#Rusia2018xCR
El Brasil de Tite
Brasil, tras el arribo de Tite en junio de 2016 luego del despido de Dunga, pasó de ser un equipo en crisis, y con posibilidades de no ir a Rusia 2018, a transformarse en una de las mejores selecciones del mundo. Esta transformación se produjo en poco tiempo, ya que transcurrió un año y un par de meses nada más. ¿Qué cambió en la canarinha para que los dirigidos por el ex entrenador de Corinthians lleguen como uno de los favoritos a la Copa del Mundo?
En principio, Tite quiso desde el comienzo tratar de recuperar el juego que tanto caracterizó históricamente a Brasil. En una entrevista, el DT confesó que la selección que más le marcó es la del Mundial 1982 con Junior, Cerezo, Sócrates, Falcao, Zico y Eder a la cabeza. Dicho equipo, dirigido por Telê Santana, no ganó esa Copa, pero es conocido universalmente por el nivel colectivo y de combinaciones que tenía ese conjunto.
Lo segundo fue intentar consolidar un once tipo, tratando de que cada uno juegue en la posición ideal y que ocupe el rol que más se ajusta a las características del futbolista. Marcelo, borrado de las convocatorias luego del desastre en Brasil 2014, reapareció en el equipo. Luego Tite estableció una pareja central con Marquinhos y Miranda, como también mantuvo a Casemiro (que ya había sido titular con Dunga en los últimos partidos de su ciclo). Sus principales novedades fueron Gabriel Jesús, un chico de 19 años por ese entonces, pero campeón del Brasileirao con Palmeiras siendo la referencia en el ataque, y Paulinho, mediocampista que tuvo en Corinthians cuando ganó la Copa Libertadores de 2012.
“Primero quise entender cuál era la mejor posición de cada jugador con lo que hacían en sus equipos. ¿Dónde produce más Neymar? ¿En el 4-3-3 del Barça abierto a la izquierda? Mi idea inicial será, por tanto, mantener a Neymar en el rol que tan bien hace en el Barça. ¿Y (Philippe) Coutinho? En el Liverpool juega en la izquierda. Yo lo pongo en la derecha para que no se pise con Neymar, pero juega con los mismos automatismos que en su club”.
Partiendo de esa base, Tite buscó un equipo que tenga una salida de pelota ordenada, juntarse con varios futbolistas y avanzar de a poco, pero siempre con una movilidad constante de sus dirigidos. Contar con Dani Alves y Marcelo, posiblemente los dos laterales más creativos que hay en el mundo, es una ventaja y justamente es lo que el entrenador quiso imponer en su equipo; potenciar las virtudes de cada uno, e incluso también Neymar o Coutinho se acercan con desmarques de apoyo para sumarse a dicha situación. En estas dos imágenes de debajo, se ve cómo llegan a involucrarse hasta siete brasileños.
Para resumir, en la iniciación y gestación de las jugadas se buscan las asociaciones seguras con pases cortos, pero lo que convierte a Brasil en una de las selecciones más peligrosas es lo que ocurre después.
En el momento de finalizar, la verdeamarelha busca verticalizar en todo momento. Con la precisión en velocidad que tienen tanto la estrella del PSG, como la figura del Liverpool, es muy difícil frenarlos. Si a eso se le suman los dos laterales ya nombrados, con su creatividad y su ya conocida prioridad por el ataque, más Paulinho (mediocampista que constantemente llega a zonas de remate para convertir goles) y Gabriel Jesús, que puede realizar desmarques de ruptura pero también sabe jugar de espaldas y dejar de frente a sus compañeros, el lugar para la inventiva y la creación de chances de gol en Brasil es enorme. En las dos imágenes siguientes, se puede ver la cantidad de futbolistas que la verdeamarelha junta en ataque, y muchos de ellos incluso pisando el área rival.
Además, gracias al trabajo anterior que hace el equipo, el de avanzar de a poco e ir juntándose mediante pases cortos y seguros, a la hora de finalizar todos quedan en una situación cómoda para dañar al rival. Una de las claves de esta selección, es la de llegar por sorpresa, que es mejor que estar. Y si se comete una pérdida, al ubicarse todos en cierta cercanía, es más fácil presionar para volver a recuperar la pelota. Tal es así que, en los 12 partidos que disputó Brasil por Eliminatorias desde que Tite es el entrenador, ganó diez, empató dos y convirtió 30 goles (le anotaron solo tres tantos).
¿Cuáles son los defectos principales de este equipo? Defensivamente, quizás le falte un central de élite en su once inicial. Marquinhos y Miranda son buenos, pero no están entre los mejores del mundo. Asimismo, al jugar con dos laterales tan ofensivos, y que los dos extremos que repliegan son Neymar y Coutinho, las bandas son una debilidad a explotar. Mientras, ofensivamente, es posible que en ciertos momentos del partido, en los que el rival espera y achica espacios, se note la ausencia de un mediocampista que filtre pases entre líneas o cambie de dirección la jugada. Arthur, la figura del Gremio campeón de Copa Libertadores, puede ser una opción en este caso.
Lo cierto es que el Mundial es un torneo corto, y a veces el que supuestamente mejor llega a la cita no es el que levanta el trofeo, porque entran a jugar numerosos factores. No obstante, si Brasil quiere conseguir su sexta estrella o aspirar a ello, la identidad que supo darle Tite, en consonancia con lo que históricamente fue la canarinha, ya es una ventaja.
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