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El Pastor vino de Azul
A los 38 años Matías Almeyda se encontraba desolado, acabada de descender con el equipo de sus amores, aquel que lo catapultó a Europa y al cual había vuelto para darle una mano en el presente sombrío que transitaba. Pero las cosas no salieron como el Pelado esperaba y terminó junto con el River Plate en la B Nacional, ante la incredulidad de millones.
El fútbol siempre te da revanchas y la de Matías no tardó en llegar. Tras la renuncia de Juan José López, Daniel Pasarella, entonces presidente del club, le pidió hacerse cargo de la encomienda de devolver a River al lugar que por historia le correspondía. Matías se sacudió la tristeza y se hizo cargo del desafío. Un año después River volvía del infierno de la mano del Pelado, pero la alegría le duró poco y Pasarella lo hizo a un lado tras un inicio titubeante del equipo ya de vuelta en Primera.
Meses después el fútbol lo puso delante de un reto similar, menos reflectores pero la misma misión; el equipo: Banfield. Con el Taladro, Almeyda conseguiría el anhelado ascenso pero a diferencia de River, tuvo oportunidad de dirigir por más tiempo en la élite. Las buenas maneras del equipo le hicieron ganar reconocimiento y elogios, formaba parte de una nueva camada de directores técnicos que trataban de dar variedad a la baraja de siempre.
Sin embargo, pese al nombre que como DT comenzaba a labrarse en su país, sería lejos de la Argentina en donde Almeyda cosecharía los mayores éxitos de su todavía novel trayectoria. Arribó a las Chivas del Guadalajara (el equipo más popular del país) el 16 de septiembre del 2015 y lo hacía bajo la sombra de Jorge Vergara, caprichoso dueño del equipo, que previo a llegada había prescindido de 23 técnicos desde que adquiriera al rebaño en el año 2002. 23 técnicos en 14 años son demasiados, prácticamente un técnico por semestre. Éste poco respeto a los proyectos en los que Vergara cotidianamente metía mano, tenían inmerso al Guadalajara en problemas porcentuales. Sin embargo en ese devenir de finales del 2016, algo convenció a Vergara de hacerse un lado y otorgarle amplias potestades a Matías, sería el hecho de saber que había acertado por fin.
Así, Jorge Vergara hizo al argentino Gerente General de Fútbol y lo dejó decidir por completo. Matías respondió a la confianza llevando a Chivas a gente que a la postre sería fundamental para la época exitosa del equipo. Arribaron así José Juan Vásquez, mundialista mexicano y campeón con León, Rodolfo Pizarro, el prometedor extremo del Pachuca, y primordialmente Alan Pulido a quien Almeyda rescató del ostracismo deportivo que vivía en Grecia.
Hasta el momento en un año y ocho meses de gestión Almeyda ha ganado con Guadalajara dos Copas MX, una Súper Copa MX y ahora un título de Liga que les era esquivo a los rojiblancos desde hacía once años. El Pastor para el Rebaño vino de Azul, Buenos Aires. Y encontró el éxito porque convenció al patrón de que él era el indicado.
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- Abda Barroso
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