Historias
El fútbol honesto
El Chemie fue un club que comenzó a competir en 1950 y padeció muchos cambios a lo largo de su vida. Obviamente, esto tiene un principio, y está ubicado en Alemania. Tras la Segunda Guerra Mundial, aquel país quedó dividido en dos, la zona oriental y la occidental.
Si bien, tras la guerra, los antiguos equipos fueron readmitidos en las zonas occidentales, la disolución en la zona soviética fue diferente. Para poder continuar con el deporte en ese lugar, se crearon las comunidades deportivas. Ante el nivel superior de los equipos consolidados del este con respecto a estos nuevos “clubes”, varias comunidades decidieron unirse para crear un equipo fuerte que pudiera competir; de esta manera surgió el ZSG Industrie Leipzig, que al final de la temporada 1948/49 quedó tercero en el campeonato y se clasificó para jugar en un torneo con rivales del Este. Ante los buenos resultados desplegados por el equipo, el ZSG comenzó a recibir apoyo de veb lacke und farben (lacas y colores) y cambió su nombre, así nació el BSG Chemie Leipzig. Primer nacimiento.
La organización de estas comunidades era en torno al trabajo, basada en el modelo soviético. Es decir, todos los equipos de una industria se agrupaban en asociaciones deportivas, por lo tanto, tenían el mismo nombre. Por ejemplo: la asociación de motores incluía todas las empresas de ingeniería mecánica y, por su parte, Chemie abarcaba todas las de la industria química y además, lo mismo sucedía con los colores de las camisetas. En este caso, el Chemie usaba verde y blanco.
A la hora de competir, el primer torneo de Oberliga (primera división entre 1948 y 1991) que disputó, lo ganó. Como todo campeón, lo quisieron bajar, en este caso fueron los responsables de Kasernierte Volkspolizei (Ejército Popular Nacional), que planearon formar una gran asociación en Leipzig. Los integrantes del ganador del título debían formar la base. Para esto, los funcionarios de KVP intentaron persuadir a los jugadores del Chemie para que se mudaran al Vorwärts Leipzig. Pero su intento fracasó, ya que los jugadores se sentían identificados con el equipo de la industria química. Por su parte, el público del BSG, que estaba orgulloso de esos futbolistas, llenó los estadios y llegó a frecuentar una audiencia de 40.000 espectadores. La leyenda de Leipzig nació. Mientras, el otro conjunto fue completamente rechazado en la ciudad y disputaba sus partidos casi sin público, por lo cual tuvo que mudarse a Berlín durante la temporada.
Superado el primer obstáculo del BSG Chemie, la organización del fútbol alemán decidió que los equipos no deberían concentrarse en las asociaciones deportivas, sino a nivel regional, esto significaba una menor cantidad de clubes, ya que comenzarían a haber varias fusiones para crear equipos más fuertes. Con ustedes, el segundo estorbo para el Chemie. La unión entre las dos asociaciones más poderosas de la ciudad, SC Rotation Leipzig y SC Lokomotive Leipzig, crearon al SC Leipzig y concentraron a los mejores jugadores del distrito en ese club. Por su parte, BSG recibió a los jugadores que SCL rechazaba. Por eso el Chemie se ganó el apodo de «Rest von Leipzig» – «Resto de Leipzig». Pero David volvió a vencer a Goliat, ya que cuando estos se enfrentaron, el “Resto de Leipzig” ganó e incluso alzó el título y llevó hasta el doble de gente a sus partidos. El 11 titular que ganó ese torneo fue esculpido a tamaño real en las inmediaciones de su estadio.
Para 1989, el fútbol en la RDA (República Democrática Alemana) pasó a un segundo plano, ya que en noviembre cayó el Muro de Berlín y con esto se deshizo la frontera con la RFA, República Federal. Los gobiernos de ambos sectores del país acordaron la reunificación en octubre del año siguiente. Como la política y la pelota van de la mano, las asociaciones de fútbol de ambos lados de Alemania decidieron armar clasificaciones para un torneo que se disputara en todo el país; así surgieron una Primera y Segunda Bundesliga.
En la clasificación, Chemie Böhlen quedó primero y clasificó a la 2 Bundesliga parcialmente. BSG, nuestros homenajeados por si se perdieron, alcanzaron el segundo puesto de la misma, un segundo lugar que ya no iba a tener valor porque con el fin de la RDA dejaron de existir las dos compañías de productos químicos que apoyaban al equipo. Por su parte, el viejo rival del distrito, Chemie Böhlen, enfrentó los mismos problemas. Como en todo el mundo existen clubes que parecen estar destinados a sufrir, este fue el caso de ambos, ya que ninguno pudo entrar a la Bundesliga. Esto llevó a que las juntas directivas de los dos conjuntos decidieran unir fuerzas y así se fusionaron en el FC Sachsen Leipzig, que tomó el lugar de partida en la Oberliga. Nuevo nacimiento.
En la temporada 92/93, Sachsen consiguió el título de Oberliga y también el de la Copa Sajonia, lo cual le permitía acceder a la 2 Bundesliga y a disputar la Copa de Alemania. Bueno, esto no fue tan así, dijimos que el equipo estaba destinado a sufrir, y apareció otra piedra en el camino. La Federación le negó el ascenso a la Segunda División, ya que atravesó una situación financiera muy complicada. Por su parte, en la Copa de Alemania pudo jugar, aunque perdió en la primera ronda ante el querido FC St Pauli. Tras no haber logrado títulos en los siguientes años, solo fue posible mantener al club gracias a la cooperación del Dr. Kölmel y su compañía Kinowelt, una empresa de distribución y alquiler de películas. El viejo y querido videoclub.
