Argentina
El Rey del Sur
El fútbol sin dudas que tiene muchas vueltas. Diría que mil. Dentro de esas vueltas están los personajes que nutren al deporte más lindo de nuestro país con historias dignas de una película de Hollywood. Hoy Lanús, que supo jugar en la Primera «C» y tomó ese traspié como el impulso para transformarse, esta ante la oportunidad más importante como es jugar la final de la Copa Libertadores. Uno de los pilares de este presente, y de los laureles obtenidos en los últimos años, es José Sand. El delantero llegó al Granate casi de casualidad y la actualidad lo tiene cerca de convertirse en el goleador histórico del club.
El correntino comenzó su carrera en River, donde casualmente es uno de los máximos anotadores de las inferiores. No obstante, el poderío ofensivo en el semillero millonario no le sirvió para ganarse un lugar en el plantel de Primera División. En busca de continuidad, naufragó por Colón (donde debutó en Primera), Independiente Rivadavida de Mendoza, Vitoria de Brasil y Defensores de Belgrano. En el Dragón armó una gran dupla con Diego Cochas, otro canterano riverplatense, y marcó 20 goles en 47 partidos disputados. Con este antecedente, se ganó la consideración de Leonardo Astrada. Más allá de contar con oportunidades, y ser integrante del plantel que ganó el Torneo Clausura 2004, nunca se afianzó en el once titular de los de Núñez. Con escasa participación, volvió a salir en busca de minutos nuevamente. Primero fue a Banfield, donde anotó diez goles en la temporada 2005/06, y luego regresó al Sabalero.
Tras un buen paso por el combinado santafesino, y luego del murmullo por su pasado en el Taladro y la frase de «me quería quedar en Banfield pero Carlos Portell no me quiso comprar el pase», desembarcó en un Lanús con aspiraciones altas. En un plantel plagado de juveniles, y un Ramón Cabrero con la intención de darle continuidad a un proyecto de inferiores más que interesante, era la insignia ofensiva y el baluarte para los más chicos. Los resultados se verían en poco tiempo. Pepe fue el cañonero de un equipo esplendido que, entre otros, contaba con Sebastían Blanco, Diego Valeri, Lautaro Acosta y Maximiliano Velázquez. Su buen presente en el Grana lo llevó a la selección, cuando Alfio Basile lo convocó para una fecha de Eliminatorias. Incluso ingresó diez minutos en la derrota argentina en Chile que determinaría el fin del Coco al mando del seleccionado albiceleste. Tiempo después, Diego Maradona sería quien lo citó para jugar un amistoso frente a Panamá.
Luego de dos temporadas en el club, con más de sesenta goles, galardonado como máximo goleador del Apertura 2008 y Clausura 2009 y un promedio de casi un gol por partido, Al Ain de los Emiratos Árabes desembolsó casi diez millones de dólares para hacerse con su ficha. En su momento, previo a finiquitarse la venta, él mismo declaró «sé que esta decisión me aleja de todo pero a los 29 años no puedo estar eligiendo equipos». Durante su estadía en Medio Oriente, donde permaneció dos años, mostró su poderío ofensivo al registrar 44 tantos en 49 cotejos. Con la intención de adquirir mayor roce internacional, se marchó a préstamo al Deportivo La Coruña. A pesar de sus expectativas, solo disputó cinco encuentros. Para la temporada 2011/12, incursionó en el fútbol mexicano defendiendo los colores de Tijuana. En los Xolos volvió a exhibir su faceta goleadora y en un solo año anotó 12 goles.
La oportunidad de volver a jugar en un grande se dio en Racing, pedido exclusivamente por Luis Zubeldía, quien lo conocía muy bien de cuando fue ayudante de campo de Ramón Cabrero. «Él es su Dios. Denle la pelota a él», fue la primera declaración de Luis para sus dirigidos. Obvio, acá el Dios era José Sand. Sin embargo, su ciclo en «La Academia» lejos estuvo de las esperanzas depositadas en él. Solo dos goles, ambos a Independiente, fue el registro del correntino en Avellaneda. Sin el nivel futbolístico de antaño, sumado a la presión por su arribo y un costo económico muy alto, su paso por la institución celeste y blanca fue un rotundo fracaso. Después de su salida de la Acadé, jugó en Tigre, Argentinos Juniors, Boca Unidos y Aldosivi, donde se reencontró con su mejor versión. En el Tiburón, gracias a la buena complementación con Roger Martínez, Sand volvió a romper redes. Los goles en el conjunto marplatense le abrieron la puerta para regresar a Lanús siete años después de su despedida. Al igual que en su anterior ciclo, fue el goleador del certamen que tuvo a los dirigidos por Jorge Almirón como nuevos campeones. Meses más tarde, se consagraría en la Copa Bicentenario y la Supercopa Argentina. Es decir, el oriundo de Bella Vista fue protagonista de todos los torneos locales obtenidos por el Granate.
A horas de la final de la Copa Libertadores, se archiva como un hermoso recuerdo la victoria épica ante River con dos goles suyos, reluciendo la chapa de verdugo del Millonario. Quedará como anecdótico que está entre los goleadores del certamen continental junto a Alejandro Chumacero e Ignacio Scocco. También, que por el momento es el tercer goleador histórico del club del Sur, a solo trece tantos de Luis Arrieta (120). Todo esto puede quedar en segundo plano si Sand & Cía se coronan en General Arias y Héctor Guidi, relegando la Conmebol del ’96 y la Sudamericana del 2013. Quizás el Gremio se convierta en verdugo y le quite ese anhelado título. Lo único seguro, en momentos de intriga sobre el nuevo campeón continental, es que Pepe se transformó en el Rey del Sur.
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- AUTOR
- Claudio González
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