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El precio de la historia
Los avances a cuartos de final de la Champions League del Real Madrid y la Juventus, tras dejar en el camino al París Saint Germain y al Tottenham Hotspur, respectivamente, nos abren las puertas al debate sobre si las hazañas de un tiempo pasado pueden reflejarse o no en el presente y si el peso de la camiseta y los títulos inclinan la balanza a la hora de la competición mano a mano.
Al comenzar a escribir estas líneas me es imposible no pensar en un programa emitido por la cadena History Channel cuyo nombre es homónimo del título que domina los siguientes párrafos. En esa emisión de media hora, un hombre –calvo, panzón y de barba candado- toma las riendas de una casa de empeño y cobija tesoros en su recinto de antaño.
Las ofertas y los objetos entran como salen de las puertas corredizas que introducen al salón y el análisis comienza luego de una breve descripción de quien busca unos billetes provenientes del mejor postor. Y acá está el truco. Dicen los que saben que mientras más años tenga encima la pieza, más coleccionable será y, por ende, más valor tendrá en el mercado.
En este punto de inflexión, podemos trazar un paralelismo con el fútbol. Y no, no tiene que ver con que cuan más longevo sea un club mayor valoración económica tendrá. Para nada, o tal vez, sí, pero no es el meollo que nos toca directamente aquí. El simbolismo, la giganteza y esa puja entre lo cualitativo y cuantitativo la tenemos presente en la dinámica del juego propiamente dicha.
El caso que mejor ejemplifica todo esto hace que nos remontemos al Parque de los Príncipes para ver cómo el elenco que domina a gusto y piacere su liga doméstica intentará dar vuelta un 1-3 contra quien manda en Europa. Y es esa moneda inteligible la que hace que el péndulo tome preferencia para un bando y no para el otro.
A la plantilla parisina le sobran motivos para colgarse el mote de candidato y salir a pelear contra cualquiera. Figuras como Neymar, Edinson Cavani, Kylian Mbappé o Ángel Di María componen una nómina de futbolistas de la que cualquier entrenador quisiera disponer. A esto, se le suma que el pope de la institución es nada más y nada menos que el multimillonario Nasser Al-Khelaïfi, quien desde el 2011 lleva gastados más de mil millones de euros en fichajes, llevándose, por ejemplo, al diez de la selección brasilera en 222 millones a mediados del año pasado, concretando el pase más caro de todos los tiempos.
Pero lo monetario tiene un valor un tanto menor en la competición por excelencia del Viejo Continente. Aunque terminó definiendo de local la serie, con su público, con un Merengue alicaído por su vagabundezco andar en La Liga y con esta competencia como único objetivo por delante, el final no es el esperado. ¿El resultado? Una cátedra de balompié dieron los de Zinedine Zidane, tirando por la borda una parva de billetes verdes vestidos de futbolistas que tenían por delante.
El otro expediente que traemos a colación tiene como protagonistas a los Spurs y a la Vecchia Signora. Si bien es cierto que la entidad inglesa no es de las cuales hacen grandes erogaciones, los de Turín parecían pagar más en la apuesta, ya que, a priori, iban de punto luego del 2-2 en casa. Las cosas empeoraron tras el tanto de Son Heung-min que, para muchos, liquidaba la serie.
Pero, en un abrir y cerrar de ojos, o como se dice en la jerga de la tribuna, “tirándole le camiseta”, los de Massimiliano Allegri superaron el obstáculo londinense que tenían por delante –con aporte de Gonzalo Higuaín y Paulo Dybala- y lograron trepar una llave más, en un torneo que siempre los tiene como posibles campeones.
La moraleja que nos queda es que el precio que conduce al éxito no va por el camino del dólar, más bien, el precio del tiempo y el del valor histórico del escudo impregnado en una casaca son los que llevarán, mayoritariamente, al destino del éxito.
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- AUTOR
- Julián Barral
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