América
Dinastía Ferretti
Si te dicen César Luis Menotti, inevitablemente vas a pensar en un fútbol propositivo, de posesión y que pondera el buen trato de balón. Ganar como sea no vale para esta escuela; si por el contrario te mencionan el nombre de Carlos Salvador Bilardo la mente hace un recuento por la picardía, la viveza, el ganar como sea, anteponiendo el orden y el resultado ante otra cualidad pertinente en el césped. Clichés y más clichés en el mundo de la redonda.
Nada es completamente blanco o completamente negro en el mundo del fútbol, y quizás en el mundo mismo. Pero cierto es que hay entrenadores y equipos a los que el encasillamiento alcanza para colocarles en uno u otro estilo, ya defensivos, ya ofensivos, estudiosos, tácticos o gestores de grupo. Nos pareciera poco probable que un entrenador cambie sus formas a lo largo de su carrera, más bien optamos por encontrar en la necedad la explicación al actuar de un entrenador.
Lo cierto es que el ser humano suele ser cambiante, cada uno de nosotros si hace un ejercicio por recordarse hace cinco años encontrará que aquello que podría denominar sus convicciones, han cambiado con el paso del tiempo y de las circunstancias… y el entrenador no escapa del tema de las convicciones. ¿Cuántas veces nosotros hinchas no reprochamos al DT de turno por un planteamiento rácano? Pero… ¿se puede jugar siempre a lo mismo y de la misma forma? Seguramente que no, porque los jugadores cuentan para determinar el estilo o la propuesta de un equipo.
Ricardo Tuca Ferreti ha tenido que cargar con ese estigma de entrenador defensivo en su carrera, en ese afán por defenestrar que nos caracteriza y en el que siempre le vamos a encontrar el pero a cualquier situación. Era la crítica enconada cuando los éxitos comenzaron a llegar a su dilatada trayectoria: «con el potencial de plantel que tiene, y no propone». Al principio era la falta de títulos lo que le reprochaban a Ferreti, a pesar de haber hecho destacados trabajos al frente de Guadalajara y Pumas de la UNAM.
Cuando Ferreti asume por tercera ocasión en Tigres en el año 2010 (2000-2003 y 2006) apenas sumaba tres títulos ligueros en casi 20 años como director técnico. Eran tiempos de bonanza en la institución regiomontana, los Tigres podían comenzar a competir en el rubro económico con los tradicionalmente equipos fuertes: América, Cruz Azul, Pumas. Aunque no era tan atractivo ir a jugar a una escuadra que contaba apenas un par de campeonatos que se remontaban a la lejana década de los ’80. Cierto era que por aquellos tiempos Tigres era más reconocido por la fidelidad de su hinchada que por sus logros deportivos. En ese afán de convertir a los felinos en una institución modelo, la directiva apostó por Ricardo Ferreti para hacerse cargo de la dirección técnica, pues querían un entrenador con carácter, que supiera lidiar con los egos de un equipo poderoso y que no le temblara la mano para sentar a tal o cual jugador si no mostraba un rendimiento alto.
Han sido siete años de un trabajo constante por parte del técnico brasileño, siete años en los que han alcanzado el título de liga en cuatro ocasiones, además de obtener una Copa y dos trofeos de Campeón de Campeones. Durante su gestión, Ferretti se ha caracterizado por manejar un once tipo de pocas variables, por dar confianza a un bloque de titulares permanente. Entrar en un equipo del Tuca es complicado, ya lo vivió Lucas Zelarayán e Ismael Sosa, titulares el semestre pasado y que abruptamente dejaron de serlo.
Carácter complicado el del entrenador, mano dura y el anteponer permanentemente al colectivo por sobre las individualidades es su sello característico. Bajo su mandato que ya se alarga a siete años (algo raro de ver en el fútbol latinoamericano hoy en día), los Tigres no paran de crecer, y están en el camino de dejar de ser un equipo regional para convertirse en una referencia nacional. Disputaron las últimas tres finales de la Liga Mexicana y parecen estar lejos de terminar con ésta dinastía.La Dinastía Ferretti.
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- AUTOR
- Abda Barroso
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