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El portal de las mascotas..
El fútbol se parece tanto a la vida que muchas veces la imita en lo más simple o cotidiano, porque así como cualquiera de nosotros tiene una mascota el mundo de la redonda también las tiene. Algunas las eligen para que representen los torneos y a otras, las que realmente se acercan a la realidad, son símbolos en sus equipos o son la insignia de muchos de ellos. En CR haremos un repasito por algunas de ellas y si a ustedes les pinta después adoptan una (?).
Hoy por hoy las mascotas de los mundiales son moneda corriente, aunque estas figuras no vieron la vida en el primer certamen disputado en Uruguay en 1930, sino que recién aparecieron en el certamen de 1966 de Inglaterra, el cual terminaron pungueando ganando los locales. El nombre de la primera figura fue World Cup Willie, un león vestido de futbolista con la camiseta de Gran Bretaña y que tenía los ojos achinados en clara alusión a las drogas (?).
Igualmente hasta el día de hoy todas las mascotas que han representado a las citas mundialistas no fueron reales, ya que se toman características que vinculan al país anfitrión y desde allí se diseña una imagen. De esta forma, la figura elegida llegó a ser una naranja con timbos, un par de palos (?) con la bandera italiana o tres bichos salidos de una película japonesa, que si nadie explicaba qué eran las deducciones no hubieran llegado a nada. Estos emblemas han tenido series televisivas, muñecos inflables y uno de ellos es un chile verde con bigotes que hasta tuvo un rival de carne hueso. No digan que alguno de estos no les cae bien, aunque hay ser sinceros: todos ellos tienen a favor la relevancia que les da cada Mundial, un punto que otras más copadas (?) no tienen.
Por ejemplo, acá nomás en Sudamérica sobran las historias, así que pasearemos por estos pagos. El río de La Plata tiene un sin fin de mitos, pero la vuelta olímpica de la vaca, sí vaca, del Rocha Fútbol Club no es ninguna leyenda. Este hecho sucedió en el 2005 cuando el club rompió con la hegemonía de Nacional y Peñarol y se proclamó campeón; por primera y única vez un conjunto del interior festejó. Era la victoria de los débiles contra los fuertes, de los humildes frente a los ricos o bien de la vaca frente al toro (?). El día que los celestes se proclamaron campeones todo fue alegría y en el medio de todo eso apareció ella: la bobina, la ternera o como se dice en todo el mundo «la vaca». Y no es que estuvo por ahí pastando, la muy pilla dio la vuelta olímpica y todo. Medio a los tirones pero la dio.
Un poco más arriba en el continente, más precisamente en Colombia vamos a encontrar un varieté muy colorido. Por ejemplo, Independiente Santa Fe lleva el apodo del «León», nombre que cualquiera podría asignar cierto hecho histórico que esté vinculado a la fiereza de alguno de sus equipos del pasado, cosa que es una verdad a medias. Estos muchachos se ganaron este sobrenombre porque (momento recuerdo en el aire) allá por 1975, entre varios integrantes de la institución decidieron que debían buscar un símbolo que demostrara la rudeza de su equipo y uno de ellos, no sabemos si en pleno estado mental, tiró la idea de adoptar un León.
Ni lentos, ni perezosos le encargaron la tarea a Daniel Samper Pizano, escritor, periodista e hincha apasionado de la institución de Bogotá, quien luego de dar varias vueltas y de mucho preguntar consiguió lo que buscaba: un pichón del Rey de la Selva. Con el Simba (?) bajo sus brazos, la siguiente tarea fue presentarlo en público y por supuesto bautizarlo con un nombre. La elección no tardó demasiado y al animalito se lo pasó a llamar «Monaguillo», el cual hasta se hizo adicto a los chegusan de jamón y queso que le daban después de las reuniones de Comisión Directiva. El felino salía a la cancha como un jugador más, pero luego de un tiempo y de que le creciera la melena al estilo Alex Rose (?) lo tuvieron que mudar a un zoológico porque el bicho se volvió incontrolable. Allí tuvo leoncitos y todo. Más tarde murió, según cuentan, por una inyección mal puesta, sin embargo dejó un legado el Independiente Santa Fe.
