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El Chelsea de Antonio Conte
Tras un arranque irregular en la Premier League con derrota delicada ante Arsenal (0-3) en el Emirates Stadium, el entrenador italiano oriundo de Lecce entendió que el equipo necesitaba confianza, orden y resultados positivos para no recaer en lo acaecido en la (pésima) temporada anterior con José Mourinho. Con defensores que no son justamente de élite, eligió para revertir la dinámica competitiva negativa, retomar el esquema habitual en sus dos últimos conjuntos dirigidos (Juventus e Italia), su convincente trabajo en el 3-5-2, y la excelsa ejecución de los jugadores ha llevado al club londinense a una racha demoledora de cinco victorias en tantos partidos, con 16 goles anotados y ninguno encajado en la competición liguera.
El Chelsea sin balón se posiciona desde un 5-2-2-1 con Thibaut Courtois en la portería, una línea de tres centrales (Gary Cahill, David Luiz y Cesar Azpilicueta), dos laterales de largo recorrido y formidables prestaciones en ambas áreas (Marcos Alonso y Viktor Moses), un mediocentro posicional (Nemanja Matic) y otro volante simétrico pero con llegada al arco rival (NGolo Kanté). Prácticamente a su misma altura se encuentran en el repliegue ambos extremos (Eden Hazard y Pedro) y Diego Costa anclado en mitad del campo esperando una salida vertiginosa tras robo del balón.
El arquero belga también necesitaba una dosis de confianza en forma de clean sheet (valla invicta). Ha vuelto a ser ese portero que parece gigante e imbatible cada vez que intentan acercarse a su meta. Volvió a gobernar en su hábitat, tanto debajo de los palos como en cada salida por alto.
El central inglés ha recuperado su nivel al hallarse más cubierto en defensa, potenciando su juego aéreo y ahorrándose anticipos inaccesibles para sus características que lo dejaban en evidencia una y otra vez. El brasileño recientemente fichado ha logrado complementarse a la perfección con los compañeros en su segunda etapa en Londres. Ya no se precipita ni enloquece como antaño, y se ve favorecido por el auxilio constante de cada uno de los suyos. Azpilicueta, pese a ser el central de menor dominio en los balones aéreos, suple dicha carencia con su rapidez y timing en cada cobertura al brasilero y al carrilero nigeriano. Uno para todos y todos para uno, ese es el secreto, se potencian y a la vez se cubren y ocultan errores que, en una defensa con línea de cuatro, serían más complicados de disfrazar. Una línea central segura, anticaos y siempre protegida.
Continuando con la parte defensiva, la llegada de Marcos Alonso ha sido clave para el sector izquierdo. Un carrilero que conoce la posición por su paso en la Fiorentina. Cumplidor, duro en la marca, inteligente en sus proyecciones y antagónico al carrilero derecho ya que no desborda ni verticaliza en área rival sino que es un lateral a la vieja usanza, continúa hasta la línea final del campo y centra con precisión. El factor mágico de Conte ha sido la utilización y transformación del extremo Moses. El africano plasma un ida y vuelta que no deja indiferente a nadie -es el Lichtsteiner de la Juventus de Conte-, pero con la explosión en los metros finales de un delantero. Se adaptó con normalidad a las facetas defensivas aunque por momentos le cueste retomar la posición, pero en reiteradas ocasiones se puede visualizar que no termina de formar la línea de cinco sino que se posiciona en una zona intermedia, a mitad de camino entre su área y la mitad de la cancha. Puede ser que esto ocurra por algunas lagunas tácticas del jugador o por indicación del técnico (para iniciar la transición defensa-ataque con metros de ventaja) debido a la confianza en las coberturas por velocidad de Azpilicueta (triple función pues actúa por momentos como central derecho, como lateral por el mismo sector y con el balón se ubica como interior para generar superioridad) y Kanté.
El repliegue es total, en campo propio. La presión es leve en terreno rival antes del retroceso, solo Diego Costa actúa ante la iniciación del contrario. Los extremos se ubican a la misma altura que el doble pivote y, junto a la defensa de cinco, fabrican una muralla infranqueable, generando superioridad en cada espacio. Ante cada contrincante se postulan dos jugadores azules. Kanté y Matic se turnan para la presión al poseedor del balón con un grado justo de agresividad ayudada por la excelente ubicación de cada uno. Forman así por el carril central un 3+2 que asfixia por dentro y por fuera al enemigo de turno, para luego aleccionarlo con contraataques (por los tres carriles) de libro. Automatismos generados y evidentes en cada partido en un equipo físico con orden, entendimiento e interacciones perfectas entre cada integrante del equipo por zonas y líneas, y una precisión pasmosa de pase en carrera en cada salida rápida en la que se asemejan a velocistas.
Tras pérdida del balón, en la transición ataque-defensa, Pedro auxilia rápidamente a Moses junto a Kanté, generando un conjunto de tres hombres (con Azpilicueta) por la derecha. Veloz reubicación de los carrileros y Kanté que se suman al 3+1 (centrales y Matic). Tras dicho reacomodamiento, los blues esperan el error en la entrega del rival jugando con su paciencia, ansiedad e imprecisión tras no hallar ni generar un espacio al que atacar. Para destacar es el trabajo de Kanté, quien anticipa pases, llega por sorpresa en ataque, cubre posiciones de compañeros y frena contras con o sin falta. Se ha convertido en un mediocentro de élite.
A la espera de la recuperación del prometedor Kurt Zouma y con la variante principal para cerrar cada partido -Branislav Ivanovic por Moses-, el Chelsea es actualmente el equipo defensivo más en forma de las grandes ligas.
