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El verdadero hombre frío
En la previa a un Mundial, cuando uno se pone melancólico al recordar grandes futbolistas, Holanda es un punto geográfico para naufragar y perderse varias horas haciendo memoria, entre imágenes, albúmes de figuritas y enciclopedias futboleras. Curiosamente, el elenco neerlandés verá Rusia 2018 por televisión. Desde la aparición de Johan Cruyff, uno de los mejores de todos los tiempos, el fútbol holandés se transformó en un semillero de talentos. Si bien la actualidad de la Naranja no es la mejor en varias facetas, es irreprochable la calidad de jugadores que nacen allí. Así como mencionamos al gran Johan, para los que tenemos flashes de los ’90, Dennis Bergkamp es EL TALENTO. Puuuuff… En la actualidad nos deshacemos en elogios hacia Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Eden Hazard o algún otro monstruo, pero la elegancia del «Hombre Frio» hoy escasea, o mejor dicho, no existe. Pausa, control, panorama, pegada y otras tantas virtudes que se conglomeraron en un futbolista al que su forma de ser o vivir el fútbol le hizo retroceder varios escalones entre los mejores.
Su carrera comenzó en el Ajax, donde debutó a los 17 años en un triunfo por 2-0 contra Roda JC, y fue una de las joyitas de las cantera promovidas para aquel certamen de 1986/87, junto a Aron Winter, Ronald De Boer, Richard Witschge y una apuesta como Danny Blind, contratado desde el Sparta Rotterdam. Su primer año como profesional coincidió con la última temporada de Marco Van Basten y Frank Rijkaard (luego volvería en 1993), y terminó con algo más de veinte partidos y dos goles. Con el paso del tiempo, el volante creativo comenzó a tomar mayor protagonismo y fue una de las piezas que alzó la Eredivisie en la temporada 1989/90, un certamen que los «Hijos de los Dioses» no conseguían hacía cinco años. En las siguientes tres temporadas, el oriundo de Ámsterdam mostró su faceta goleadora: en 1990/91 fue goleador del certamen junto a Romario (PSV) con 25 tantos. En las restantes dos fue el máximo anotador, con veintidós y veintiséis goles respectivamente. Gracias a sus buenas actuaciones se ganó el llamado de Rinus Michels para la Selección, que tenía como objetivo borrar rápidamente el fracaso de Italia ’90. Justamente en un amistoso contra la Azzurra, el cual ganó 1-0, fue su debut con la camiseta «Tulipán». Años después sería convocado para la Eurocopa de 1992 en Suecia. Si bien el mediocampista del Ajax fue uno de los goleadores de la Euro con tres goles, los comandados por Michels cayeron por penales en semifinales ante Dinamarca, que entró «por la ventana» y terminó siendo el campeón.
Su poderío ofensivo llamó la atención de los grandes equipos de Europa. Barcelona, Real Madrid, Milan e Inter fueron algunos de los grandes del continente que buscaron contratarlo. «Johan Cryuff (quien lo hizo debutar) me aconsejó que no fuera al Real Madrid porque no tendrían lugar, quería que me vaya con él pero yo siempre quise ir a Italia porque era la liga más importante del momento. Como en el Milan estaban Van Basten, Ruud Gullit y Frank Rijkaard, opté por armar las maletas e ir al Inter», fueron las declaraciones de Bergkamp cuando se le consultó por qué se inclinó por el Neroazzurro. Luego de siete años, se despidió del Ajax con más de cien goles y la conquista de un torneo local, dos Copas de los Países Bajos y una Supercopa. El Inter, que desembolsó un poco más de siete millones de euros, se transformó en su nuevo hogar para las siguientes dos temporadas. Un combinado que quería mejorar la performance del año anterior, donde finalizó segundo, y terminar la hegemonía de su vecino, que llevaba dos títulos ligueros consecutivos. Para esto contrató a Bergkamp (llegó con su compatriota Wim Jonk), para formar dupla con Rubén Sosa, la figura del plantel, o Salvatore Schillaci.
