#Rusia2018xCR
Debutó con un Zuber
Hace ocho años, Suiza conmocionaba al mundo a derribar en su primer cotejo en el Mundial a uno de los mayores candidatos de la cita, España. La Copa del Mundo del 2010 era testigo de como un ignoto Gelson Fernandes mojaba para los muchachos de la bandera blanca y rojiza, arruinando el estreno del promisorio conjunto ibérico, que pasó a ser fuertemente cuestionado en torno a sus chances reales de hacerse con la competición. Los impensados victoriosos, en cambio, comenzaron a ser tenidos en cuenta para los entusiastas que ya diagramaban los potenciales choques de octavos de final.
La conclusión de esta historia la conocemos. España resultaría un impecable campeón, mientras que Suiza limitaría su participación hasta la primera ronda. En tiempos de debuts, la efervescencia del debate nos nubla un poco a la hora de teorizar sobre el futuro de los equipos en el más lindo de los torneos. De repente, los alemanes son un montón de muchachones desgastados por el vacío de la victoria, los argentinos estamos tan solo de paso, Rusia puede llegar a donde sea con la localía de su lado y el sueño del Perú se averió de forma irreversible. En este colectivo de expectativas desniveladas, el que resultará eventual campeón para muchos de nosotros, Brasil, ahogó sus primeros 90 minutos en un magro empate con sabor a nada ante Suiza. Poco juego, Neymar minimizado y escasos factores que rescatar. ¿Hay alarmas encendidas en los de Tite? ¿Existe, como dicen algunos medios cariocas, el fantasma del 1-7?
En primer lugar, vale decir que la incertidumbre en fase de grupos es algo desconocido para la Selección del Brasil. Tenemos que remontarnos una década atrás siquiera para encontrar una derrota suya en dicha instancia, cuando -ya clasificado a octavos- cayó 1-2 frente a Noruega en Francia 1998. Su trayecto a suelo ruso fue aplanador a partir de la asunción de su actual DT, tanto en Eliminatorias como en los amistosos previos al evento. El asunto, no descubro nada con esto, no parece ser sin embargo el empate en si, sino el hecho de que este tome lugar en el debut.
Desdibuja la imagen imbatible que buscaba reconstruir el conjunto brasileño tras el paso en falso en 2006, el sinsabor del 2010 y el golpe de knock-out del 2014. Sin embargo, el hecho de estar en un grupo donde -a simple vista- ninguno de sus pares pueden hacerle sombra, hacen posible la redención de la fortuna brasileña. Más de una década y media sin poner pie en finales en Copa del Mundo son motivación suficiente para ellos. Por el bien del fútbol. Y de los PRODES, claro.
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- AUTOR
- Esteban Chiacchio
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