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De la fantasía a la realidad
Sábado 28 de mayo de 2016, 23:30 horas, Tamaulipas, México. Alan Pulido viaja a bordo de su BMW junto a su novia cuando un grupo de hombres encapuchados y fuertemente armados lo interceptan y se lo llevan ante el asombro de su acompañante (a la que dejan en libertad). El país se levanta con la noticia de que el delantero del Olympiakos ha sido secuestrado, se teme lo peor. Al ser la zona noroeste del país una de las más laceradas por el crimen organizado y la lucha de poderes entre carteles.
Fue un sábado largo que transcurría entre la búsqueda incesante del atacante por parte de las autoridades, muestras interminables de apoyo y solidaridad para con el mundialista en Brasil 2014 y la desazón de no saber cómo se encontraba el delantero. El calvario terminó cerca de la medianoche cuando el Gobernador de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú, informaba que el jugador se encontraba sano y salvo. Justicia pronta y expedita ¡Qué gran operativo de la policía mexicana!
Lo inverosímil se dio al día siguiente cuando el Procurador de Justicia de Tamaulipas, Ismael Quintanilla Acosta, detallaba que el rescate se había logrado gracias al mismo Pulido, quien así a mano limpia logró desarmar a dos de sus captores, logrando someterlos. Fue el mismo futbolísta quien llamó a los servicios de emergencia desde el celular de uno de los secuestradores.
La veracidad de la maniobra no tardó en ponerse en duda, no fueron pocas las voces que se pronunciaron por una cortina de humo del gobierno, para distraer a la población de quién sabe qué triquiñuelas. Otros abonaron por un lavado de cara por parte del Gobernador, tan cuestionado en los últimos meses de su gestión. Sea como fuere parecía irreal que Pulido se prestase para tal circo (si es que así fue).
Después del revuelo la historia pasó al olvido, como diría el extinto jerarca argentino, Julio Grondona, «Todo Pasa» y el secuestro de Pulido pasó también. A los pocos meses Puligol regresó de su aventura europea para enrolarse con el Guadalajara. Hoy, convertido en figura del rebaño, Alan dejó atrás la fantasiosa historia en donde desarticuló una banda de sucuestradores, para a base de goles y buenas actuaciones llevar a las Chivas al campeonato. Y ésta historia sí es completamente real.
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- AUTOR
- Abda Barroso
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