Para desgracia del pueblo interista, vio cómo el Milan se quedó con la Serie A y su equipo naufragaba por mitad de tabla. En el ámbito internacional fue diferente, ya que se consagró campeón de la Copa UEFA dejando en el camino al Borussia Dortmund de Mathias Sammer, al Cagliari, que sorpresivamente eliminó a la Juventus en cuartos de final, y a Casino Salzburgo en el partido decisivo. Bergkamp fue el goleador del torneo con ocho tantos. Además de los goles en el torneo europeo, el neerlandés anotó siete en la liga. Finalizó el primer semestre del 94 y viajó a Estados Unidos para jugar el Mundial. Los dirigidos por Dick Advocaat sortearon la zona de grupos, donde fueron líderes, vencieron a Irlanda en los octavos de final pero se toparon con el Brasil de Bebeto y Romario en los cuartos. Otra desilusión para un país que comenzaba a ver cómo pasaban generaciones de grandes futbolistas y todavía faltaba la copa mundial en la vidriera. En el plano individual, marcó tres goles y fue uno de los puntos más altos de la Orange. Más allá de lo deportivo, su desembarco en suelo norteamericano lo marcó para toda la vida. Aquel viaje en avión aumentó su trauma y su miedo a volar, lo que lo llevó a tomar la decisión de nunca más subirse a uno de ellos.
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Para su segundo año en Inter, con Ottavio Bianchi en el banco de suplentes, las cosas no cambiaron. Un equipo con un perfil defensivo y sin lugar para él, que también sufrió varias lesiones que lo tuvieron alejado de los campos por muchos encuentros. Massimo Moratti y sus billetes llegaron para salvar al club. Mientras el empresario apostaba a los juveniles con las contrataciones de Roberto Carlos, Javier Zanetti y Caio, además del experimentado Paul Ince, Bergkamp observó a Maurizio Ganz, de buenas presentaciones en Atalanta, llegar para ocupar su lugar. Ante esta situación, y con la poca adaptación al fútbol italiano, el holandés le pidió a Moratti, que compró la institución con la intención de devolverla a las primeras planas, salir hacia otro destino. Arsenal apareció en el horizonte del holandés, quien no dudó en cambiar Inglaterra por Italia. Estaba claro que la Premier League quería limpiar su imagen de liga áspera y física por una más de técnica, de mayor vuelo futbolístico, y algo reflejaba Bergkamp con su juego.
Los Gunners, que también contrataron a David Platt desde la Sampdoria, pagaron 7.500.000 € por su ficha. Con los fichajes del italiano y el Hombre frío, los londinenses jerarquizaban un plantel que tenía a sus hombres fuertes en defensa, como David Seaman, Lee Dixon o Tony Adams, pero que en ataque dependía mucho de la inspiración de Ian Wright. Durante su primer año, al igual que en su primera temporada en Milán, le costó adaptarse y hasta fue muy criticado por la prensa local. Su debut en las redes se dio con un doblete en la goleada sobre Southampton, por la séptima fecha. A pesar de mejorar a lo largo del curso, el nivel del holandés no fue suficiente para que Arsenal obtenga algún título. Por la liga, el conjunto finalizó quinto, asegurándose un lugar en la Copa UEFA; cayó en la tercera ronda de la FA Cup y perdió en la Copa de Liga a manos del Aston Villa de Dwight Yorke en semifinales, donde el neerlandés marcó un doblete que poco sirvió.
La segunda parte del ’96 lo encontró defendiendo la camiseta de su Selección en la Eurocopa y, al igual que en los últimas participaciones, Holanda defraudó. Una goleada en contra frente a Inglaterra en la zona de grupos y eliminación por penales a manos de Francia en los cuartos de final fueron la performance de la escuadra en suelo inglés. El mediapunta se despidió con un gol frente a Suiza en la victoria por la primera fase.
