España dejó una mejor imagen en su primer partido frente a Portugal, en el que empató, que en su segundo encuentro ante Irán, en el que se llevó los tres puntos. Ante un conjunto como el iraní, que se caracteriza por ser un equipo muy trabajado defensivamente pero que se queda algo corto en cuanto a talento ofensivo, los de Fernando Hierro mostraron debilidades. El desarrollo fue similar durante gran parte de los 90 minutos, excepto por un rato en el final se la segunda mitad. Los iraníes defendieron con un bloque bajo y replegaron con sus 11 futbolistas, tratando de minimizarle a los españoles todos los espacios posibles. Al campeón del mundo en Sudáfrica 2010, a pesar de circular rápido la pelota y de tener movilidad, le costó crear chances de gol.

Hierro recuperó a Dani Carvajal en el 11 inicial e introdujo una variante, el ingreso de Lucas Vázquez por Koke. Buscó ser profundo por las bandas y generar más amplitud ante el cerrojo de Irán. No obstante, no le terminó de funcionar del todo ese cambio y España tuvo complicaciones para abrir la defensa de su rival. Para llegar por dentro fue complejo, necesitaron de toques muy precisos que no consiguieron los futbolistas, y por afuera tampoco lograron superioridad con los hombres de banda.

A España le costó quebrar la resistencia de Irán

El segundo tiempo comenzó de igual manera, pero con una Furia que mejoró sobre todo gracias a las intervenciones de Isco Alarcón. Luego de algunas atajadas del arquero Alireza Beiranvand, llegó el gol de Diego Costa tras un rebote fortuito, e Irán se vio obligado a adelantar líneas para buscar el empate. Con ese progreso sobre el campo, los iraníes mostraron ciertas deficiencias de los españoles, e incluso les anularon un gol en el minuto 61. Los de Hierro defienden muy arriba en general, y logran hacerlo gracias a que tienen una pareja de centrales, con Gerard Piqué y Sergio Ramos, prácticamente inigualable para las otras 31 selecciones en cuanto a jerarquía y nivel. Ambos, por sus capacidades, pueden cubrir mucho campo y dejar un enorme espacio por detrás, y sin embargo hay momentos en los que no alcanza únicamente con ellos para sostener al equipo. Portugal e Irán fueron un aviso.

Otras preocupaciones, para España, tienen nombre y apellido: David De Gea y Andrés Iniesta. El arquero del Manchester United se mostró totalmente inseguro frente a Irán, se quedó clavado debajo de los tres palos y no salió a buscar centros que debería haber cortado. Probablemente, su error contra Portugal lo condicionó mentalmente. Mientras, el ex Barcelona parece estar lejos del ritmo que se impone en esta Copa del Mundo. Por ahora le viene faltando esa chispa tan característica del manchego, porque el juego en su cabeza lo tiene, pero su cuerpo no responde del todo.

Iniesta aún no ha dado todo de sí

Los dirigidos por Carlos Queiroz completaron un partido sobresaliente, con su manera de defender pero, después, cuando tuvo que salir un poco más y adelantarse, también lo complicó a España. En el minuto 81, Vahid Amiri le tiró un caño a Piqué, mandó un centro al área y Mehdi Taremi estuvo a punto de igualar el marcador; el cabezazo se fue a unos centímetros del travesaño. De todas maneras, España se repuso al empate en el debut del Mundial y aún no está clasificado, pero sí se encuentra más cerca de hacerlo. Además, continúa siendo la selección con el mejor plantel de Rusia 2018 y, a medida que avance de rondas, se hará más peligroso.