Brasil 2019
De bandera la ilusión
Ganó. ¿Gustó? Goleó. Poco le importa a Uruguay la interrogación porque sólo el primer tiempo le alcanzó para revalidar lo comentado en la previa: es un serio candidato para, al menos, llegar a instancias finales de la Copa América. Fueron 45 minutos en los que brilló a su manera, con más practicidad que elaboración y varios jugadores con la flechita para arriba, sujetos a un proyecto futbolístico que se viene perfeccionando en los últimos años. El contundente 4-0 se concretó en un complemento con más dominio y es uno de los mejores debuts en la era de Óscar Washington Tabárez.
La alternancia en el rol protagónico fue una constante, ya que todos tienen su momento destacado en la historia. Si bien podríamos destacar a más de medio equipo – incluso Fernando Muslera, quien a los 55 segundos salvó a Diego Godín de un error grande como el Mineirão -, de mitad para adelante se vio el mayor potencial. Es tan dinámico el funcionamiento de la Celeste que la Selección de Ecuador estuvo siempre desbordada, sobre todo cuando Uruguay atacaba rápido y con envíos largos. El primer gol lo grafica bien: Luis Suárez comandaba por derecha y tres compañeros entraban al área contra dos de camiseta amarilla no sabiendo a cuál de todos tomar. El 9 decidió habilitar a Nicolás Lodeiro que, a juzgar por su pelo platinado y lo que haría con la pelota estaba en modo Super Saiyan, en tres toques inventó un golazo: muslo para amortiguar, control orientado para su zurda y definición cruzada de sobrepique.
Luego de que Anderson Daronco se saque las dudas con el VAR y expulse a José Quintero por un codazo, Uruguay se hizo aún más incontrolable. Un tiro de esquina preparado y mal ejecutado – la idea era que Lodeiro rematara de volea, pero la pelota venía alta y metió un frentazo a la olla – terminó, igualmente, en el 2-0 que Edinson Cavani estampó de tijera. No daba ni un momento de respiro el conjunto rioplatense, que presionaba con los centrales apenas atrás de mitad de cancha y todos los jugadores ofensivos asfixiando al rival. ¿El tercero? Otro córner; otro cabezazo para bajar la pelota, esta vez de Martín Cáceres; y el toque goleador del pistolero Suárez en el área chica. Pim pam pum.
Antes del entretiempo el marcador reflejaba una goleada. ¿Por qué entonces no admitir, al igual que Suárez post amistoso con Panamá, que el máximo ganador de este trofeo es candidato? ¿Habrá algún yorugua que no tenga ilusión por el seleccionado que lo representa? Preguntas que surgían mientras los segundos 45′ pasaban sin mucha acción; el equipo dirigido por el Maestro Tabárez regulaba la intensidad y Ecuador, por órdenes de su entrenador Bolillo Gómez, se preocupaba más en no recibir el cuarto tanto que en buscar una utópica remontada. Por desgracia para la tricolor, la humillación se completaría con un golazo en contra de Arturo Mina, el ex central de River, quien le dio con la tibia a la pelota y la colocó por arriba de Alexander Domínguez.
Por más que hayan pasado apenas unas horas del partido debut, empezar ganando y sacar una buena diferencia de gol tiene consecuencias propias y ajenas: crece la confianza en uno mismo y sos el equipo temido por el resto. Hasta los suplentes son promesas o tienen una gran actualidad en el fútbol de Europa (entraron Federico Valverde, Lucas Torreira y Gastón Pereiro). Uruguay tiene identidad, tiene gol, tiene garra, tiene jerarquía, tiene variantes. «De bandera la ilusión» dice un hit de La Vela Puerca; y el seleccionado, que enfrentará a Japón el jueves a las 20, ya le dio play a esa canción.
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