuntos de España y de Inglaterra, cuyas copas locales eran consideradas muy importantes, por ende lo sería la copa continental a la cual clasificaban gracias al título de campeón de copa de liga. Pese a todo esto, la respuesta del público fue muy buena en las primeras ediciones. Y la prensa, que había sido importante en la creación de esta competición, aportó su plus a la hora de expandir el radio de interés que esta copa podía llegar a crear, lo cual sin dudas influyó positivamente, catalizando el paulatino crecimiento de la misma con el correr de los años.
Y el crecimiento de la Copa de Ganadores de Copa fue tal que, para fines de los ‘60, los grandes equipos del continente se anotaban con frecuencia para jugarla. De hecho, el club que más veces ganó este torneo fue el Barcelona, que jugó seis finales, imponiéndose en cuatro (el primer título fue en 1979, siendo que diez años antes había accedido a su primera final). El Real Madrid, como contraparte, nunca la pudo ganar. De hecho, es el único título europeo que los Merengues no tienen en stock, pese a que supieron disputar dos finales. Otros grandes equipos como la Juventus, el Bayern Münich, el Ajax y el Milan, entre otros, han llegado a jugarla y a hacerse con algún que otro título. Inglaterra es el país más ganador, totalizando ocho lauros, pese a la proscripción de sus equipos del torneo durante cinco años por sanción luego de la Tragedia de Heysel de 1985, en la previa a la final de Copa de Europa entre la Juventus y el Liverpool, equipo cuyos hinchas fueron acusados de culpables de iniciar los disturbios que terminaron ocasionando la muerte de 39 personas y dejando un saldo de más de 600 heridos. Quienes se reparten los títulos en Inglaterra son los equipos de Manchester (el City y el United), Everton, Tottenham Hotspur, West Ham, Arsenal (todos con uno) y Chelsea, único bicampeón inglés.
A medida que iban discurriendo los ’90, la Champions League iba ganando en poderío e incrementando el número de participantes y, en consecuencia, absorbiendo a la mayoría de los clubes importantes que solían disputar la Cup Winners’ Cup, dejando a esta última desprovista de todo tipo de interés. La UEFA pensó en duplicar el número de participantes (de 32 a 64), lo cual no tuvo sentido, ya que necesitaban mejorar en el aspecto cualitativo. Ampliar el plano cuantitativo no serviría de nada.
En 1999 aconteció el golpe de gracia: la UEFA permitía el ingreso de tres equipos de las principales ligas del continente a la UEFA Champions League, decreto que dejaba desolada a la Copa de Ganadores de Copa, que termina siendo absorbida por la Copa UEFA (hoy UEFA Europa League), competencia creada en 1971 y que termina desplazando a la Cup Winners’ Cup de su lugar de escolta de la Champions.
Anyway (?), la idea es recorrer -con el mayor orden cronológico posible- las diversas ediciones del formato original, que supo albergar a equipos históricos, algunos de culto, y otros que directamente ya no existen. Ni hablar del hecho de ir descubriendo jugadores y otros grandes personajes que se han anotado para jugarla.
La primera edición de la Copa de Ganadores de Copa fue en la temporada 1960/61. Solo la disputaron diez equipos, debido a la falta de interés de muchos clubes que, pese a haber ganado la copa de su país, declinaban la invitación al torneo. Así fue que el Ferencvaros húngaro la jugó en condición de subcampeón de liga, al igual que el Vorwärts Berlin, de Alemania Oriental. Por otra parte, el Ruda Hvezda Brno de Checoslovaquia la jugó habiendo ganado una copa no oficial en su país. Los equipos que completaban el cuadro eran el Austria Viena, el Borussia Mönchengladbach, el Dinamo Zagreb, la Fiorentina, el Glasgow Rangers, el Luzern suizo y el Wolverhampton Wanderers.
Como el torneo consistía en duelos de eliminación directa, se jugó una ronda preliminar que consistió en enfrentar al Rangers y al Ferencvaros y al Vorwärts Berlin y al Ruda Hvezda Brno, a fines de arrancar la competición propiamente dicha partiendo desde los cuartos de final, con ocho equipos. El duelo inicial entre los equipos del este europeo quedará en las escrituras como el primer partido de la Cup Winners’ Cup. Se jugó el primero de agosto de 1960, en Berlín. Ganó el local 2-1, con goles de Horst Kohle y Jürgen Nöldner, hijo de un integrante de La Resistencia que fue ejecutado por los nazis en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, y que fue un histórico del seleccionado oriental y a quien llamaban el “Puskas de la Alemania Oriental”. Descontó para los checoslovacos Vlastimil Bubník, quien supo desarrollar una carrera como jugador de hockey sobre hielo en paralelo a su actividad futbolística. Jugó para ambas selecciones nacionales de sendos deportes, llegando a formar parte del plantel checoslovaco de fútbol que disputó la primera Eurocopa (Copa de las Naciones de Europa, por aquel entonces) y obteniendo la medalla de bronce con el seleccionado nacional de hockey sobre hielo en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1964, en Austria. Podríamos decir que le fue mejor con los patines que con los botines, dado que Bubník forma parte del Salón Internacional de la Fama de Hockey Sobre Hielo.
