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El fantasma de Barovero
La expulsión infantil de Germán Lux frente a Independiente abre, nuevamente, el interrogante de quién tiene que ocupar el arco de River. Con la figura de Marcelo Barovero más latente que nunca, ni Augusto Batalla ni Lux pudieron transmitir esa seguridad que necesita el conjunto de Núñez para volver a los primeros planos.
Cuando el surgido de Atlético Rafaela tomó la decisión de no renovar su contrato con el Millonario, se fue mucho más que un arquero de perfil bajo que logró ganarse el respeto de sus compañeros e hinchas. Con él se marchó un periodo exitosísimo, con la Copa Libertadores como punto máximo, y un repertorio de atajadas inolvidables, como el penal contenido a Emanuel Gigliotti. Con su éxodo al Necaxa, el cordobés priorizó su bienestar familiar (se rumoreó que gente de Boca amenazó a su familia) por sobre los logros deportivos. Una liga con menos exigencia que la argentina, en una institución que lo fichó en su regreso a la primera división, y menos exposición mediática, algo que se asemeja mucho más a su forma de vida.
Ante esta baja sensible, y a pesar de todos los nombres que rondaron durante el siguiente mercado de pases, Marcelo Gallardo apostó por Augusto Batalla, uno de los proyectos más importantes de las inferiores, guardameta titular en las diferentes selecciones juveniles y que hasta había sido vinculado con el Real Madrid. Más allá de todas las cartas de presentación, el oriundo de Hurlingham era el portero suplente y el entrenador entendía que merecía su oportunidad para mostrarse. Su estreno se dio frente a Patronato, en Paraná, mientras el ex Vélez se recuperaba de una lesión. Para desgracia del juvenil, cometió un fallo que determinó la derrota de River en el Presbítero Bartolomé Grella. Una vez sellada la salida de Barovero a la liga mexicana, Batalla se quedó con el puesto, escudado siempre con la confianza del entrenador. No obstante, su estadía terminó siendo una desventura.
A pesar de contar con un puñado de partidos, que no llegan a cincuenta, la pequeña carrera de Batalla ya está marcada con desaciertos muy puntuales. Entre los más importantes están los cometidos en superclásicos frente a Boca (goles de Carlos Tevez y Ricardo Centurión en el Monumental y de Fernando Gago en el Alberto J. Armando), en la final de la Copa Argentina contra Rosario Central -después termina disimulado por el tanto de Iván Alonso que determina el triunfo Millo-, en la caída a manos de Racing como local (salida lejos ante un mano a mano con Marcos Acuña) y ante San Lorenzo, donde dejó un rebote para que Paulo Díaz le dé la victoria al Ciclón y así se terminen los sueños de pelear el campeonato 2016/17 con el Xeneize. Aunque Enrique Bologna llegó con la premisa de ser el arquero suplente, ninguno de los fallos de su compañero le dieron minutos.
Quien desembarcó en el último mercado de pases, para pelearle el puesto a Batalla, fue Germán Lux. Un arquero surgido del club, fogueado en Europa, pasado en la selección y recuerdos que invitaban a olvidarse, por un momento, de la figura de Trapito. Poroto tardó en quedarse con la titularidad, pero el Muñeco terminó eligiendo al ex Mallorca argumentando que «Augusto tiene muchísimo por futuro por delante pero tuvo errores como cualquiera, que fueron puntuales y en partidos decisivos». Aunque pareciera que el «karma Barovero» sigue presente en el mundo River. La roja en la caída contra Independiente no fue más que la gota que colmó el vaso. Con los antecedentes cercanos de la eliminación en la Copa Libertadores, a manos de Lanús, donde tuvo un accionar desacertado en el descuento de José Sand (¡el primer palo es del arquero!), y una floja reacción en el gol de Nahitan Nández que definió el superclásico, parece ser que Gallardo piensa, en este caso obligatoriamente por la expulsión, cambiar el arquero. Minutos después del traspié en el Libertadores de América, el director técnico expresó que Bologna será el titular en la próxima fecha, descartando el posible regreso de Batalla a la titularidad.
Mientras el cuerpo técnico de «La Banda» analiza quién se hará cargo del arco de acá al final del año, medios periodísticos hacen eco del posible regreso de Barovero en junio de 2018, otra cuestión más para alimentar la presión de quien tenga que ocupar el puesto. Lo único cierto es que a Marcelo Gallardo no le sirvió ni jugársela por «la joyita» de las inferiores ni poner a un experimentado, porque al final «cualquiera se puede equivocar».
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- AUTOR
- Claudio González
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