La temporada 96/97 tuvo un comienzo caótico para el Arsenal. Bruce Rioch abandonó su puesto por problemas con la dirigencia, asumiendo Arsene Wegner en la novena fecha, tras los interinatos de Stewart Houston y Patrick Rice. En el plano futbolístico, el Arsenal tomó mayor protagonismo en el certamen doméstico, donde terminó tercero, aunque estuvo lejos del Manchester United, que lo aventajó por siete puntos. Por las copas locales, en FA Cup y Copa de Liga, quedó eliminado en la cuarta fase, mientras que por la Copa UEFA perdió en la primera ronda contra el Borussia Mönchengladbach de Stefan Effenberg.
Al año siguiente siguió el arribo de futbolistas franceses y holandeses, los predilectos de Wegner. Marc Overmars y Emmanuel Petit se sumaron para dar el salto de calidad de un elenco que fue protagonista en el ámbito local. En materia de Premier, los dieciséis goles de Bergkamp lo catapultaron como el goleador de un equipo que se alzó con el título después de seis años de escasez. La FA Cup, donde el Tulipán anotó tres tantos, fue el otro laurel tras vencer al Newcastle en la final, mientras que en la Copa de Liga se tuvo que conformar con el segundo puesto ya que Chelsea se quedó con el trofeo al vencer a los de Wegner por 3-1 en el partido decisivo. Bergkamp fue el encargado de decorar, desde los doce pasos, el resultado final. El plano internacional no fue el mejor, cayendo en la primera ronda contra el PAOK luego de un global de 2-1, siendo el holandés quien marcó el gol de los ingleses. A nivel colectivo, la conquista del torneo local y copa; en lo individual, los números arrojaron veintidós goles y doce asistencias.
La mitad de 1998 lo tuvo en Francia para jugar el Mundial, donde volvió a mostrar toda su calidad. Holanda superó la primera fase como líder, relegando a México, Bélgica y Corea del Sur; en octavos venció a la Yugoslavia de Pedja Mijatovic, en cuartos a Argentina -con una gran actuación del Hombre Frío– pero en semifinales se toparon con Brasil y cayeron por penales, en uno de los mejores partidos en la historia de los mundiales. Haciendo un asterisco en su participación mundialista, los argentinos recordamos aquel duelo en el Vélodrome de Marsella, la tarde en que Dennis se encargó de hacer llorar a todo un país. Uno de los De Boer metió un pelotazo en busca de Bergkamp, quien en dos movimientos bajó la pelota y eludió a Roberto Ayala para luego definir «tres dedos» al palo derecho de Carlos Lechuga Roa. 89 minutos y la Naranja a semifinales. Finalmente, el elenco comandado por Guus Hiddink finalizó en cuarta posición al perder en el partido consuelo ante la sorprendente Croacia de Davor Suker y Robert Prosinecki. Hablando de lo individual, el futbolista del Arsenal finalizó la Copa del Mundo con tres tantos y pinceladas de por qué era catalogado como uno de los mejores de la década de los ’90.
En su regreso al estadio Highbury, no todo fue color de rosa. Manchester United se cruzó en el camino de un combinado que no pudo repetir el título liguero mientras los dirigidos por Alex Ferguson se convertían en su verdugo. El retiro de Platt y la salida de Wright afectaron por demás el potencial ofensivo, algo que se vio reflejado en los 59 goles en 38 partidos, muy por debajo de los 80 tantos de los Diablos Rojos, el campeón. La segunda posición, a solo un punto, fue el resultado final en la Premier League. Por la FA Cup también el United se ocupó de terminar con los sueños de Bergkamp & Cía, al ganarle 2-1 en el partido replay durante tiempo suplementario. El holandés marcó el empate transitorio pero Ryan Giggs selló el resultado final. La Copa de Liga tampoco tuvo un desenlace feliz ya que perdió por 5-0 frente al Chelsea, por la cuarta ronda. En el plano internacional, Arsenal no superó la primera fase de la Champions League, donde el Dinamo de Kiev de Kakha Kaladze, Serhiy Rebrov y un joven Andriy Shevchenko se quedó con el pasaje a la siguiente instancia. El número final del jugador Tulipán registró dieciséis goles, siendo el segundo goleador del elenco por detrás de Nicolas Anelka.
