#Rusia2018xCR
El Cairo celebra, el karma se acaba
El 21 de Junio de 1990, el estadio Stadio Sant’Elia de Cagliari era testigo de la victoria por 1-0 de la Inglaterra de Bobby Robson ante la Selección de Egipto. Autor del único tanto del cotejo fue Mark Wright, defensa habitué del Derby County. Mientras los europeos avanzaban sonrientes a octavos de final, los africanos preparaban las maletas dispuestos a aspirar por última vez el aroma mundialista que emanaba la Copa del Mundo de Italia 90’. En los dos encuentros restantes correspondientes al Grupo F, empataron en uno ante Holanda e igualaron en cero ante Irlanda.
Eran tiempos donde la globalización en el fútbol era aún muy prematura y los seleccionados ajenos al Viejo Continente contenían algo de ostracismo. Lo que los seguidores de aquel Mundial pudieron descifrar de los egipcios fue el liderazgo de su figura y capitán, Gamal Abdel-Hameed, quien exhibió la voluntad ofensiva del combinado. Dicho personaje hoy se encuentra a la espera de cumplir 60 años, y en la víspera de dicho aniversario, celebra la clasificación histórica de su seleccionado al Mundial de Rusia 2018. Casi tres décadas después a su fugaz, pero no por eso menos digna, participación en territorio italiano, la Selección de Egipto regresa al primer plano del fútbol.
Residuos de aquel combinado nacional que representó por última vez a los muchachos de las pirámides y las esfinges se exhiben en los registros que podemos encontrar en internet. Para llegar a Italia, el camino para un combinado africano era punzantemente estrecho. Solo dos plazas eran las disponibles. Cuatro grupos de cuatro selecciones. Del cuarteto de punteros, se desprendían dos partidos de ida y vuelta. Egipto encabezó su grupo, dejando atrás a Liberia, Malawi y Kenia. Los 120 minutos que podían depositarlo en el Mundial serían frente a Argelia, puntera invicta de su fase.
La ida, disputada en Argel, fue un empate sin goles. Todo se definiría en El Cario, sitio que presenció el tempranero gol del atacante Hossam Hassan, quien antes de siquiera los cinco minutos marcó para los egipcios. La escuadra local resistió hasta el final del cotejo, cuando el referí pitó final y la algarabía se desató en cada rincón de aquella nación. 19 de noviembre de 1989 es la fecha en que Egipto accedió por vez primera a una copa del mundo.
Aquella velada marcó un punto de inflexión para el héroe Hassan. Rápidamente su nombre traspasó las fronteras de su continente, y posterior a Italia 90’, arribaron a su mesa ofertas provenientes de diferentes conjuntos europeos. Si bien se mencionó al mismísimo Barcelona como su futuro club (algo con más aroma a delirio de la prensa que realidad), su nuevo hogar sería el PAOK Salónica griego. Luego disfrutaría una estadía en la liga suiza, un breve paso por el fútbol emiratí y, finalmente, se asentaría en su Egipto natal, donde jugó hasta 2007, hilvanando una trayectoria en el Al-Ahly, Zamalek, Al-Masry, Tersana SC y Union Alexandria. Mojó más de doscientas veces envuelto en esas casacas.
Una de las pocas cosas que perduraron en Egipto de aquellas tardes de fútbol en 1990 hasta los tiempos que corren, es el nombre de Hosni Mubarak. En efecto, este militar octogenario fue presidente de dicho país entre 1981 y 2011. En el contexto de la Primavera Árabe, acusaciones de fraude, corrupción, persecución y nepotismo cayeron sobre el mandatario, forzando su histórica renuncia el 11 de febrero de 2011. Asimismo, Mubarak es el único presidente egipcio en cumplir mandato durante una participación en un Mundial. Su base de poder en aquel momento se gestaba en referéndums donde la oposición era excluida de cualquier participación en comicios, además de la represión y detención de carácter arbitrario que emanaba desde su lugar de poder.
Fue durante las revueltas en su contra en los comienzos del 2011 que el propio Hassan, en aquel entonces entrenador del Zamalek, enfatizó su ciego apoyó a la administración de Mubarak, despotricando contra quienes imploraban su salida del cargo, tildándolos de anti-Egipto y de oficiar de defensores de intereses ajenos a su patria. Con más nostalgia que verdad en sus dichos, el rostro de Hassan pudo verse en las movilizaciones a favor de Mubarak.
Hoy, Hossam Hassan traspasa los 50 años y se encarga de las tácticas del Al-Masry. Su camarada Mubarak, enjuiciado y condenado por sus ilícitos y sus crímenes, se encuentra en libertad desde hace un puñado de meses. Su salud, hecha añicos, es ahora su nuevo rival en la contienda que le disputa a la muerte. Si se recupera, y en caso de que la justicia no lo solicite de nuevo, puede que se siente en su sillón junto con Hassan, visita sorpresa de su estadía en algún exilio lejano a su tierra. El ex presidente, el ex futbolista y todo el pueblo egipcio tendrán algo en común por vez primera en mucho, mucho, tiempo: Estarán nerviosos y alegres de ver a su seleccionado en una Copa del Mundo, tras una prolongada espera.
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- AUTOR
- Esteban Chiacchio
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