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Pero otra vez el equipo se iba a encontrar con un gran obstáculo, no iba a ser una piedra, más bien un montículo de ellas, ya que después de un par de temporadas, Kölmel Sportwelt y Kinowelt no pudieron seguir con su apoyo al club, así que la federación le negó la licencia al equipo por segunda vez en su historia, lo que llevó a una solicitud de insolvencia. Esto provocó que bajara a competir a la Cuarta División. Pero pasada la tormenta, viene la calma. A la siguiente temporada, el equipo volvió a subir y además ganó los dos clásicos locales 1-0 y 3-0 contra VfB Leipzig, que finalizado ese año iba a quebrar. La liquidación final de VfB estableció al FC Sachsen como el mejor equipo de la ciudad. Pero claro, recordemos que FCS era un equipo destinado a padecer lo peor, y a pesar de ser fuertes en el distrito, el club no logró cerrar ninguna compra debido al poco dinero que tenía, y desencadenó en un nuevo descenso.
Durante varios años de pelear por el ascenso y fracasar una y otra vez, para el crudo invierno del 2006, el equipo comenzó a hacer de local en el Estadio Central de Leipzig, que había sido construido para el Mundial de ese año. Esa cancha hoy se llama Red Bull Arena… Pero no nos adelantemos. Algo de fortuna tenía que tener este equipo alemán a lo largo de su historia y acá está, ya que esa temporada el club volvió a contar con el apoyo financiero de Kölmel y fichó grandes jugadores. Parecía que está vez el club iba a lograr el ascenso, bueno, no necesariamente. Como ya sabemos, lo caro no siempre es lo mejor y los buenos jugadores no siempre juegan bien si no hay un buen sistema, por lo cual esto fracasó. No lograron el título y se ocasionó un nuevo déficit. Para el 2009, el club se encontraba quebrado y, a través de la insolvencia, en ese año el FCS solo pudo competir en la Quinta División.
Pero acá surgió un nuevo problema, quizás el más grande de todos para el club de Leipzig. No era un montículo de piedras, era una central eléctrica, y no tuvo que ver con las boletas de luz, fue un nuevo equipo que creó la marca de bebidas energéticas Red Bull, el RasenBallsport Leipzig. Sí, sí, ese que actualmente está disputando la Champions League y que pasó a pelear la Bundesliga con el Bayern Munich y compañía. Este equipo era mucho más fuerte económicamente y se adueñó de la ciudad.
En la temporada 2010/2011 la plata no alcanzó y los hinchas comenzaron a alejarse del club tras una cooperación con el RB Leipzig que no gustó en los fanáticos, ya que el dinero nunca fue parte de la esencia del club, justamente todo lo contrario. A pesar de la pequeña ayuda del RB, esta no fue suficiente para salvar al equipo y el 18 de mayo de 2011, el retiro definitivo del FC Sachsen fue anunciado. La falta de patrocinio, debido a que el equipo de la bebida energética se llevaba toda la atención gracias a su poderío financiero, hizo imposible la vida del club, aunque el equipo logró la permanencia. Unos 2.500 espectadores vieron el último partido en casa del FC Sachsen Leipzig contra Budissa Bautzen. Ganaron 2-0 pero la gente en la cancha estuvo triste y decepcionada. Los fanáticos invadieron el campo de juego para estar cerca de sus héroes por última vez. 600 blancos y verdes viajaron al último partido de visitante, en Halberstadt. El lema de los hinchas fue «¡Seguiremos adelante!».
Así fue, BSG Chemie Leipzig se considera sucesor legal del disuelto FC Sachsen y critica que los valores tradicionales se han perdido en el otro club sucesor, el FC Sachsen Leipzig. Éste estaba cada vez más determinado por la comercialización. “BSG Chemie Leipzig eV es un club tradicional en el que se juega y se vive el fútbol honesto”, reza un fragmento de la misión del club. Hoy está muy abocado a los movimientos políticos y compite en la Regionalliga Nordost. Es una de las cinco ligas que componen la Regionalliga, el cuarto nivel del fútbol alemán.
A pesar del poder que puedan tener los grandes empresarios, empresas o el dinero de los jeques árabes, que parece que jugaran al fútbol de la play -compran un club, contratan estrellas, arrasan con lo que hay en el camino y no les importa lo que hay más que su ganancia-, nunca va a poder ser suficiente para ir contra los equipos que se encargaron de que el fútbol sea el deporte más popular a lo largo y ancho del mundo, los clubes de barrio, como el BSG. A los cuales no les importa la plata, sino el juego, la historia, el pertenecer a un barrio, a una localidad, sacarle una sonrisa al chico que va con su abuelo a ver el partido el fin de semana. El fútbol es eso, ser felices. La plata va y viene, eso lo saben todos, y como dice una canción: “los técnicos se van, los jugadores pasarán, la hinchada quedará y nunca te va a abandonar…”, eso sumado a la historia forma a un club de verdad. A pesar de que muchos otros equipos no tengan esas últimas dos cosas, el BSG es eso, el deporte puro, y aunque algunos no lo entiendan, este club es el fútbol honesto.
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- AUTOR
- Sebastián Baccarelli
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