El partido de vuelta se jugó diez días después en Brno y terminó clasificando a los checoslovacos, que ganaron 2-0 (con Bubník otra vez como protagonista), imponiéndose sobre los alemanes del Este con un global de 3-2. Antes de completar la ronda preliminar, es menester hablar de estos equipos. El Ruda Hvezda Brno es un club cuya existencia fue efímera: su origen data del año 1957, llegando a vivir no más de cuatro temporadas, siendo absorbido allá por el ’61 por el Spartak Brno, club que aún existe y disputa la liga de élite checa bajo el nombre de FC Zbrojovka Brno. Por su parte, el Vorwärts Berlin fue fundado en Leipzig en el año 1951 e inmediatamente fue apadrinado por el ejército y la policía secreta de la Alemania Oriental. Dos años más tarde, debido a cuestiones geopolíticas relativas a las fuerzas de seguridad estatales, se mudó a Berlín Este, donde creció rápidamente, alcanzando el ascenso a la máxima categoría y consagrándose campeón de la primera división cuatro años más tarde (su palmarés se compone de cinco DDR-Meister y dos FDGB-Pokal). En 1971, el club fue trasladado a Frankfurt, cerca de la frontera con Polonia, con el objetivo de reemplazar al SG Dynamo, cuyo vínculo con los servicios secretos de la región dejó de ser dado que dichos servicios habían sido disueltos. Allí comenzó a dibujar una curva descendente: tras la caída del Muro de Berlín y la posterior reunificación alemana, el club se desligó de los servicios policiales y pasó a llamarse Frankfurter FC Viktoria, que acabó por disolverse en 2012, siendo refundado como el 1. FC Frankfurt, equipo que hoy se encuentra en la quinta división del fútbol teutón.
Volviendo a lo que nos compete, decíamos que la otra eliminatoria correspondiente a la ronda preliminar debía decidirse entre los Rangers de Glasgow y el Ferencvaros de Hungría. La ida se jugó en Glasgow, el 28 de septiembre, y el Rangers derrotó por 4-2 al elenco húngaro. Ese mismo día, en Brno, ya se jugaba el primer duelo entre el Ruda Hvezda Brno y el Dinamo Zagreb, que representaba a Yugoslavia, culminando el match en un empate sin goles.
Volviendo a donde intentábamos volver antes (?), la revancha entre el Ferencvaros y los de Glasgow se jugó el 12 de octubre, en Budapest, donde los escoceses sellaron su pase a la siguiente fase, pese a caer derrotados por 2-1, cerrando el global en un 5-4 a su favor. Y en ese mismo día también se adelantó uno de los duelos de cuartos de final: el Austria Viena derrotó en casa al Wolves inglés por 2-0.
Aparte de los ya mencionados duelos entre checoslovacos y yugoslavos y entre austríacos e ingleses, los cuartos de final se completaron con el encuentro entre el Luzern y la Fiorentina y con el choque entre el Borussia Mönchengladbach y el Glasgow Rangers.
El duelo entre los del Este europeo fue el más parejo de todos: el Dinamo y el Ruda igualaron 0-0 en Brno, y a la vuelta los (por aquel entonces) yugoslavos ganaron 2-0 en casa con tantos de Zeljko Matus y de Drazan Jerkovic, jugador que tuvo el privilegio de ser goleador de un Mundial, pero la desgracia de compartir dicho logro con otros cinco jugadores, habiendo esto acontecido en el Mundial de 1962 jugado en Chile.
Por el otro lado, el Austria Viena, que, como habíamos mencionado antes, tenía una ventaja de dos goles, viajó a Inglaterra para intentar cerrar la serie a su favor ante los Wolves del legendario Stan Cullis. Los locales se hicieron fuertes en el barro y en la niebla y se impusieron por 5-0, sacando pasaje directo a las semifinales de la competición.
