América
El fútbol en JJOO: ¿momento clave para el recambio generacional?
Cada vez que la Selección Argentina de Fútbol clasifica a los Juegos Olímpicos se plantea la necesidad de articular el recambio generacional que siempre se hace necesario. Apenas 16 lugares para un torneo no oficial de FIFA, pero dado que se juega entre mundiales y tiene como restricción de edad ser menor de 23 años, se plantea como un escenario ideal para comenzar un recambio en la selección mayor.
Para estos juegos de Río 2016, Argentina planificaba tener como entrenador a Gerardo Martino y Brasil a Dunga. Los dos ya no continúan y sus reemplazos son Julio Olarticoechea, el único técnico con contrato en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), y Rogério Micale quien además dirigía la sub20 de Brasil.
En el caso particular de Argentina, luego de una pre-selección hecha por Martino y muchas negativas de parte de los clubes para ceder a sus jugadores, fruto en parte también de la situación de acefalía en la entidad de calle Viamonte, terminaron configurando un plantel que presenta potencial pero experiencia casi nula en la selección mayor. Apenas Víctor Cuesta y Ángel Correa cuentan con 3 partidos oficiales cada uno.
En este punto cabe hacer dos análisis. Uno histórico para comparar con el proceso iniciado en la fallida experiencia del Preolímpico para Barcelona 1992, y otro con el fin de concluir si la ausencia de experiencia en el plantel actual que competirá en Río es consecuencia de bajas como las de Paulo Dybala, Matías Kranevitter o Luciano Vietto o si es algo que hubiera sido inevitable y por qué razón.
Desde Barcelona 1992, Alfio Basile intentó que el Preolímpico fuera una base para su plan de renovación de la selección, que había comenzado en 1991. Tal es así que cuatro jugadores que ya habían participado de la Copa América 1991 fueron parte de ese torneo: Diego Latorre, Antonio Mohamed, Fernando Gamboa y Diego Simeone. Sin embargo, esta aventura concluyó en que sólo el Cholo jugara el Mundial 1994, aunque Carlos Roa y Leonardo Astrada lo acompañaron en 1998 y Mauricio Pochettino en 2002.
Para Atlanta 1996, el mando lo tomó Daniel Passarella, que sustituyó en 1994 a Basile. Quien fuera dos veces campeón del mundo como jugador aprovechó la experiencia de los Juegos Olímpicos para hacer un recambio mayor del equipo que disputó el mundial de Estados Unidos. Finalmente, solo seis de los que habían jugado en el último mundial de Diego Maradona repitieron en Francia 1998. De los 18 jugadores del equipo de Atlanta 1996, 14 disputaron el Mundial 1998 y Gustavo López pudo hacerlo en Corea-Japón 2002. Apenas tres se quedaron sin disputar un mundial (Carlos Bossio, Hugo Morales y Cristian Bassedas), pero solo Morales no disputó ningún torneo internacional. Cabe agregar que siete jugadores del plantel habían disputado, también bajo el mando de Passarella, la Copa América 1995: Bossio, Roberto Ayala, José Chamot, Javier Zanetti, Simeone, Ariel Ortega y Marcelo Gallardo. Este ciclo de trabajo de recambio se inició en 1995 con el Panamericano de Mar del Plata que Argentina ganó, y continuó con el Preolímpico 1996, también disputado en “La Feliz”, donde la Albiceleste fuera segundo por detrás de Brasil. Además de los mencionados previamente cabe añadir a los delanteros Marcelo Delgado, Claudio López y Hernán Crespo, Matías Almeyda, Pablo Paz o al arquero Pablo Cavallero. Incluso Ayala fue parte del equipo Panamericano 1995, pero no del preolímpico. La experiencia de 1996 fue muy positiva para la selección mayor dado que 13 de esos 18 superaron los 20 partidos en selección y nueve de esos 18 llegaron a jugar no sólo el mundial 1998 sino también el de 2002.
