Opinión
El hincha
En tiempos en donde la pandemia provocada por el Coronavirus (COVID-19) deja secuelas económicas, sanitarias, sociales y alimenticias a nivel mundial, uno de los principales interrogantes (no hay medio que no haya escrito sobre el mismo) tiene que ver con el fútbol. Las entidades deportivas del mundo se debaten cuán rápido podrán volver al ruedo, sin importar mucho la presencia de los fanáticos en las gradas.
No es nada nuevo que el fútbol es uno de las disciplinas que más dinero genera anualmente. Sin ser el rey en la materia –en primer lugar aparece la NBA- pero con los tres atletas que lideran el ranking de los que más dinero ganan al año –según la revista Forbes- no parece haber mucho terreno para que la pelota deje de rodar durante un largo período de tiempo.
Aún en países en donde mayor cantidad de infectados y, lamentablemente, fallecidos ha producido el brote de esta nueva enfermedad, una de las discusiones que mantiene en vilo a los europeos es saber cómo y cuándo volverán a disputarse las competencias nacionales y continentales.
Lejos quedó el Atalanta-Valencia de octavos de final de Champions League, catalogado como una “bomba biológica” por Giorgio Gori, alcalde de Bérgamo, o el petitorio de investigación que pone bajo la lupa el Liverpool-Atlético Madrid, por la misma competición, en Anfield. En estos momentos, el debate pasa por si el negocio o la economía es más importante que la salud.
De primer momento, la premisa era que los certámenes del viejo continente culminen y que tanto el campeón, los clasificados a las copas y los descensos se decidan en la cancha. Sin embargo, ante el avance de la epidemia y dadas las circunstancias actuales, la Union of European Football Associations –que explotó y explota todos los medios para llegar al juego- optó por que, en caso de no poder finalizar con los cotejos pendientes, los clubes que obtengan una plaza para las competiciones europeas 2020/2021 puedan ser por “méritos deportivos”. Este 24 de abril la primera federación en decir basta y cancelar su actual temporada fue la Holandesa. La Eredvise 2019/2020 no contará con un elenco que se proclame como el mejor de todos –la contienda estaba entre el Ajax y el AZ Alkmaar-, como así tampoco dejará lugar para pérdidas de categorías.
Pero volviendo a lo que hipotéticamente pasaría en el verde césped, según “Mundo Deportivo” –medio de comunicación español- la UEFA tendría, dentro de sus planes, que las ligas culminen para fines de julio, dejando un margen para que se disputen las finales de la Champions League y Europa League en agosto. Claro que esto tendrá un condimento especial, o mejor dicho, le faltará, ya que en Estambul (Turquía) o en Gdansk (Polonia), la presencia de los hinchas parece utópica.
¿Deberemos recaer a ser espectadores de una contienda decisiva a través de la pantalla chica? ¿Tendremos que entender que, una vez haya un ganador, las cámaras no enfocarán a personas vitoreando ante un momento único? ¿Tendremos que conformarnos con un himno sin cánticos de fondo y sin el color de los mosaicos? ¿Cómo se festeja en la soledad del hogar? ¿Cómo se llora –de felicidad o tristeza- sin un hombro aliado en que apoyarse? Son preguntas que nos hacemos desde este lado de la calle.
En ese sentido, si de pelear por el derecho de la masa aficionada se habla, podremos divisar un atisbo de preocupación en la Real Federación Española de Fútbol, quien aplazará la final de la Copa del Rey –hasta octubre o incluso fin de año- para que las parcialidades de la Real Sociedad y Athletic de Bilbao, quienes componen el derby “vasco”, puedan acudir al estado de “La Cartuja”, perteneciente al Sevilla. Un mimo en tiempos de olvido.
Más acá en el globo terráqueo, la situación no parece distar mucho de lo que sucede del otro lado del mar. En Argentina, más precisamente, las declaraciones de los dirigentes han ido variando por diversos carriles. Unos más optimistas, otros todo lo contrario, todos vaticinaron diversas fechas del retorno a la actividad, pero sin reparar en la materia que nos compete: el hincha. «El hincha es el alma de los colores, es el que da todo sin esperar nada, ese es el hincha, ése soy yo”, puso Enrique Santos Discépolo en palabras el sentir de millones de personas, en uno de los diálogos pertenecientes a la película “El hincha”, de 1951. Y, en sintonía con su guión, podemos subrayar sus dichos. El hincha, nuevamente, vuelve a darlo todo, esperando en su casa una resolución que pesa sobre el club de sus amores, sabiendo que, seguramente, estará lejos cuando el balón vuelva a rodar.
