«El día que nos liberemos de las cadenas del capitalismo y vayamos hacia un gobierno de izquierda, algo que veo difícil porque las mentes están colonizadas pero no es imposible, viviremos en un mundo mejor. Somos dominados sin cadenas o más bien presos sin cadenas agarrados a este sistema. El descrédito y el consumismo son terribles. Es tremendo lo que se ha hecho con la mente humana». Estas palabras tranquilamente podrían haber sido dichas por Ernesto «Che» Guevara, pero como su vida se extinguió el 9 de octubre de 1967 sería imposible que hoy lanzara este mensaje, aunque su pensamiento aún vive en este mundo y en la ciudad de Córdoba, más precisamente en Jesús María, todos los días y todos los fines de semana hay un grupo de entusiastas que lo recuerda y a su vez lo revive.

Las palabras salen de la boca de Mónica Nielsen, la presidenta del Club Social Atlético y Deportivo Ernesto Che Guevara, quien hace diez años comenzó este proyecto que hoy es una realidad y que en la actualidad «intenta a través del fútbol como herramienta hacer conocer el pensamiento del Che». Bien alejada de los dirigentes del fútbol actual y también podríamos decir que bien alejada de la clase política actual, esta cordobesa le contó a CR cómo fue iniciar este emprendimiento y que de inmediato la llamen «loca». «Hacía mucho tiempo que tenía la idea de hacer algo con el pensamiento del Che porque veía el desconocimiento que hay en los jóvenes sobre él. Me gustó la idea de que los chicos puedan jugar al fútbol y tengan su espacio. Ahora, por suerte, tenemos muchas familias comprometidas. Mi intención siempre es llevar adelante los ideales del Che», lanzó en sus primeras palabras.

Hay hombres que trascienden en el tiempo y en el colectivo popular. Sus acciones o sus pensamientos forjaron a muchos de los que hoy comparten este mundo y como dice una canción del Indio Solari «al morir crecemos mucho más que todas las galaxias». Todo esto puede ser aplicado a Ernesto «Che» Guevara, ese argentino que salió de su país y que se convirtió en leyenda en el planeta entero por sus pensamientos revolucionarios. Pocos son los que no conocen a esta figura histórica, pero hay otros que intentaron plasmar sus ideales no solo en una charla sino que redoblaron el esfuerzo y materializaron esa pasión. En ese camino transita este club que hoy cuenta con más de 200 chicos, pero Mónica dejó en claro que no es fácil seguirles el paso aunque «en estos años no me cansé de ellos. Los quiero tanto y los entiendo tanto que siempre junto fuerza y sigo». «Después, con el tiempo muchas veces van dejando. A veces el mismo técnico los va a buscar a la casa», contó con una risa de por medio.

El recuerdo del Che, siempre presente

Desde la página de Facebook de la entidad se pueden ver los mensajes que el revolucionario argentino dejó en su paso por este mundo y mientras tanto se puede observar a varios de los chicos que componen los diferentes equipos con la camiseta de la institución, que como no podía ser de otra manera, en su dorsal profesa «hasta la victoria siempre». El mensaje es claro y está alejado completamente de intentar ser un negocio por medio del deporte, algo que a Nielsen la enorgulleció: «Si nosotros permitimos que venga un tipo, ponga plata y después nos exige cosas, el club se desvirtúa. Es un camino más largo pero es el camino que queremos para el club».

«Las familias que vienen al club son de barrios carenciados que hay en la zona. Son personas que no tienen nada y se han convertido en sujetos activos al club. Muchos vienen al Che porque no cobramos cuota social. El club se fundó para darle apoyo a los chicos que menos tienen y que son víctimas de la pobreza que generó el capitalismo. Además de lo material, el tema tiene que ver con la ignorancia que se generó», narró la dirigente que a su vez comenzó con el proyecto de tener un estadio propio porque en la actualidad se desempeñan en un terreno cedido por la Sociedad Rural. «Hacemos de todo para juntar plata, pero así y todo terminamos sin deudas. Nuestros chicos están bien vestidos con las medias, los pantalones y la camiseta del Che. No nos da el cuero para los botines ja», lanzó Nielsen, quien también, con nostalgia, comentó: «Muchos me dicen ‘si no existiera el Che qué haríamos. No estaríamos todos juntos, no nos hubiéramos conocido y no estaríamos pensando qué hacer’. De a poco entendieron lo que es el club».

«Durante muchos años estuve en la búsqueda de mi lugar en el mundo y acá lo encontré. Siempre tuve la idea de hacerles conocer al Che a los chicos y cuesta porque a veces hacerlos leer es un problema, pero me he ocupado de traer películas para que las vean. El club ha crecido tanto que hasta me cuesta hacer esas actividades. Hemos hecho mucha prevención con los chicos», remarcó Mónica y al mismo tiempo recordó cómo nació su pasión por esta figura pública: «De chica leía mucho y me empezó a interesar saber qué era el comunismo. Fue raro porque mi amor por él nace de todo lo que leía en contra de él. Era mi Robin Hood. La foto del Che muerto en Bolivia me impactó mucho y me acuerdo que traía escondidos a mi casa porque mi familia tenía un pensamiento diferente al mío. En aquella época no era como ahora. Todo era leer libros».

«Hay otra argentina que está sufriendo. Esa que sufre la sojización, la fumigación. La Argentina que sufre la minería a cielo abierto, los desastres que han hecho con los desmontes. Esa Argentina no se defendió. Hay que seguir y darle para adelante», remarcó la mujer nacida en Córdoba. Un mensaje que seguramente les transmita a esos pequeños que andan pateando una pelota en ese equipo que se desempeña en la Liga Regional y que obviamente tiene al rojo y al negro como colores principales, aunque las palabras finales quizás sean las más contundentes y por ende las más fuertes: «No creo que me haya fanatizado con el Che, sino más bien me enamoré de un pensamiento»..