Obviamente, en un país tan triunfalista como el nuestro, no se perdonó haber perdido la final faltando 5 minutos contra Nigeria y se decidió que para Sydney 2000 lo importante era “ir a ganarla”, sea lo que fuere que eso signifique, como si alguien fuera alguna vez “a perderla”. En consecuencia, la AFA designó a José Pekerman, también coordinador general de selecciones para el Preolímpico de Londrina (Brasil) 2000, dadas sus experiencias exitosas en Qatar 1995 y Malasia 1997 y que ese equipo de Malasia sería la base para el 2000. Sin embargo, el combinado nacional quedó en tercer lugar, tras perder con Chile 1-0, y no clasificó. Con estrellas como Juan Román Riquelme, Pablo Aimar y Javier Saviola, la selección fracasó. En una nota de Olé (http://old.ole.com.ar/diario/2000/02/07/r-00501g.htm), Pekerman afirmaba que la selección no llegó bien preparada porque “la planificación de equipos profesionales no permite ceder los jugadores para entrenarse con la Selección como antes». Y que había asumido el cargo por la cercanía de fecha con Eliminatorias, para preparar bien y no perjudicar el trabajo de la mayor. En todo caso, sólo dos jugadores que participaron de Londrina 2000 disputaron el Mundial 2002: Pablo Aimar y Diego Placente. En el Mundial 2006, bajo la conducción de Pekerman, se sumaron a esta lista Riquelme, Saviola, Esteban Cambiasso, Gabriel Milito, Lionel Scaloni y Leandro Cufré.
Para Atenas 2004, Marcelo Bielsa, que continuó siendo el técnico de la selección luego de la dolorosa eliminación en Corea-Japón 2002, encaró un proceso integral de renovación de una selección cuya base había sido, precisamente, aquella que Passarella llevara a Atlanta 96 (Verón, Ortega, Crespo, “Piojo” López, Gallardo, Almeyda, Chamot, Cavallero, Simeone, además de Batistuta). En este sentido es que se aprovechó que se disputaba la Copa América de Perú (del 6 al 25 de julio), seguida de los Juegos Olímpicos (del 11 al 28 de agosto) y ni más ni menos que 16 futbolistas de los que lograron por primera vez la medalla dorada para Argentina, liderados por Carlos Tevez, habían sido parte de la lista de 22 que salieron subcampeones en territorio inca.
Apenas los dos arqueros (Germán Lux y Wilfredo Caballero) y Nicolás Burdisso, quien fuera reemplazado por lesión por Leandro Fernández, no estuvieron en Perú. Precisamente de esa citación de 22, el “Loco” deliberadamente armó una lista compuesta en su gran mayoría por jugadores sub-23 a los que se agregaron el ya medallista olímpico Ayala, Gabriel Heinze y Cristian “Kily” González como mayores. Este proceso había comenzado antes en el Preolímpico de Chile que Argentina ganó y donde 13 de los futuros campeones olímpicos ya habían participado. Además de los dos arqueros, Burdisso, Fernández y Tevez, se repitieron Clemente Rodríguez, Nicolás Medina, Javier Mascherano, Luis “Lucho” González, Mariano González, Mauro Rosales, César Delgado y Luciano Figueroa. En Atenas se agregaron a este listado, además de los mayores, Fabricio Coloccini, Andrés D’Alessandro y Saviola. El proceso Bielsa 2002-2004 quedó interrumpido con la renuncia del DT 17 días después de ganar el primer oro olímpico, con 17 goles a favor y ninguno en contra. A pesar de ello, se observó que ocho de los 18 campeones olímpicos fueron al mundial 2006 (Ayala, Burdisso, Coloccini, Mascherano, Heinze, Saviola, Tevez y Lucho González), a los que se agregó en 2010 Clemente Rodríguez. El proceso fue exitoso, porque se trabajó integralmente desde el inicio de 2003 con convocatorias que incluyeron futbolistas que fueran potenciales olímpicos y el torneo preolímpico sirvió para aceitar aún más la idea. Incluso se quedó a 10 segundos de la gloria en Perú, con lo cual se hubiera logrado ganar Copa América, que aún hoy 12 años después continúa siendo esquiva, más Juegos Olímpicos.