Para la 99/00, la versión de Bergkamp mutaría en su rol. Dejó de ser el jugador de área para transformarse en uno más armador, creando un triángulo con Nwankwo Kanu y Thierry Henry. El nigeriano ya llevaba un año en el club, entrando mucho desde el banquillo, mientras que Titi significó una apuesta luego de un mal paso por Juventus, situación muy parecida a la que vivió Iceman en el Inter. Hablando desde lo grupal, el Arsenal finalizó segundo por el torneo local, otra vez por debajo del United, cayó en la cuarta ronda de la FA Cup y Copa de Liga, mientras que por Champions League quedó afuera en zona de grupos, clasificando Barcelona y Fiorentina a octavos de final. Al finalizar tercero se ganó un lugar en la Copa UEFA, donde fue derrotado por Galatasaray en la final. El Parken Stadium de Copenhagen fue el escenario de otro traspié en la carrera de Dennis Bergkamp, que terminó con tres goles en el certamen europeo y siete en toda la temporada.
Como todo jugador de Selección, a mitad del 2000 se trasladó a su país para jugar la Eurocopa, una presentación que ilusionaba a los futboleros de los Países Bajos, que albergaban un torneo continental y contaban con una generación madura y preparada para lograr un campeonato a nivel selección, algo que solo festejaron en la Euro ’88. A pesar de formar parte del «Grupo de la Muerte», salió ileso y terminó primero, superando a Francia -campeón mundial-, Dinamarca y República Checa. En cuartos de final golearon a Yugoslavia por 6-1, lo que aumentaba la esperanza de alzarse con el trofeo. Para desgracia de holandeses, Italia se topó con los dirigidos por Frank Rijkaard y los eliminó por penales. Luego de aquel duelo, el Hombre Frío tomó la decisión de retirarse de la Oranje, quizás pensando ya en el viaje en barco a Corea y Japón 2002. Su miedo a volar, ese que lo hizo firmar una cláusula en su contrato con Arsenal, pudo haber sido un aliciente importante para tomar esa resolución.
En su regreso a Londres, la salida de Petit y Overmars, para el segundo semestre del 2000, insinuó una depuración de plantel que lo tendría como próxima víctima. Sin embargo, eliminando cualquier tipo de especulaciones, extendió su vínculo y mató toda suposición. Más allá de la renovación de su contrato, la llegada de Sylvain Wiltord lo relegó al banco de suplentes, siendo el jugador número 12. Al igual que en las últimas dos temporadas, Arsenal secundó al Manchester United en el torneo inglés, en desventaja por diez puntos. Por Copa de Liga quedó afuera, como local, en la tercera ronda frente al Ipswich Town, mientras que en la FA Cup llegó hasta la final, donde no pudo vencer al Liverpool de Michael Owen, quien en los últimos minutos marcó un doblete para quedarse con el torneo más antiguo. Por Champions League, arribó hasta cuartos de final, instancia en que se cruzó con el Valencia, que se quedó con la serie por la ventaja de gol de visitante.
La 2001/02 sería el comienzo de una etapa importante para los londinenses, que lograron coronarse en más de una osasión. Obtuvieron el torneo local luego de tres años de sequía, relegando al Liverpool al segundo puesto, una especie de venganza tras aquella final perdida año atrás por la copa nacional. Justamente, este último torneo fue la otra consecución, al vencer al Chelsea en el duelo decisivo, siendo el holandés el goleador del Arsenal con tres goles. En cuanto a la participación de los ingleses en UCL, los dirigidos por Wenger no pudieron superar la segunda fase, quedando por debajo del Bayer Leverkusen y Deportivo La Coruña. Una temporada de ensueño, ya que también consiguieron la Community Shield, lo que selló un triplete que hasta el momento no fue superado.
