América
El legado de un hombre pasional
Nos contó de forma excepcional aquellas cosas por las que nos preguntábamos. Mediante su racionalidad y la transmisión de su mensaje, nos hizo entender la razón de varias vicisitudes de la vida. El porqué de determinados sucesos. Cada rapto de inspiración de Eduardo Galeano significó una enseñanza al lector, que contempló la realidad de un mundo sin igualdad.
Galeano entendía de pasiones. Una de ellas era el fútbol, que lo acompaño hasta sus últimos momentos. Se encerraba literalmente en su casa durante el Mundial para observar los partidos. Amaba el deporte y lo comprendía como uno de los mayores movimientos sociales. Encerró su sabiduría en las leyendas que se funden en Fútbol a sol y sombra. Se definió como un “mendigo del buen fútbol”, no paraba de asombrarse cada vez que veía a Lionel Messi, suplicó por una gambeta y definió a Maradona como un Dios sucio, dado que era el más humano y cometía pecados.
Esperó siempre por la victoria del más humilde, frente a aquellos poderosos que gozaban de un sinfín de recursos. Amante de las filosofías más simples de vida, disfrutaba con café y un cigarrillo en el bar de su barrio de Montevideo. Allí debatía de política, de fútbol, y se aislaba de la rutina de una gran ciudad. También lograba inmiscuirse en momentos de soledad que, muchas veces, le otorgaron ideas para plasmarlas luego en sus obras.
Sus libros dejan un enorme legado. En un futuro, los abriremos nuevamente y nos deleitaremos con sus pensamientos hacia la vida. Asimismo, volveremos a encontrar sentido en aquellos relatos que, en algunas páginas expresan la división de América Latina y, en otras, hacen referencia a un jugador que un día tuvo su momento de gloria en una cancha. Quedan sus memorias de fuego, que nunca se borrarán y nos permitirán entender otra vez la realidad en la que estamos inmersos.
Tras que los dragones del mal, como nombraba Galeano al cáncer, hayan destruido sus energías, nos dejó el 13 de abril de 2015. Hombre de fe, pasional, que relató con sus palabras lo que ninguno hubiese podido. Fue quien hizo comprender el mundo en el que vivimos.
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- AUTOR
- Nicolás Galliari
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