Historias
Del éxito a la caída de Saeed Al-Owairan
Hay numerosos ejemplos de futbolistas que se hacen famosos por un gol o una jugada en particular, póngase el campeonato que sea. Sobre todo en el fútbol actual, con la inmediatez y la cantidad de cámaras en las transmisiones que se utilizan en cada encuentro. Sin embargo, lo que le ocurrió a Saeed Al-Owairan pasó hace aproximadamente dos décadas.
El ex jugador de Arabia Saudita se convirtió en una figura mundial luego del tanto que le hizo a Bélgica en la Copa del Mundo de 1994. Ese gol, además, sirvió para que su selección se clasificara a los octavos de final (en esa instancia cayó ante Suecia) en la única, hasta ese momento, presencia en los Mundiales. La jugada del delantero, básicamente, consistió en controlar la pelota en campo propio luego de una recuperación y comenzar a gambetear rivales. Luego de recorrer aproximadamente 80 metros, la maniobra concluyó con la pelota tocando la red. Rápidamente, las comparaciones con el gol de Diego Armando Maradona, frente a Inglaterra en México ’86, comenzaron.
«En ciertos sentidos, hacer ese gol fue muy bueno. Pero en otros no, porque me puso en la fama y comencé a ser observado todo el tiempo», expresó el futbolista en una entrevista al New York Times en 1998.
Luego del hecho, Al-Owairan se transformó probablemente en la figura pública más importante de Asia en ese momento. No obstante, la imagen positiva del árabe cambió totalmente por dos actos poco profesionales que cometió. El primero, haberse ido de vacaciones dos semanas a Casablanca sin permiso de su equipo, el Al Shabab. El segundo ocurrió en 1996, cuando el delantero fue visto en un club nocturno con mujeres de nacionalidad rusa. Esta situación personal lo llevó a recibir una sanción de un año y pasar un tiempo en prisión por parte de las autoridades de Arabia Saudita. Además, no pudo participar de la Copa Asiática ni de las Eliminatorias para el siguiente Mundial, que se realizó en Francia.
«No fue estar encarcelado realmente, era más un centro de detención en el que me tuvieron varias semanas interrogándome», comentó en dicha entrevista al medio norteamericano. Además, Al-Owairan agregó: «recibir una sanción de un año sin jugar al fútbol fue el peor castigo que pude haber tolerado, pero lo padecía aún más cuando veía a la selección jugar».
Desde ese castigo, la carrera de Al-Owairan sufrió una dura caída. Asimismo, se dice que los dirigentes árabes no le permitieron irse a un equipo europeo por la trascendencia de su figura en el continente. El gol a Bélgica lo condujo a obtener una gran popularidad a nivel mundial, como también generó opiniones tales como que era el futbolista de Medio Oriente con más potencial de la historia. Lo cierto es que no pudo demostrar o acercarse a tal sentencia y decidió retirarse del fútbol en 1999, tras representar a Arabia Saudita en la Copa del Mundo en tierras francesas.
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