Marcelo Bielsa dejaba su cargo de entrenador del Olympique de Marsella en la primera jornada de Ligue 1 por desavenencias con la directiva, denunciando en su carta de renuncia: falta de confianza e inestabilidad. Una relación, la de presidente y técnico, que nunca formó la simbiosis necesaria para generar tranquilidad y buen ambiente dentro del club francés. Los directivos forzaron la salida del rosarino con decisiones incoherentes como (por ejemplo) la de no fichar los jugadores pedidos por el ex seleccionador de Chile y sin embargo, sí gestionaron altas de refuerzos que no fueron pedidos o del gusto del cuerpo técnico.

En el Marsella, Bielsa dejó un gran recuerdo.

Tras la derrota por la mínima en el debut liguero ante el Caen en el Vélodrome, Bielsa decidió que su carrera allí no podía continuar mientras los fervientes y fieles hinchas del club le demostraban al argentino un amor sempiterno; día sí, día también. El precioso vínculo hinchada-Bielsa-jugadores se descomponía y con él la ilusión de volver a la élite.

Su sitio fue cubierto por José Miguel González, Míchel. Un entrenador que no seguía la estela, no era de la escuela ni trabajaba como Bielsa. Con él llegaban sus ayudantes, Rafael Alkorta y Juan Carlos Mandiá. El DT madrileño arribaba al predio ‘La Commanderie’ tras una gran tarea en el Olympiakos Piraeus, donde levantó dos ligas, una copa y una gran labor en la edición 13/14 de Champions League donde estuvo cerca de eliminar al Manchester United en octavos de final.

“Teniendo en cuenta el comportamiento de Míchel, sobre todo durante estas tres últimas semanas, el Olympique de Marsella le ha suspendido con efecto inmediato y le ha convocado a una entrevista previa. Hasta el final de la temporada, Franck Passi, ayudante del entrenador, dirigirá al equipo y será ayudado por Basile Boli, nombrado coordinador deportivo”, indicó el club marsellés en un comunicado.

El español no funcionó y tras una pésima racha de resultados y juego fue destituido. Franck Passi (ayudante-traductor de Bielsa) del cuerpo técnico del argentino fue escogido como nuevo entrenador para ejercer de Bielsa sin ser Marcelo. Pero esta situación impresentable no acaba aquí. Mientras Míchel se encuentra en litigio con el club por no alcanzar un acuerdo con la dirigencia en el finiquito del contrato, sus dos ayudantes (Alkorta y Mandiá) se hallan en la obligación de continuar «ejerciendo sus funciones» a diario sin ser tenidos en cuenta por Passi, el nuevo técnico.  Y esto debido a que en el contrato que firmaron ambas partes figura que son ayudantes del primer técnico (de Míchel o del que sea). Al no aclarar esta parte en el acuerdo, los ayudantes tienen que permanecer en su cargo hasta que éste finalice, sea cual sea el conductor del equipo que se encuentre al frente del plantel. Resultado final: Míchel despedido y sin ayudantes.

                                           
                                               Marcelo Bielsa annonce sa démission por lephoceen

La historia del Marsella se ve manchada por culpa de una inoperante directiva que sin estructura, seriedad y sin cumplir promesas realizadas, desperdició la ocasión de continuar un proyecto con un Bielsa que demostró en la temporada que permaneció allí, potenciar y mejorar a sus jugadores y por consiguiente a un elenco que a día de hoy ha finalizado el campeonato doméstico a tan solo nueve puntos del descenso. La final de Copa ante el Paris Saint-Germain podría ser un premio mínimo solo merecido por jugadores y afición. En caso de perderla (lo más probable por el nivel de ambos conjuntos) la temporada se tornaría catastrófica.

Lo conseguido por el gran Marcelo ha tomado una mayor relevancia si visualizamos el nivel final de un equipo que la temporada pasada peleó de igual a igual hasta las últimas jornadas con el monstruo multimillonario PSG. Aunque finalmente vivió un bajón de rendimiento, el estilo del equipo era evidente, vistoso y alabado por muchos pese a no poseer de gran material en la plantilla. El Olympique es un caos, un desorden constante y en él, Bielsa no podía sobrevivir. Una vez más, el tiempo le volvió a dar la razón.