El defensa moderno
Diciembre del 2015, Goodison Park, el rival es el Crystal Palace en la jornada 15 y tan solo se llevan disputados 13 minutos de la contienda. John Stones robó el esférico al atacante rival y salió jugando con tres regates ante cada oponente que salía a su paso, cabeza levantada y balón entregado al mediocentro con cara externa del pie derecho. Una exquisitez de otros tiempos. Roberto Perfumo se hubiese levantado del sofá para aplaudir. Esto no fue todo, un mes más tarde, en el Etihad Stadium ante el Manchester City emuló aquella fantástica salida de Perfumo entre dos atacantes de Nacional de Montevideo por la final de la Copa Libertadores. El Kun Aguero y Raheem Sterling fueron las víctimas y/o agraciados por visualizar de tan cerca semejante obra de arte.
El central tiene como principal virtud el manejo del balón, la salida limpia en cada iniciación de juego del equipo dirigido por Roberto Martínez. Se podría comparar con Mats Hummels aunque el inglés tiene una mejor respuesta cuando no logra anticipar al contrincante, su agilidad y velocidad es superior que la del alemán pero el campeón del mundo posee un porcentaje casi perfecto en balones entregados al compañero sea la distancia que sea. Este es un punto a mejorar en el juego de Stones ya que la confianza en su técnica le juega malas pasadas, arriesgando e incluso obsequiando pérdidas a delanteros rivales.
Un juego aéreo más que aceptable (a mejorar en área rival) y una velocidad, timing y precisión excelsa en cada cruce a espaldas del lateral de su flanco (Seamus Coleman o Bryan Oviedo) o del compañero de zaga (Ramiro Funes Mori o Phil Jagielka). No le incomoda jugar varios metros por delante de su portero ni tampoco permanecer segmentos prolongados en el balcón del área o dentro de ella. Además, cabe destacar su polivalencia en la zona defensiva, donde puede posicionarse como lateral derecho y no desentonar. De hecho, se proyecta con sentido como si fuese su ubicación original y gana la mayoría de envites ante extremos desequilibrantes debido a su potencial quite y lectura o estudio del rival o juego. Observar un partido del Everton es disfrutar de Stones en cada salida con cabeza levantada tras un robo al delantero de turno.
No fue una temporada notable ni a nivel individual ni colectivo para el dorsal 26. Su equipo se halla inmerso en una crisis de resultados y de juego. Siete cotejos sin victorias, en Premier League coqueteó más con la parte baja que con la alta de la tabla y tanto en FA CUP como en Capital One Cup no logró superar a su escollo en semifinales. Everton ha encajado demasiados goles como para dar un salto cuali y cuantitativo en la clasificación final. Si bien no es el culpable del mal funcionamiento defensivo post pérdida de la pelota, se lo ha indicado como un central que toma demasiado riesgo con el balón en los pies. Una crítica que va de la mano y produce una simbiosis con el Rayo Vallecano, tantas veces maltratado por su supuesto riesgo sin tener en cuenta el gran mérito y la belleza que supone una iniciación rompiendo líneas de presión desde el arco propio.
Con su Selección, comparte zaga con Gary Cahill o Chris Smalling. Dos jugadores de estilo antagónico que dependiendo del rival pueden ser su pareja titular. Cahill perfecciona el juego aéreo de Stones y Smalling le permite al joven de 21 años jugar con más tranquilidad con metros a su espalda ya que el defensor del Manchester United posee una velocidad y un timing parecido al del Everton mientras que el zaguero del Chelsea tiende a acular hacia su arco; obviamente Cahill vive en su hábitat cerca de su arquero por su potente juego por alto y escasa velocidad y reacción fuera de ella.
La Eurocopa será un torneo importante para Stones. Deberá pulir algunos puntos negativos en su juego pero lo evidente es que tiene una carrera por delante con un futuro inmenso. Los rumores lo han asociado a Chelsea, United e incluso Barcelona donde podría ejecutar su habilidad con total libertad y felicidad.
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- AUTOR
- Nicolás Quiroga
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