En los otros dos cotejos las diferencias fueron más amplias. La Fiorentina clasificó al torneo tras ser subcampeón tanto en Serie A como en Copa Italia, quedando en ambas competencias por detrás de la Juventus, que, como iba a jugar la Copa de Europa, cedía automáticamente su lugar en la Copa de Ganadores de Copa a la Fiore. Los Viola, que contaban en sus filas con el legendario Kurt Hamrin, empezaron ganando en Suiza con doblete del sueco, para redondear un 3-0 final. En Italia terminaron de liquidar al Luzern con un 6-2. Hamrin aportó otro doblete, mientras que el brasileño Antoninho se despachó con tres anotaciones.
En la otra serie, a disputarse entre alemanes y escoceses, se vio una brecha llamativamente amplia entre ambos conjuntos. El Rangers, al igual que los de Florencia, arrancó ganando por 3-0 como visitante, pulverizando al Gladbach en Escocia con un 8-0, lo cual cerró el global con un violento 11-0.
En una de las semifinales se dio una especie de clásico británico entre Rangers y Wolves, que terminó con los de Glasgow celebrando el pase a la final, luego de aprovechar la localía y ganar por 2-0 en casa (la igualdad a uno en Inglaterra cerró el global en favor de los escoceses). La otra llave fue entre el Dinamo Zagreb y la Fiorentina. En la ida, los italianos se impusieron como locales por 3-0, liquidando la cuestión prácticamente (la derrota en Zagreb por 2-1 poco importó).
La final entre el Glasgow Rangers y la Fiorentina sería la única en jugarse a partido de ida y vuelta. Los escoceses alcanzaban su primera final continental, convirtiéndose así en el primer equipo de toda Gran Bretaña en llegar a una instancia decisiva en el plano continental. Eran dirigidos por Scot Symon, uno de los más grandes directores técnicos del fútbol escocés, siendo acreedor de una quincena de títulos (Scot era el apócope de Scotland -sí: un escocés llamado Scotland-). El plantel estaba compuesto íntegramente por jugadores nacidos en Escocia, siendo sus figuras el gran Jim Baxter (una especie de George Best escocés), Alex Scott (internacional, se destacó más tarde en el Everton inglés), Eric Caldow (defensor de la Selección escocesa) y Davie Wilson (wing del seleccionado en aquella época), entre otros. Los italianos, por su parte, ya habían jugado la final de la Copa de Europa de 1957, cayendo ante el Real Madrid de Alfredo Distéfano. Eran conducidos desde el banco por la leyenda húngara, Nandor Hidegkuti, y contaban con jugadores importantes como el ya mencionado sueco Hamrin, el arquero de la selección italiana, Enrico Albertosi (quien disputó los mundiales de 1962, 1966 y 1970), defensas internacionales como Enzo Robotti y Sergio Castelletti, y Dino da Costa, un brasileño que destacó en Botafogo y se fue joven a Italia, para terminar nacionalizándose italiano, una decisión que debió haber lamentado dado que fue debut y despedida con la Azzurra: se inició marcando el único gol de Italia en una derrota 1-2 ante Irlanda del Norte que los dejó afuera del Mundial de 1958 que iba a jugarse en Suecia.
El primer duelo se jugó en Ibrox Park, ante casi 80.000 personas, el 17 de mayo de aquel año 1961. Los locales no iban a poder contar con su goleador, Jimmy Millar, quien padecía una lesión. Y vaya si el Rangers padeció su ausencia: los locales no pudieron vulnerar el arco defendido por Albertosi y cayeron por 2-0, gracias a un doblete de Luigi Milan. La vuelta, disputada diez días más tarde en el Estadio Comunale de Florencia, albergó a 50.000 espectadores. Los escoceses debían remontar un resultado bastante adverso y para ello ya iban a poder contar con Millar, que no iba a servir de mucho a la hora de vencer la resistencia rival. Y no por decir que el nivel de sus atacantes fue pobre, sino más bien por destacar la solidez del conjunto italiano, equipo que recibió cuatro goles en el torneo (uno por partido, en promedio), una cifra baja para una época en la que abundaban resultados abultados. Ese promedio aumentaría unos decimales, dado que Alex Scott marcó para la visita. Pero de nada serviría, ya que la Fiore volvería a facturar por duplicado (otro gol de Milan, más uno de Hamrin), cerrando el global en un contundente 4 a 1 y convirtiendo a la Fiorentina en el primer equipo en adjudicarse la Copa de Ganadores de Copa de la UEFA. Hay que decir que es el único título internacional de los de Florencia, habiendo tenido que pelear ante la UEFA para que se le reconozca como oficial, ya que la copa de 1960/61, al ser de prueba, no era considerada como tal. La cuestión es que, gracias a la insistencia de la Federación Italiana, el club ofrendó un título internacional a su palmarés. Los escoceses, por su parte, iban a tener revancha…
- AUTOR
- Fernando Marino
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