Fóbal
El sótano de los grillos
Se juega la fecha cuatro del campeonato doméstico, la tv transmite un encuentro en el que se enfrenta el recién ascendido en condición de visitante ante un vetusto y tradicional equipo de Primera que lleva haciendo las cosas mal desde hace un par de años. No fue un buen arranque de campeonato para el local, que marcha con un empate y dos perdidos.
El partido transcurre sin sobresaltos hasta mediado el complemento, entonces el ‘5’ va flojo a buscar un balón dividido en media cancha, pierde la redonda y el rival encara de frente al último hombre, que va sin decisión y termina burlado y con la cabeza gacha. Hay gol del visitante, un rival directo en la lucha por la permanencia. El partido termina así 0-1. Los relatores son enfáticos al señalar que al técnico le están serruchando el piso y parece que los argumentos sobran cuando, a pregunta expresa de si pueden dar vuelta la situación, el central del yerro tira «así no vamos a ningún lado».
No hablamos de una ninguna situación puntual, éste hecho no se presentó en ninguna cancha, pero es algo bastante cotidiano en el fútbol nuestro. Acciones como las anteriores nos hacen pensar que no existen ni proyectos ni códigos. Nos cansamos de ver que en la semana los jugadores de un equipo en crisis salen a decir que están a muerte con el técnico, pero en el terreno de los hechos la actitud no corresponde.
Y es que es precisamente un tema actitudinal el que termina por desnudar el hecho de que los jugadores «le han soltado la mano» al técnico de turno. ¿Cuándo decide un futbolista dejar de dar todo en pos del objetivo común?
El ser humano (y el futbolista por consiguiente) suele ser volátil, lo que en un principio le parecía el culmen de la dirección grupal a la luz de los malos resultados le parece por demás deleznable. Entonces comienza a moverse por debajo de los pies del técnico, en el sótano vamos, y lo hace cual grillo que espera el momento oportuno para comenzar su cantar, cuando el dueño de la casa no está.
En repetidas ocasiones hemos sido testigos de que el/los referentes de X plantel dejaron de tenerle fe a su conductor, ya bien porque los tocó a ellos, porque fue exigente y/o condescendiente según sea el caso. Finalmente para que una cama llegue a funcionar, tiene que ser gestada por uno de los hombres fuertes del vestuario.
Se juega la quinta jornada. El equipo que había perdido de local de manera inverosímil hoy alcanzó la primera victoria del campeonato, se habla de la mano del nuevo técnico, de la motivación y la forma en cómo revitalizó un equipo que apenas siete días atrás parecía condenado a descender. Ahora los grillos aguardan en silencio. Pero su silencio nunca está garantizado.
Relacionado
- AUTOR
- Abda Barroso
Comentarios