Sin mudarnos de país vamos a encontrar a «Willie», «Willy» o como les guste escribirlo, que la mascota del Junior de Barranquilla. Este conjunto colombiano tiene su sede en la costa del caribe y por esta razón se lo relaciona mucho con el mar, cuestión que le hizo ganar su mote: «Los Tiburones». Si no se perdieron hasta ahora podrán deducir que la mascota de este team es un tiburón y se llama «Willie», «Willy» o como les guste escribirlo. La cosa es que los cafeteros copiaron la idea de disfrazar a un pobre vago de empanada…ah no eso era otra cosa, estos muchachos lo disfrazan, obviamente, de tiburón.
Vestir a alguien de esta forma con el calor que puede llegar levantar la costa colombiana no es algo muy de buen tipo. Además se ve que mentalmente tampoco hace tan bien porque calienta y bastante, ya sabrán porqué. Hace unos años, Wilisito «se enamoró» de una muñeca en un partido frente al Cucuta y no pudo resistir su instinto animal (?). Cual perro quiso intimar con la niña delante de todo el público, sin embargo no se pongan nerviosos que son de plástico y están protegidos así que no pasó nada grave. No feliz con esto, el escualo cerró el círculo amarillista cuando se pasó por sus partes íntimas la casaca cucutana, la cosa fue que fue filmado y quedó en las redes (?) de la justicia.
Hace un tiempito esta misma institución fue noticia porque Luis Moreno, un defensor del Deportivo Pereira, pateó a la histórica lechuza que sobrevolaba el Estadio Metropolitano Roberto Meléndez. El ave era un símbolo de buen augurio ya que la leyenda cuenta que cuando esta volaba por encima del terreno de juego el local ganaba, así que se imaginarán que fueron varios los que se enojaron con el panameño. El Moreno, cuak, pidió disculpas aunque ya era tarde. La Policía Ambiental ya le había abierto una causa. Días más tarde el emplumado falleció por «el estado de shock» que le provocó el botinazo del zaguero, según preciso el veterinario que la atendió. Para cerrar este segmento basta decir que hasta Teo «Pistola» Gutiérrez habló sobre el tema (chequear el video).
Cerca de la Patagonia o mejor dicho no tan abajo más bien en el barrio de Villa Crespo, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Club Atlético Atlanta también tiene que historia para narrar en lo que respecta a mascotas. El dilemita es que «Napoleón», mote del animalito en cuestión, luego de seguir mucho al Bohemio falleció. «Napoleón» era un perrito, no podemos dejar de decir las cosas en diminutivo, que siempre estaba presente en los partidos del primer equipo. Su dueño le enseñó a putear ladrarle a los rivales, y la gente se encariñó con él.
Su último día en esta tierra fue como todo pichicho lo hubiera soñado: corriendo un auto. El problema es que el automotor lo atropelló y se fue al cielo de los perros. Don Francisco, amo del perro marca fox terrier, comprendió el dolor que muchos de los simpatizantes sentían y antes de enterrarlo lo EMBALSAMÓ. La idea era que su figura quede inmortalizada para siempre, cosa que cumplió porque su cuerpo hasta participó de los festejos de los 100 años de la de institución en el 2004. El mejor amigo del hombre, sin dudas, es el mejor amigo de Atlanta.
Los vamos dejando porque sonó el teléfono en el bunker central de CR, un bar de mala muerte donde sirven ginebra, y nos dijeron que Greenpeace y la Sociedad Protectora de Animales nos anda buscando. No entendemos bien la razón porque nosotros lo único que queríamos era darles un espacio a estos pobres animales. Pero les dejamos un consejo: mejor dejen a ese canario que tienen en el balcón o a esa víbora que sufre vive en una pecera en sus casas o en el lugar donde tiene que estar porque en una cancha lo pueden llegar a patear, disecar o quizás se termina enamorando de alguna mascota del visitante y se hace del otro equipo. Después los que van a sufrir son ustedes animales (?)..
- AUTOR
- Facundo Mirata
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