El fútbol sabe de analogías, estas se pueden medir en imágenes y la más clara se remite a los últimos minutos de Costa Rica en suelo ruso. El suspenso y (por fin) la buena fortuna estuvieron a favor del elenco centroamericano, que en los pies de Bryan Ruiz a través del punto penal llegó a la igualdad, tras el nucazo de Yann Sommer y el desvío al gol.

Más allá del análisis futbolístico, esos últimos instantes resumieron el camino recorrido de los dirigidos por Óscar Ramírez en Rusia 2018. Duro y repleto de obstáculos, con ilusión y mala fortuna en los momentos clave. Con unión y esperanza en la derrota ante Brasil. Con hidalguía y esfuerzo para llevarse un punto ante Suiza.

Desde lo estrictamente táctico, el esfuerzo no fue suficiente en un grupo que a priori ya era muy complicado por la talla de los rivales que debía enfrentar. Una defensa flexible y un dibujo bipolar que mutó de un 5-4-1 a un 3-5-2 según la ocasión desnudó cierta incomodidad en los intérpretes a lo largo del certamen.

Encasillar a un jugador de jerarquía como Bryan Ruiz en una de las bandas le restó brillo y fluidez al ataque. Sólo en los momentos donde se soltó fue el socio ideal para Joel Cambell, el mejor jugador tico en el cierre del grupo E. El doble 5, conformado por David Guzmán y Bryan Oviedo, se mostró sólido en líneas generales, pese a las arremetidas del Scratch y a la desatención del gol de Serbia en el debut, que finalmente terminaron pagando muy caro.

La suerte tampoco jugó de su lado. Tras una primera media hora superadora en la presión y la soltura para enfrentar a Suiza, llegó el 0-1 hasta el momento inmerecido y la conclusión de una primera parte abajo en el marcador tras un gran esfuerzo colectivo.

A pesar de la derrota parcial, Costa Rica continuó dándole trabajo a Sommer y llegó a la  igualdad rápidamente. Aún repartiendo puntos, los suizos se aseguraban la clasificación a octavos de final, pero igualmente las situaciones más claras estuvieron del lado costarricense. Aunque, como no podía ser de otra forma, el orgullo por despedirse de la mejor manera de tierras rusas se vería opacado por el gol de Josip Drmic. Era el 2-1 y mucho premio para uno y demasiado castigo para otro.

De todas maneras los últimos instantes del encuentro son los que dejaron de pie a los más de 43.000 espectadores del Nizhni Nóvgorod. Un penal bien sancionado a favor de los ticos dejó en los pies de Ruiz la responsabilidad de emparejar las acciones. La ejecución no fue del todo buena y el gol llegó tras un rebote en Sommer, quien con la nuca terminó decretando el 2-2 con un gol en contra.

Para Costa Rica fue un buen premio consuelo y su segundo Mundial donde no puede llevarse al menos un triunfo en su historia. Para Suiza, fue el cuarto pasaje a octavos en cinco participaciones (sólo en 2010 cayó en fase de grupos).  El próximo rival será Suecia, que se quedó con su grupo tras golear a México, encuentro que se disputará el próximo martes en el Zenit Arena.