En la previa del 2002/03, tras los retiros de Tony Adams y Lee Dixon, la imagen de Bergkamp creció en sus compañeros, algo que siempre fue destacado por sus pares. Sus años en la institución y su experiencia internacional fue importante para empalmar un plantel que contaba con muchos juveniles. Para desgracia del mundo Arsenal, Manchester United volvió a decir presente y truncó los sueños del bicampeonato. Los Diablos Rojos finalizaron con 83 puntos, cinco unidades por encima de Artilleros. El papel del neerlandés lejos estuvo de ser el de años anteriores y apenas marcó siete goles. La desazón más fuerte fue la eliminación en la segunda ronda de la Champions League, donde no pudo avanzar en un grupo que dominaron Valencia y Ajax. La derrota ante el conjunto español, por la última jornada, sentenció la salida de un combinado que sólo conquistó un punto de los últimos seis y vio cómo se deshacía un sueño que en las primeras fechas parecía «pan comido».
Para un cuadro fue el año posterior. Wenger declaró en la previa: «Nadie terminará por encima nuestro durante esta liga. Es más, no me sorprendería si terminamos la campaña invictos». Y su Arsenal entró en los libros de historia de fútbol y en la retina de los fanáticos de este deporte, de esos que se vinculan con alineaciones sin importar el color de la camiseta. Los Gunners lograron algo que no sucedía hacía 115 años en Inglaterra: ganar un torneo de forma invicta. Para encontrar un antecedente de está envergadura, había que retroceder hasta la 1888/89, cuando el Preston North End se quedó con la liga después de veintidós partidos sin perder. Claro, la diferencia está entre la cantidad de partidos, los 22 de los Lirios Blancos contra los 38 de los de Londres. Los 90 puntos, producto de los veintiséis triunfos y doce empates, fueron la frutilla del postre de un plantel que quedó en la posteridad. Incluso, unos años después, el Daily Mail consideró a aquel Arsenal como el quinto mejor equipo de la historia.
Tan importante fue el logro que la federación inglesa conmemoró al club con un trofeo de oro. Dentro de la alineación, con un doble cinco con Patrick Viera y Gilberto Silva, Bergkamp era el socio ideal de Henry y la pausa necesaria para tanto vértigo, ese que aportaban Robert Pires y Fredrik Ljungberg entre otros. Además, el holandés fue galardonado en dos ocasiones como el mejor jugador del mes. Aquella temporada fue la muestra en su esplendor del Bergkamp asistidor, siendo gran responsable de los 39 goles de Henry. Más allá de la conquista del certamen liguero, el Arsenal cayó en las semifinales de la FA Cup y Copa de Liga, mientras que por Champions League llegó hasta los cuartos de final, donde perdió con el Chelsea.
Los resultados finales de la 2004/05 no fueron los deseados, o mejor dicho, los esperados. Escolta del Chelsea, el nuevo millonario de la Premier, eliminado en la quinta ronda de la Copa de Liga a manos del United, y en UCL fue el Bayern Münich el encargado de derrumbar los sueños en octavos. La única alegría fue la FA Cup, donde venció por penales al conjunto rojo de Manchester. Iceman terminó la temporada con ocho goles y casi 30 partidos disputados.
La 2005/06 fue la última de Dennis Bergkamp como jugador profesional. La derrota en la final de la Champions League, con Barcelona como culpable, fue la despedida de uno de los mejores jugadores en la historia del Ajax y Arsenal, sin dudas. Su desgaste físico, que no le permitió jugar más 20 partidos, puso fin a la carrera de unos de los mejores futbolistas de los ’90. Una carrera que lo llevó a lograr una Eredivisie, dos Copa de Holanda, una Supercopa holandesa, tres Premier League, cuatro FA Cup, cuatro Community Shield, además de una Recopa europea y dos Copa UEFA. Pero más allá de los laureles grupales e individuales, considerado como el cuarto mejor futbolista que dio Holanda en toda su historia, dejó su sello por su templanza y frialdad para practicar un deporte que muchas veces es devorado por las presiones externas. Quizás algún título a nivel selección o una UCL fueron las cuentas pendientes del ‘compañero perfecto’, como lo tildó Thierry Henry. Sin dudas, un hombre frío que enamoró a los corazones calientes del fútbol mundial.
- AUTOR
- Claudio González
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