Cuatro años más tarde, en Beijing 2008, la situación fue radicalmente distinta a la que se venía observando. En primer lugar, porque no hubo más torneo preolímpico. El cronograma abultado de partidos del fútbol europeo hizo que, en lugar de hacer una competición sub23 clasificatoria a comienzos del año olímpico, la clasificación para Sudamérica proviniera del Sudamericano sub-20 del año anterior (2007), es decir que una competencia que daba cupos para el Mundial de esa misma categoría, a su vez resultaba clasificatorio para un torneo un año y medio después y de una categoría diferente. Tal es así que del equipo que salió segundo en el Preolímpico de Paraguay, repetirían en Beijing 2008 sólo 5 jugadores: el arquero Sergio Romero, Federico Fazio, Ever Banega, Ángel Di María y Lautaro Acosta. En segundo orden, porque en lugar de que Alfio Basile, DT de la mayor, fuera el encargado de configurar al plantel para seguir con una lógica de recambio, el rol recayó sobre Sergio Batista, quien dirigía desde octubre 2007 a la selección sub-20. Para este torneo, Argentina pudo convocar a figuras internacionales consagradas como Javier Mascherano, Juan Román Riquelme y Lionel Messi, quien presionó al FC Barcelona para poder estar. Pero también se destaca que hubo jugadores de equipos de primer nivel, como Fernando Gago (Real Madrid), José Sosa (Bayern Munich), Ezequiel Lavezzi (Napoli), entre otros. La selección repitió el logro conseguido en Atenas 2004, pero sólo cinco de los 18 medallistas pudieron ir bajo el mando de Diego Maradona a Sudáfrica 2010: Messi, Romero, Di María, Mascherano y Sergio Agüero. A ellos se agregaron en 2014 Ezequiel Garay, Pablo Zabaleta, Gago y Lavezzi. Banega estuvo cerca de sumarse y jugó las últimas dos Copa América. Si bien más de la mitad de ellos fueron importantes para la selección, no se observó acá un proceso uniforme. En su mayoría, son todos futbolistas que por su jerarquía y calidad se mantuvieron firmemente en la selección.
A Londres 2012 no se clasificó porque el sub-20 de Walter Perazzo quedó en tercer lugar en el Sudamericano 2011 de Perú. Sin embargo, es difícil saber qué hubiera ocurrido con un recambio no sólo por la misma cuestión de la ausencia de un proceso previo sino también porque no era necesario un recambio generacional, habida cuenta de todos los que habían entrado en la camada que se mencionó en el párrafo previo.
Para Río 2016, nos encontramos con la situación que se describió al principio. Apenas Cuesta y Correa como gente de poca experiencia en la mayor, con otras figuras de mayor renombre, pero con muy escasa participación hasta hoy en la absoluta. Solamente hay seis jugadores en total en Argentina nacidos desde 1993 que han jugado al menos un partido en la selección y ninguno superó los 7 encuentros. Ellos son Matías Kranevitter (7), Paulo Dybala (3), Correa (3), Jonathan Silva (2), Emmanuel Mammana y Mauro Icardi (1). Esta falta de recambio trasciende a este equipo de Olarticoechea y encuentra sus razones en que hay una generación establecida menor a 30 años de alto rendimiento en clubes y selecciones a la que es difícil quitarle el lugar. Más allá de las críticas que se pueden hacer a determinados momentos clave, tanto Gonzalo Higuaín como Sergio Agüero son goleadores muy bien conceptuados a nivel mundial y sus números son insoslayables. Mascherano es titular en el Barcelona desde hace años, Banega fue una de las figuras del Sevilla tricampeón de la Europa League y Messi es el mejor jugador del mundo. Por otro lado, la ausencia de ese torneo preolímpico evita que se haya podido articular un ciclo para ir introduciendo nuevos jugadores al esquema de las selecciones nacionales.
En conclusión, más allá de las dificultades que tuvo el armado de la lista final para Río 2016, la idea de un proceso que replique los recambios generacionales que ocurrieron en 1996 y 2004 no se hubiera podido realizar por no tener un ciclo largo para trabajar con los jugadores. Las razones se encuentran en que la generación actual aún sigue vigente manteniendo su lugar con la mayoría de jugadores llegando recién a los 30 años para el año que viene, y en que los clubes van ganando preeminencia por sobre las selecciones en este contexto internacional post FIFAgate.
- AUTOR
- Pablo Dragun
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