Calcio
De Mbakogu a Zamparini
La temporada del nigeriano Jerry Mbakogu no fue para nada desdeñable. Acostumbrado a pelear en soledad en la delantera del Carpi, sacó buenos dividendos y llevó a su equipo a soñar con la salvación. Fue autor de goles importantes y originó espacios que sus compañeros aprovecharon. Sin embargo, en la penúltima jornada, sus dos fallos en tiros de penal ante Lazio llevaron a que su equipo ya no dependa de sí mismo para asegurar su estadía en Serie A en la última fecha.
A fines de septiembre del pasado año, el entrenador que había llevado al conjunto de la Emilia-Romaña por primera vez a la élite italiana fue destituido. Los resultados siguieron sin acompañar y, tan solo un mes más tarde, la dirigencia llamó nuevamente al técnico. Fabrizio Castori comenzó a utilizar de allí en más a los jugadores con los que consiguió el ascenso, desestimando aquellos refuerzos que poco habían aportado como Nicolás Spolli o Marco Borriello. Llegó al final de campaña con una propuesta arriesgada, yendo a buscar los partidos, intentando salvarse. Pero su poca pericia hizo que Palermo se le acercara.
Después de la sucesión de cambios de Maurizio Zamparini, presidente del club de Sicilia, y una temporada alocada, el Palermo se salvó en la última giornata. Fueron nueve los cambios de director técnico que el mandamás de la entidad llevó a cabo en el año. Si la dinámica no cambiaba en pocos partidos, encontraba la excusa perfecta para modificar. De hecho, desde su asunción al club en 2002, ya ha cesado más de una treintena de entrenadores. En esta ocasión, Giuseppe Iachini, el DT del anterior curso, inició la liga, para luego ser echado y vuelto a llamar. Lo mismo sucedió con Davide Ballardini, quien sustituyó a Iachini y acabó la Serie A en el banco de suplentes. En el medio, quedaron nombres como Guillermo Barros Schelotto (debió volver a Argentina al no poseer permiso de trabajo para dirigir en Italia) y Giovani Bosi e interinatos como los de Giovanni Tedesco y Fabio Viviani.
Más allá de las excentricidades del presidente, Palermo consiguió 11 puntos en los cinco encuentros finales y consiguió quedarse en Primera. Su temporada fue un continuo dolor de cabeza, ante múltiples cambios. Desde agosto pasado, hallar un reemplazante para Paulo Dybala fue una tarea dificultosa. A fin de cuentas, la experiencia de Alberto Gilardino terminó siendo fundamental en varios pasajes, sobre todo en la última fecha, ante un Hellas Verona descendido varios juegos antes. Precisamente, el club de la tierra de Romeo y Julieta ya había dado por finalizada su liga con la victoria en la jornada 37 ante el campeón Juventus y la despedida del fútbol de Luca Toni.
Cerca estuvo Carpi de certificar su estadía en la máxima división del Calcio. Hace un año, y contra todos los pronósticos por un presupuesto que era de los más bajos en segunda, la ciudad de 70.000 habitantes golpeada por la historia encontró la alegría en el fútbol. Ahora, los Biancorossi deberán reacomodarse. En misma situación, y en una historia paralela, el Frosinone lo acompaña: subieron juntos, debutaron en la misma campaña en la categoría más alta, y deben bajar 12 meses después.
Con Roberto Stellone como entrenador, y una inversión en Primera menor a la dispuesta por el Carpi, Frosinone puso en aprietos en algunas ocasiones a los grandes. Si bien no consiguió los resultados que le permitan mantenerse, vivió un sueño de principio a fin. El Inter sufrió para abrir su entramado defensivo y vencerlo por la mínima ventaja, y el Milan lo igualó en tres goles al final del cotejo en el Giuseppe Meazza. Nombres como Leonardo Blanchard, Alessandro Frara, Paolo Sammarco o Daniele Ciofani pueden hacer que el club pelee por regresar pronto.
Carpi y Frosinone acompañan al Verona a Serie B, mientras que el Udinese pudo salvarse en la penúltima fecha. Sin obligaciones para cerrar una pésima temporada, maquillada de todas maneras por la inauguración de su nuevo estadio y la despedida de la leyenda Antonio Di Natale, los de Luigi De Canio finalizaron el certamen incluso por debajo del Palermo. Más arriba quedaron el Bologna de Roberto Donadoni y las escuadras genovesas, que sufrieron pero terminaron sacando diferencias. En el caso del Genoa, el retorno post lesión de Leonardo Pavoletti fue decisivo para ya no tener que mirar hacia abajo.
De cara a la 2016/17, el Crotone consiguió su ascenso y será otra de las instituciones que jugarán por primera vez en la categoría de élite. Al mismo tiempo, Cagliari vuelve, y el tercer equipo que dé el salto se definirá por playoff. Acabó una temporada repleta de idas y vueltas, ahora queda saber cuál será el destino de futbolistas como Ciofani, Mbakogu, Antonio Di Gaudio, Kevin Lasagna o Juan Gómez Taleb.
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- AUTOR
- Nicolás Galliari
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