Argentina
El dueño del barrio
El fútbol argentino tiene muchos factores para ser considerado uno de los más atractivos del mundo, con variantes que decoran los desmanejos dirigenciales que tiñen de mediocridad al mismo. El talento que brota en suelo albiceleste, la pasión con la que vive el hincha y los enfrentamientos “clásicos”, esos que sirven para refregar en la cara del vecino al que logre quedarse con los tres puntos y dejan con las ganas de cavar un foso al derrotado. Nuestro país tiene la particularidad de que tiene varios y para todos los colores. Desde el Superclásico, ese que eclipsó al mundo con su edición en Madrid por la Copa Libertadores, hasta los provinciales, pasando por los de barrios. No obstante, dentro del panorama domestico no existen solo los River – Boca, Racing contra Independiente o Newell´s buscando ser el dueño de la ciudad ante Rosario Central, también están los de menos envergadura comercial pero que para sus fanáticos es EL partido. En estos últimos existen asteriscos, encuentros que hace años que no se juegan y en algunos casos, hasta hay que remover el polvo de las fotos y crónicas.
La rivalidad entre Vélez y Ferro se puede colocar como uno de los ejemplos de esta curiosidad, de esos que hace tiempo no se ven las caras. El partido se dio en la 16° fecha del Clausura 2000, el Arquitecto Ricardo Etcheverri de Caballito fue el escenario y testigo del gol de José Luis Félix Chilavert que sirvió para jactar que los de Liniers se quedaron con último enfrentamiento. Otra enemistad que puede entrar en la extraña lista es el derbi de Quilmes. El ascenso de Argentino a la B Metro y el presente de Quilmes, que lo tuvo peleando por el descenso en B Nacional hasta las últimas fechas, hicieron ilusionar a los hinchas neutros con un nuevo clásico quilmeño, uno de los más antiguos de la Argentina (el primero se jugó en 1906) y que tiene el 15 de agosto de 1981 como el antecedente más cercano. Aquella tarde, por la 26° fecha del torneo de Primera B, Claudio Angarola marcó para el Mate de Barranca, que era dirigido por Oscar Malbernat, mientras que José Artemio Luñiz marcó para los cerveceros de José Yudica. Si bien en el 2008 se jugó un amistoso para celebrar el aniversario de la ciudad, el duelo en cancha de Independiente fue el último de manera oficial.
Pero este no es el único duelo barrial que lleva tiempo sin jugarse. Continuando por las canchas sureñas, y teniendo en cuenta que si bien la enemistad con Banfield creció en los últimos años por la continuidad de partidos, es una realidad que el clásico de Lanús es Talleres de Remedios de Escalada. El Nacional B de 1992 fue el torneo de la última vez que se midieron. Más allá de que el Granate se consagró campeón y ascendió a la máxima categoría del fútbol argentino, se despidió con un trago amargo tras perder ante los albirrojos, que gracias a un gol de Damían Yáñez se quedó con el premio consuelo en la última fecha.
Otro enfrentamiento que lleva algunos años sin disputarse es el barranqueño, que tiene a Sportivo Barracas y Barracas Central como protagonistas. La temporada 2009/10 tuvo al Guapo como campeón de la Primera C y a su clásico rival con destino en Primera D, además de quedarse con el clásico por 1-0, gracias al gol de Carlos Salom. Año redondo para los dirigidos en ese entonces por Juan Carlos Kopriva. La actualidad no muestra un panorama distinto: los rojiblancos ascendieron por primera vez al Nacional B (o Primera Nacional desde este semestre), mientras que los “Arrabaleros” retornaron a la D.
Hablando de las últimas categorías, podemos encontrar varios ejemplos más, con elencos que pasaron gran parte de su historia en ellas. Uno es la particularidad que existe en la localidad de Campana, que cuenta con dos instituciones pero que no se considera clásico. Villa Dálmine entiende que “su” rival es Defensores Unidos de Zárate y no Puerto Nuevo, su vecino. No obstante, en este recoveco en busca de enfrentamientos barriales, el último fue el 11 de mayo por el Clausura ’96 de la Primera C y fue triunfo del violeta, por entonces Atlético Campana, con tanto de Diego Carrizo. Un año después, y en la misma división, se dio el último duelo entre San Martín de Burzaco y Brown de Adrogué, otro de los tantos clásicos que existen en la zona sur de la provincia de Buenos Aires. El calendario marca el primero de marzo del ’97 como la última vez que se vieron la cara. Eduardo Scalenghe y Horacio Peralta (x2) marcaron para el Tricolor, mientras que Sergio Sanfilippo, Carlos Díaz y Ramón Espíndola lo hicieron para la “Tribu Azul”, que selló el empate 3-3 final en el Lorenzo Arandilla.
La B Metropolitana, de la temporada 2011/12, fue la categoría que albergó el último duelo entre Comunicaciones y General Lamadrid. El Cartero, en el Alfredo Ramos de Agronomía, cerró el certamen ganando por 2-0, con goles de Leandro Staino y Eduardo Pérez, y sentenció al descenso a los de Devoto. En la misma división, pero en el 2005, Argentino de Rosario venció a Central Córdoba por 2-1. Sandro Sánchez y Walter Ledesma le regalaron el triunfo a los fanáticos que se acercaron al José Martín Olaeta, quienes no sabrían que aquel 26 de abril sería el último enfrentamiento del clásico rosarino menos marketinero, ese que divide Rosario en zona Norte por el Salaíto y en zona Sur en representación del Charrúa. Hay que tener en cuenta que en 2017 se midieron por Copa Santa Fe, con victoria para los comandados por Marcelo Vaquero por penales, pero hace catorce años que no lo hacen por competiciones oficiales de AFA.
Siguiendo con la corriente de clásicos que se dieron en las categorías bajas del ascenso, es el turno de Central Ballester y Acassuso. El 28 de abril de 2001, en la cancha de Platense, el Quemero y el Canalla igualaron en cero. Pero ese no fue el único detalle en la temporada, ya que ambas instituciones jugaron el cuadrangular final para ganarse un lugar en la C, algo que terminó logrando el elenco de San Isidro. En la actualidad, estos rivales tienen algo en común: ninguno hace de local en su propio estadio. Los de José León Suárez juegan en Juventud Unida, a la espera de finalizar las obras en el predio de Sarratea 10500 y retornar a su hogar después de más de tres décadas en modo nómade. Por su parte, Susso no utiliza La Quema desde el 2007, debido a la precariedad del mismo, por lo que utiliza las instalaciones de Sportivo Italiano para su localía.
En esta nomina llamativa existen varios casos más, como los clásicos regionales, donde se podría sumar el de Gimnasia de Jujuy con Altos Hornos Zapla, el clásico rafaelino o Aldosivi con Alvarado, que por los conflictos en 1997 llevaron a la liga marplatense a colocarlos en zonas distintas para que no se crucen en los torneos del interior.
En fin, más allá de los años sin medirse, siempre existe un dueño del barrio.
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- AUTOR
- Claudio González
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