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Deportivo Quito, ¿crónica de una muerte anunciada?
Mientras Liga Deportiva Universitaria de Quito tuvo su momento de gloria internacional entre 2008 y 2009, ganando por primera y única vez la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana para un equipo ecuatoriano, otro club de la misma ciudad, el Deportivo Quito, obtenía tres torneos de primera división en cuatro años (2008, 2009 y 2011).
En esos torneos que ganó, Deportivo Quito fue dirigido por tres entrenadores: el ecuatoriano Carlos Sevilla y los argentinos Rubén Insúa y Carlos Ischia. Y por sus filas pasaron jugadores que se destacaron en la selección ecuatoriana, como Iván Hurtado, Luis Saritama, Fidel Martínez, Oswaldo Minda, Michael Arroyo y Marcelo Elizaga, o los argentinos Matías Alustiza, Martín Mandra e Iván Borghello.
Luego de estos torneos, se comienza a evidenciar una crisis deportiva. En 2014 el equipo estuvo muy cerca de descender, manteniendo la categoría en la última fecha. Sin embargo, en la campaña 2015 que culmina con el descenso, el apodado “Equipo de la Ciudad” tiene una Primera Etapa relativamente positiva desde lo futbolístico, con un quinto puesto y 8 puntos por encima del equipo situado en puesto 10, la primera ubicación de descenso. En la Segunda Etapa apenas cosechó 3 victorias, 4 empates y 15 derrotas. Pero no sumó los 13 puntos que le hubieran correspondido, sino que fueron apenas 5, lo que derivó en el descenso. Se le descontaron 6 puntos por disposición de FIFA por no pagar la deuda al ex jugador Néstor Salazar, más dos puntos añadidos al no presentar comprobantes de pago, con posterioridad a esta sanción.
De esta forma, Deportivo Quito descendió a la Serie B habiendo quedado 9 puntos por debajo del otro relegado en la Tabla Acumulada (Liga de Loja) y 15 puntos detrás de Deportivo Cuenca, el primer “salvado”.
El tobogán descendente no se detuvo allí, ya que en la Serie B 2016, si bien obtuvo 36 puntos, le descontaron 28 por falta de pago a sus jugadores y terminó descendiendo. Incluso tuvo como entrenador a Sixto Vizuete, quien fuera técnico de la selección ecuatoriana, por apenas un mes y medio antes de que se fuera por los constantes incumplimientos económicos. Ahora, el club se debate entre afrontar las deudas que oscilan, según las versiones existentes, entre 8 y 20 millones de dólares o bajar la persiana y volver a empezar con otra denominación.
¿Cómo fue que se llegó a esta situación?
Ya en el artículo “La crisis del fútbol ecuatoriano”, escrito por Luis Roggero y publicado en la Revista Polémika número 10, del mes de noviembre de 2013, se señalaba que “los títulos nacionales obtenidos por Deportivo Quito en 2008, 2009 y 2011 fueron producto de incrementos significativos en las remuneraciones de los jugadores, con el propósito de armar un plantel de calidad. Así lo reconoce Fernando Mantilla, uno de los principales dirigentes del equipo en ese período. Menciona que solo en 2010, el aumento en sueldos fue de 25%, superando la realidad económica del equipo.”
En una entrevista de la misma revista al por entonces entrenador de Deportivo Quito, Rubén Darío Insúa, titulada “Del éxito futbolero a una crisis anunciada: 15 años mirando al fútbol” y escrita por Diego Lituma, el técnico señalaba: “no me pagan ocho meses y a los jugadores les deben cuatro, así no se puede jugar al fútbol”. “Los rivales que nos toca enfrentar tienen una gran ventaja (…), ellos se concentran todos los partidos, les pagan puntualmente, ese tipo de ventajas que tiene el rival las hemos disimulado con estrategia táctica y esencialmente con buenos jugadores que tiene el equipo”, agregaba.
También aporta luz a la situación el dirigente de la Liga Deportiva Universitaria de Quito, Esteban Paz, quien señaló que, al tener la venia de quien fuera presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, Luis Chiriboga, Deportivo Quito incrementó fuertemente el presupuesto de un equipo que generaba como máximo 4 millones de dólares en gastos del orden de 12/14 millones por año, déficit que nunca se pudo repagar y que sólo se sostuvo en el tiempo con el apoyo de la Federación para que sostengan las deudas.
Con el escándalo denominado FIFAGate, Chiriboga fue cesado en sus funciones a fines de diciembre de 2015, luego de casi 18 años al mando de la federación. El pasado 18 de noviembre se lo sentenció a diez años de prisión que, en caso de quedar ratificada la sentencia luego de las apelaciones de rigor, cumplirá con arresto domiciliario por ser mayor de 65 años de edad.
Conclusiones relevantes de la experiencia Deportivo Quito
La Sociedad Anónima Deportivo Quito decidió aplicar una receta que funciona muy bien para obtener resultados a corto plazo. Contratar futbolistas caros y pagarles bien. Tal es así que pasó de estar en torno a la mitad de tabla de un torneo de 12 equipos a ganar tres torneos de liga en cuatro años, luego de cuarenta sin haber obtenido un título. El problema es que incrementar los gastos del club sin los ingresos genuinos, ya sea por venta de entradas, derechos televisivos, marketing o fuerte venta de jugadores, se convierte en insostenible.
El fuerte apoyo político con el que contó el club hizo que la situación no se hiciera evidente antes y le permitió obtener logros deportivos sin sustento desde lo económico. En algún momento las cuentas se pagan y, en este caso, se pagaron con dureza. La caída en desgracia de Chiriboga, quien fuera presidente de la entidad y referente de la misma, parece haber tenido que ver con este “sinceramiento” de la economía.
Resta ver cuál será el devenir de Deportivo Quito. Si resurgirá de las cenizas, si se quedará en los niveles bajos del fútbol ecuatoriano o si terminará desapareciendo. Se trata de un equipo histórico de Ecuador, el primer campeón nacional de la ciudad de Quito. Asimismo, desde estas líneas, esperamos que el caso sirva de ejemplo tanto a otros equipos ecuatorianos que tienen dificultades financieras como al resto de los equipos sudamericanos.
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- AUTOR
- Pablo Dragun
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