Historias
El arquero nómade
Mirjana y Bosko Borjan eran una pareja serbia que vivía en Knin, Croacia. Cuando su hijo Milan tenía cuatro años, comenzó la Guerra por la Independencia en 1991. Durante el conflicto bélico que enfrentó a Croacia y al Ejército Popular Yugoslavo, los serbios autoproclamaron la República Serbia de Krajina dentro del territorio croata con Knin como capital. En 1995 las fuerzas croatas invadieron esta ciudad poblada en su mayoría por personas étnicamente serbias y la familia Borjan debió emigrar. Se refugiaron en Belgrado, donde el pequeño Milan descubrió su amor por el fútbol. O, mejor dicho, por el puesto de arquero, el mismo en el que su papá había jugado de forma amateur.
En 2000 se mudaron a Hamilton, Ontario, Canadá, donde los padres de Borjan aún residen. Allí, Milan atajó en las divisiones inferiores del club Mount Hamilton y se nacionalizó canadiense, pues quería ser el arquero de la selección de ese país. Pese a que podía representar internacionalmente tanto a Croacia como a Serbia, una vez declaró: “Elegí a Canadá para agradecerle todo lo que ha hecho por mí y por mi familia. Mejoraron la calidad de vida de mis padres y quería pagarles de alguna manera.”
Nómade desde su infancia, a sus diecinueve años Borjan se mudó a Buenos Aires para realizar una prueba en Boca. El arquero canadiense quedó seleccionado e integró el plantel de Reserva en 2006, pero no le ofrecieron contrato y en 2007 cruzó el charco para jugar en Nacional. No llegó a debutar en el Bolso y en julio volvió a la capital argentina, aunque esta vez su destino fue River. Curiosamente, su estadía en Núñez fue similar a la que tuvo en el Xeneize: no atajó ni un minuto en la Reserva ni firmó contrato. Cuando parecía que su paso por Argentina estaba finalizado, apareció Quilmes en el camino de Milan. En el Cervecero pudo convertirse en futbolista profesional y fue el tercer arquero del equipo que peleó sin éxito por el ascenso en 2008.
En su periplo por el Río de la Plata, el canadiense pasó por cuatro clubes en dos años y medio sin lograr debutar en Primera. De todos modos, haber firmado su primer contrato en Quilmes le hizo saber que podía vivir del fútbol. Por eso, en vez de regresar a Canadá, optó por volver a Belgrado. Allí fue contratado por Rad y, aprovechando que estaban lesionados los dos arqueros del club, Borjan se ganó el puesto y fue importante en un equipo que clasificó a la UEFA Europa League por segunda vez en su historia.
El golero trotamundos siguió su camino por varios países del Viejo Continente. Contribuyó al subcampeonato de Vaslui de Rumania, pasó por el Sivasspor turco -donde perdió la titularidad con la llegada de Roberto Carlos como entrenador- y fichó por Ludogorets Razgrad de Bulgaria. En su primera etapa en el equipo búlgaro, las cosas no fueron como Borjan quería. En el debut por Champions League ante Liverpool, su equipo empató a los 45’ del complemento; pero en tiempo de descuento cometió un penal que Steven Gerrard cambió por gol, dándole la victoria a los ingleses. Después de esa jugada desafortunada, el canadiense no volvió a atajar en su primera etapa en el club.
El primer semestre de 2015 le sirvió para relanzarse. Mostró un gran nivel en Radnicki Nis de Serbia para luego regresar a Ludogorets. Con el titular lesionado de gravedad, Borjan encontró la continuidad que no había tenido previamente en Bulgaria. Igualmente, Milan se siente cómodo cerca de los Montes Balcanes, por lo que a mediados de 2017 fue transferido a Estrella Roja de Belgrado.
Tanto en el Zvezda como en la selección canadiense está pasando por el mejor momento de su carrera. En 2018 clasificó a la fase de grupos de la UEFA Champions League, pero en su zona le tocaron Liverpool, París Saint-Germain y Napoli. A pesar de haber quedado último, Estrella Roja le ganó 2-0 a los Reds en el Marakana de Belgrado. Ese día, el guardameta fue figura y pudo redimir su mala actuación ante el mismo rival cuatro años antes en Bulgaria. Ídolo y figura en el club que ganó la Copa Europea en 1991, Milan Borjan ya lleva 210 partidos disputados -se convirtió en el arquero con récord de presencias- y es el capitán. En diciembre de 2017, tras una victoria de Estrella Roja por 1-0 ante el Colonia alemán que sirvió para clasificar a dieciseisavos de la UEL, el arquero se fotografió con una bandera del equipo con Knin escrito en la parte blanca y manifestó: “Sé quién soy y de dónde vengo. Soy hincha de Estrella Roja como casi todos los de Knin y le quiero dedicar la victoria a los serbios de Dalmacia”. Esto generó una amplia repercusión en los medios croatas, a lo que respondió: “No nací en Croacia, nací en Krajina, Dalmacia de mayoría serbia. Soy serbio y también me siento canadiense por todo lo que me dieron.”
En Canadá lleva atajados 61 partidos y es titular desde 2012. En una selección que está a un punto de clasificar a un Mundial por primera vez en 36 años, Milan Borjan cumple un papel fundamental. Así lo demostró con una atajada en tiempo de descuento en el triunfo por 2-1 ante México en noviembre pasado, con -11° C en Edmonton. Esa noche se viralizó su look para las bajas temperaturas, usando los joggins como el ex arquero húngaro Gábor Király y una capucha por la que fue comparado con Buzz Lightyear en Twitter. En enero fue elegido jugador del mes en Canadá, que cerró la triple fecha de Eliminatorias con cero goles en contra. A sus 34 años, este arquero nómade disputará el torneo que todo futbolista sueña jugar. Sí, el mismo que hace más de una década llegó a este lugar del mundo para comenzar su carrera.
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- AUTOR
- Guido Antonelli
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