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El crecimiento nipón
Vamos a hablar de la J-League. Para los que no conocen de qué se trata, los invitamos a quedarse a leer esta nota porque la Liga japonesa también tiene lo suyo. Seguramente, al nombrar «fútbol de Japón», lo primero que se nos viene a la cabeza son los Súper Campeones, pero aquí vamos a hablar de la realidad. Este torneo fue creado en el año 1992 reemplazando a la antigua liga amateur japonesa, convirtiéndose así en un campeonato más competitivo. Desde la creación de la misma, creció no solo en cuanto a clubes poderosos sino también en nombres. Muchos jugadores importantes globalmente llegaron queriendo hacer una diferencia importante en lo económico y no dudaron en aceptar contratos millonarios con el fin de enriquecer el certamen.
La década del ’90 fue el inicio para que jugadores como los brasileros Zico, Careca, el inglés Gary Lineker, el italiano Salvatore Schillaci o el yugoslavo Dragan Stojkovic llegaran a estas tierras. Estos fueron algunos de los tantos nombres que estaban finalizando sus carreras futbolísticas pero, al recibir contratos millonarios, vieron con buenos ojos aceptarlos y formar parte de una nueva competencia. El caso contrario es el de Miura Kazuyoshi, quien empezó su carrera como player en el fútbol brasileño y volvió a su país para jugar en su tierra natal y ayudar al crecimiento de la misma. Por eso mismo muchos lo catalogan como la inspiración de Yoichi Takahashi, el creador de los ya nombrados Súper Campeones.
Igualmente, la lista de futbolistas que en la última década del pasado siglo emigraron a Japón es amplia, aunque citaremos algunos casos más como Leonardo, el brasilero campeón del mundo en 1994. Un año después se sumaron Dunga y Jorginho, mientras que Michael Laudrup fichó para Vissel Kobe en 1996. Hristo Stoichkov fue otro de los «famosos» que llegó y su arribo fue al Kashiwa Reysol. El primer argentino en jugar en la J-League fue Ramón Díaz. El riojano firmó en 1993 para el Yokohama Marinos. Sin embargo, a finales de la década dejaron de contratar tantos players que estaban a punto de retirarse y optaron por figuras jóvenes como Hulk , el cual llegó con 18 años de edad al Kawasaki Frontale.
La ideal original al crear la J-League fue que fuera poderosa, aunque para su suerte los resultados deportivos de la Selección de Japón ayudaron, ya que se consagró campeona de la Copa de Asia en el primer año de vida del torneo. Paso a paso comenzaron a conseguir logros y en diez años lograron más objetivos que en todo lo hecho a lo largo de su historia. Además comenzaron a contratar empleados con experiencia en todos los ámbitos, como doctores en medicina deportiva, psicólogos, fisioterapeutas, cazadores de talento, secretarios técnicos y todo lo referido a la mejora futbolística. Japón quería ser un país también reconocido por su fútbol y lo iba a conseguir. En el momento en que nació la liga, el número de equipos llegaba a diez, luego en 1998 pasó a 18. La cifra se mantiene en la actualidad, mientras que desde 1999 existe la segunda división llamada J-League 2.
Todo crecimiento y evolución, en cualquier ámbito, requiere de planificar paso a paso para llegar a lograr su cometido: inversiones fundamentales para hacer crecer el deporte en este caso. Luego de seis años de constante crecimiento, Japón disputó su primera Copa Del Mundo. En 1998, el Mundial se jugó en Francia y desde ese entonces los nipones no dejaron de participar en estos campeonatos. Era una sorpresa para muchos el ver a este seleccionado que tenía como mayor figura a Hidetoshi Nakata. Su andar en aquella contienda no fue de lo mejor, ya que producto de tres derrotas quedaron con cero puntos en el fondo del grupo y así fueron eliminados en primera fase.
Si hablamos de crecimiento, no podemos dejar de mencionar que el mayor desarrollo se vio cuando se realizó el Mundial Corea-Japón 2002. Con la dirección técnica del brasileño Zico, el conjunto japonés dejo de ser un plantel «sin ideas» y se pudo apreciar un nuevo orden táctico. Y a esto podemos agregarle velocidad y algo de imaginación a la hora de resolver una jugada en corto plazo. No solo consiguieron su primer triunfo en la historia de los mundiales, sino que también avanzaron hasta octavos de final, donde cayeron contra Turquía. Luego, en Alemania 2006 volvieron a quedar afuera en primera ronda y en Sudáfrica 2010 repitieron lo hecho en el 2002.
Actualmente, el torneo local se juega a una rueda durante todo el año y no hay cortes, pero mantiene 18 equipos de los cuales tres pelean por el descenso mientras que los tres primeros de la tabla clasifican a la Champions League asiática (el tercero entra en una fase anterior a la de grupos). El equipo más ganador desde el nacimiento del torneo doméstico es Kashima Antlers, un team que obtuvo ocho títulos locales y se mantiene muy alejado del segundo puesto que es compartido por Jubilo Iwata, Yokohama Marinos y Sanfrecce Hiroshima, con tres campeonatos cada uno. Un dato no menor y que habla de la evolución del fútbol en las tierras de las artes marciales es que en 2014 se creó la tercera división, la cual cuenta con 16 participantes.
Los planteles de la Primera División están formados casi en su totalidad por jugadores nativos de esas tierras, pero cuando se observa bien las plantillas, la segunda nacionalidad que más se destaca es la brasileña. Por el contrario de lo que la lógica podría marcar, los jugadores de Brasil siguen marcando la diferencia en este torneo. A pesar de esto, la mayoría de ellos suelen ser desconocidos por el público en general, un punto muy diferente a lo que sucede en el fútbol de China. De la misma manera, los dirigentes apostaron a entrenadores locales y son muy pocos los técnicos de otras nacionalidades (Mihailo Petrović, Nelsinho Baptista, Erick Mombaerts y Massimo Ficcadenti, entre los más destacados). Hoy por hoy, el crecimiento interno transformó y modificó las bases que antes tuvieron, en su mayoría, un tinte internacional.
La confirmación del progreso de este fútbol es la gran cantidad de jugadores que aparecen en las nóminas de grandes equipos europeos. Keisuke Honda en Milan, Yūto Nagatomo en Inter, Shinji Kagawa en Borussia Dortmund y Shinji Okazaki en el Leicester City son de los nombres más reconocidos, aunque por el lado de la selección nipona sorprende que sea dirigida en estos días por un extranjero, el bosnio Vahid Halilhodzic. Sorprende porque la política en la liga es diferente, pero como siempre las reglas «perfectas» en el fútbol no existen. El DT europeo llegó en el 2015, luego de dirigir a las selecciones de Costa de Marfil y de Argelia. Por el momento, cumple con su misión de clasificar a los japoneses a Rusia 2018 (marcha segundo en el Grupo B con la misma cantidad de puntos que Arabia Saudita), aunque aún resta tiempo para confirmar su boleto. Seguramente, la mayoría de ustedes solo recuerde a los Súper Campeones, pero con el paso de los años la redonda en Japón ya no solo aparece en los dibujos animados.
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