El Chelsea genera superioridad desde la iniciación con los tres centrales (cuando el balón es jugado por Cahill, Matic automáticamente se desplaza para cubrir su posición y dar más seguridad en caso de pérdida) y va recorriendo el viaje hacia campo contrario en conjunto siempre con el cuero a ras del piso. Con orden, generando espacios y rompiendo líneas de presión con Costa ejerciendo en muchas ocasiones de tercer hombre o con los extremos bien abiertos, conceptos tomados del juego de posición. Azpilicueta ejerce en ocasiones de interior derecho, Pedro inicia diagonales dejándole el carril libre para las proyecciones a Moses, y Hazard juega de forma libre ocupando reiteradas veces la posición del «10» con libertad absoluta de movimientos. Un esquema que muta a un 3-4-3 e incluso a un 2-5-3 con el central español, ambos mediocentros y los carrileros en simetría en la medular; en posiciones de resguardo permanecen David Luiz y Cahill o Matic en su defecto.
La finalización intenta ser siempre de afuera hacia dentro con Hazard. En caso de obturación de pase en la iniciación de juego, David Luiz busca con un balón directo (caso similar al de Bonucci en Juventus e Italia de Conte) a los extremos, la espalda de los laterales rivales. También el destinatario suele ser Costa, quien pivotea y rápidamente busca el área o prolonga en busca de las diagonales de Pedro o Hazard. En algunos segmentos del cotejo, los tres delanteros aparecen dentro del sector de finalización esperando la asistencia de los carrileros. El belga también busca la elaboración casi como interior ejerciendo del Messi que se pudo ver hace escasos días en Sevilla. El desequilibrio por bandas es continuo y Diego Costa se beneficia de ello una y otra vez ya que las ocasiones de gol para él son reiteradas en cada jornada al tener abundantes variantes en forma de asistencia.
Las posibilidades en el banquillo pueden ser Willian por Pedro, Oscar o la reincidente sustitución de Michy Batshuayi por Costa. Ante Everton se pudo observar a un Chelsea repleto de variantes para debilitar a un esquema similar (Ronald Koeman apostó por un 5-3-2 con dos delanteros rápidos como Yannick Bolasie y Romelu Lukaku). Los ataques tras robo son oleadas de jugadores azules en busca del gol. Un balón conducido por Hazard iniciando la transición defensa-ataque, un pase al espacio a Pedro, o una descarga rápida de Costa para salir en tromba junto a Kanté que se suma como factor sorpresa y Moses debido a su posición anteriormente señalada como intermedia entre lateral e interior.
Las jugadas a balón parado a favor corren por cuenta de Hazard. En los tiros de esquina tanto por izquierda como por derecha, el belga parte con la ventaja de que si ejecuta un centro preciso, sus compañeros dominan con claridad el juego aéreo y suelen impactar en reiteradas oportunidades cada balón enviado desde el córner. En el área se posicionan al primer palo Marcos Alonso, David Luiz y Costa unos metros por detrás, en el punto de penal espera Cahill quien inicia una carrera frontal en busca de la prolongación. Fuera del área esperan el rechace Pedro y Moses.
Podemos observar una jugada preparada en la que el ejecutor inicial es Moses por la derecha. Juega en corto para Pedro, quien busca por bajo a Hazard, que a escasos centímetros del área dispara sin pensárselo. Los David Luiz, Cahill, Alonso, Costa y Matic arrastran la marca y liberan a Hazard. En otra opción utilizada, David Luiz y Matic penetran al primer palo, Alonso espera en el punto penal, Costa y Cahill en el segundo poste y Kanté aguarda el rebote junto a Pedro (si no amaga con buscar el córner en corto). Lo mismo ocurre en las faltas laterales con los mismos protagonistas tanto por dentro como por fuera. David Luiz, Alonso y Matic, Costa desde el punto fatídico y Cahill más alejado. Moses, Pedro y Kanté, debido a su velocidad, esperan acontecimientos en caso de contraataque rival.
Las faltas cercanas en contra son defendidas en línea, del segundo al primer palo por: Alonso, Matic, Cahill, Luiz, Costa, Azpilicueta, y Moses más lejano. Entre Kanté y Pedro, uno va a la barrera y otro acecha para conectar con Costa y Hazard. La idea es clara, los potentes en el juego por alto dentro del área y los veloces y verticales permanecen a la espera para dar el golpe mortal tras recuperación o rechace favorable.
En los saques de esquina a favor del oponente desde la izquierda (siempre variando la marca dependiendo el peligro del contrario en esta faceta), aparecen por orden de cercanía al balón: Pedro, Costa, Moses, Azpilicueta, Matic, Luiz, Alonso y Cahill. Kanté cuida el palo de Courtois y Hazard es reservado para lanzar el contragolpe. Cuando el tiro de esquina es desde la derecha, Kanté y Costa se ubican cerca del palo, Cahill y Matic toman a los jugadores más peligrosos (Luiz libra o no dependiendo de la cantidad de oponentes, ídem por izquierda), Azpilicueta y Alonso se ubican en línea y Pedro lo más aproximado al jugador que se halla fuera del área, Hazard. La marca es mixta en cada pelota parada.
El próximo rival del Chelsea será el duro Middlesbrough de Aitor Karanka, que ya ha puntuado de visitante ante potentes equipos como Arsenal o Manchester City, aunque también es cierto que en su casa -Riverside Stadium- el rendimiento a nivel resultados no es el mismo (cuatro puntos en casa por siete fuera). La evolución del conjunto de Antonio Conte no cesa. Las interacciones entre jugadores sólo van a más, los once titulares influyen y a la vez son influenciados por sus compañeros generando multiplicaciones imprevistas de rendimiento y/o productividad.
- AUTOR
- Nicolás Quiroga
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