Edin Dzeko solo tenía seis años cuando la Guerra de los Balcanes comenzó. Una tarde solicitó permiso a su madre para salir con amigos a una plaza cercana, y la negativa actuó como un salvataje. Horas después, se enteraron que el parque había sido destruido por bombas que asesinaron a gran cantidad de personas. Tiempo más tarde, su casa fue destruida y, junto a 15 familiares, debió ir a vivir a un pequeño apartamento.

Por aquel entonces, Edin ya comenzaba a jugar al fútbol en las arruinadas calles de Sarajevo, capital de Bosnia & Herzegovina. No terminaba de tomar conciencia sobre qué sucedía en su tierra, pero soñaba con una vida ligada al deporte. Comenzó a practicar básquet y a forjar su altura y potencia física. “Me encanta el básquet, podría haber sido un buen armador de juego”, manifestó en alguna oportunidad el atacante que hoy actúa para la Roma.

Dzeko, en un gran momento.

Una vez que el conflicto bélico finalizó, le llegó la primera gran oportunidad. Un reclutador de talentos lo llevó al FK Zeljeznicar’s bosnio, y así optó por el fútbol. Debutó a los 17 años y fue vendido al Teplice de República Checa. Llegarían sus goles en Wolfsburgo, con título de Bundesliga incluido y una dupla formada con el brasileño Grafite que resultó implacable. Juntos, se repartieron el primer lugar de la tabla de goleadores en dos años consecutivos. La experiencia en Manchester City, primera para Dzeko en un club de élite, no fue la esperada; tuvo altibajos e irregularidad, pese a marcar goles importantes y obtener una Premier League.

Su presente en la capital italiana, contrariamente, lo devuelve a sus días en Alemania. Tras una temporada de adaptación a la Serie A, en la actual edición de la liga italiana se ha destapado con una capacidad goleadora asombrosa. Está muy fino en cada movimiento, ya sea para recibir balones y descargar hacia sus compañeros como para girar y exhibir sus múltiples recursos en la definición. A partir de su físico, los controles le permitieron ganar tiempo, y ha sido un continuo creador de ventajas colectivas.

Mientras continúa marcando goles en el equipo de Luciano Spalletti, recuerda a toda hora el horror del que fue parte su tierra natal. Y reivindica a los caídos, ya sea en las pocas notas que brinda o en redes sociales. En tanto, su influencia en la presente campaña de la Roma ha sido total, marcando goles decisivos que lo sitúan al tope en la calificación de artilleros. Dzeko ha vuelto a ser ese futbolista que rompió redes en territorio checo y germano, y marca goles de cualquier registro.