En Argentina, Sergio Marchi, Secretario General de Futbolistas Argentinos Agremiados, reivindicó los dichos de quien ocupa el sillón de la sede ubicada en la calle Viamonte: «No veremos fútbol ni a puertas cerradas por bastante tiempo». Nicolás Russo, mandamás del Club Atlético Lanús, buscó ser un poco más eufórico: «Siendo optimistas, podemos arrancar en septiembre sin público». Matías Lammens, ministro de Turismo y Deportes de La Nación, anunció que, al menos, durante abril y mayo, al menos, no habrá competencia. Todas las declaraciones, algunos siendo más incisivos otros menos, llevan al mismo fin: El fútbol puede volver, la gente después vemos. En ese sentido, el propio Lammens fue quien advirtió que, al menos, hasta fin de año, las parcialidades no volverán a las canchas. Finalmente, Claudio “Chiqui” Tapia, Presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, fue tajante en cuanto al desarrollo de las competiciones: “La voluntad de todos es volver a la actividad cuando las autoridades sanitarias lo permitan. Si tenemos que jugar en enero porque no tuvimos fútbol este año, jugaremos en enero”.
El hincha no es meramente una figura que aparece los fines de semana cuando su equipo juega de local o visitante. El hincha es quien usa las instalaciones de los clubes para llevar parte de su vida social; el hincha es quien elige cómo y quién va a conducir los destinos de su club, ya que ellos son los dueños; el hincha es quien con su aporte mensual colabora con una gran parte de los ingresos de los que dispone cada institución.
Lammens, ex Pope de San Lorenzo, conoce de esta situación: “Si la gente pierde el empleo o no tiene ingresos, y además no hay fútbol en mayo, junio, julio, agosto… Va a dejar de pagar la cuota. Y atrás también va a venir una crisis de sponsors”. Las estructuras económicas de los clubes en este país dependen, en su mayoría, del aporte de la cuota social más abonos por temporada, y, en un escalón más abajo, de sponsors y derechos por televisión. Ante este panorama, muchas entidades deportivas –que en la Argentina tenemos el orgullo de defender por el rol social que cumplen en su comunidad, a diferencia de las entidades privatizadas que algunos buscan instaurar- corren severo peligro. Acá no hay capitales de terceros en los que amortiguarse; los hinchas son los dueños.
Nobleza obliga, ante este escenario de constante incertidumbre, nombrar a aquellos cuadros que, fuera de las canchas, intentaron mantenerse más presentes aún en la distancia. En España, el Betis lanzó, el 31 de marzo, una campaña para ofrecer ayuda a sus abonados mayores de 70 años, los más vulnerables ante esta enfermedad. En nuestro país, Newell’s Old Boys, entidad rosarina, siguió esa tónica y lanzó un plan de visitas para socios y socias mayores de 65 pirulos. Bajo el lema #DistanciadosPeroUnidos, se acercan al domicilio de los y las mayores para conocer su situación actual, entregarles elementos de aseo y obsequios alusivos al rojinegro. Gestos que enaltecen, para aplaudir y que marcan un camino.
El club cerca de los socios ❤️🖤
Iniciamos un plan de visitas a leprosos mayores, con el objetivo de conocer sus necesidades y brindar contención en este difícil momento
📝 https://t.co/AkvSSI1nLE #DistanciadosPeroUnidos 💪🏼 pic.twitter.com/KJAQfPL9Eq
— Newell’s Old Boys (@CANOBoficial) April 25, 2020
Mientras en todas las naciones están buscando a diestra y siniestra cómo meter todo lo que queda de temporada en forma maratónica, con superposición de escollos; calendarios acotados; sin conocer a ciencia cierta hasta cuándo durará la pandemia; buscando cumplir con la obligatoriedad de contratos pautados y la no perdida de un ingreso con el que ya disponían…Dirigentes, tomen nota, se están olvidando de lo más importante: el hincha.
- AUTOR
- Julián Barral
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