América
“Esto se disfruta el doble, es lo que soñábamos”
Con 44 años y mucho camino desandado por el ascenso, Sergio Rondina se encuentra en su primera etapa como entrenador de un club de Primera. Arsenal, la institución donde fue ídolo como jugador (actuó allí entre 1992 y 1998), le brindó la posibilidad, tras haber dirigido en muchas categorías y lograr un hecho histórico con Villa Dálmine. Actualmente, su equipo está en las primeras planas, cerca del liderato de la Zona 1 del campeonato local, y se ilusiona de cara al final de competencia. El Huevo habla de Arsenal, las diferencias entre la máxima categoría y las menores y su relación con Christian Bragarnik -cabeza principal del grupo empresario que invierte en el club desde principios de año-.
– Es tu primera experiencia en un club de Primera. ¿Cómo es haber dado el salto?
– Esto se disfruta el doble, es lo que soñábamos. No solo hablo por mí, lo hago por el cuerpo técnico. Llegamos a Primera en el club que queríamos estar, entonces la adaptación se hizo más fácil.
– ¿Qué significa Arsenal para vos?
– Soy muy hincha de Midland, porque me crié adentro del club y fui jugador, técnico, dirigente… Pero Arsenal me ha formado como jugador de fútbol, como persona. Entonces, sin duda que es algo importante en mi vida y en la de mi familia.
«Soy muy hincha de Midland, porque me crié adentro del club y fui jugador, técnico, dirigente… Pero Arsenal me ha formado como jugador de fútbol, como persona»
– ¿Qué diferencias encontraste en el último tiempo entre el fútbol de primera y el ascenso?
– Hay mucha diferencia en la estructura de los clubes. Las condiciones en que trabajas, los campos de juego, gimnasio, todo lo que rodea al plantel profesional o el cuerpo médico. En la utilería hay mucha diferencia. Y obviamente, la calidad de los jugadores, se resuelve más rápido, está la técnica del jugador y la fortaleza física. Hay diferencias con respecto al ascenso.
– Dijiste anteriormente que los jugadores de Primera son más receptivos, ¿crees que la capacidad de absorción de un mensaje es lo que diferencia a los jugadores de la élite?
– Sí, no en todos los casos, pero a la mayoría no hace falta repetirle mucho las cosas. En el ascenso quizás está más equiparada la balanza, en el sentido que algunas indicaciones hay que decirlas más que otras. Lo que yo he notado en este tiempo que llevamos en Arsenal es que se captan más rápido las consignas de los trabajos.
– Se nota ya un estilo de juego en tu equipo, ¿cómo lograste que se adapte a tu búsqueda en tan poco tiempo de trabajo?
– Es gracias a los jugadores también. Nosotros arrancamos jugando con un sistema de juego y fuimos mutando por distintos factores. Porque el rendimiento no era el que uno esperaba, por la lesión de Joaquín Boghossian que era nuestro hombre en el área. Su estilo de juego hacía que lo aprovecháramos mucho, y debimos cambiar el sistema táctico. Le fuimos buscando la vuelta. Trabajamos mucho, en orden, a mí me gusta que los equipos sean ordenados. Fue apareciendo el equipo, falta todavía y tenemos que mejorar mucho, pero estamos bien.
– A partir de la salida de Boghossian, ubicaste a Mariano Barbieri, un jugador que no es centro delantero, como punta de ataque. ¿Qué diferencias encontraste entre uno y otro y la forma de atacar?
– Nosotros salteábamos mucho a los volantes para jugar con Joaquín, jugábamos a la segunda pelota. Él generaba que los centrales contrarios continuamente tengan que respaldar porque si la peinaba podían ganarle las espaldas, o que un ‘5’ se retrase. Hoy podemos sacar provecho de la velocidad de Barbieri, tenemos que intentar una salida mucho más prolija y no saltear tanto las líneas.
– Durante el campeonato, algunos partidos han cambiado de rumbo por tu visión desde el banco, ¿crees que una virtud producto de la experiencia?
– No, diría que el cambio sale bien o mal dependiendo de cómo entre el jugador y lo que pueda hacer dentro de la cancha. Es la realidad. Después, lógicamente, tantos años dirigiendo…y no solo me pasa a mí, les pasa a todos los técnicos. Vas sumando experiencia, son cosas que antes con la juventud no las veías. Pero, te repito, los cambios son buenos o malos en función de cómo ingrese el jugador y si el equipo da vuelta el resultado.
– ¿Cuál crees que es la principal virtud de Arsenal?
– El grupo humano. Por lo que trabaja, cómo se entrena cada día, el profesionalismo que tienen los chicos dentro y fuera de la cancha. Y el hambre que tienen. Todos jugamos por algo; nosotros, como cuerpo técnico, que ellos nos den la posibilidad de dirigir mucho tiempo en Primera con su rendimiento. La gente grande que vino, porque quiere demostrar que tiene hilo en el carretel para seguir jugando en la máximo división del fútbol argentino. Los que se quedaron, para borrar la mala campaña que hicieron el torneo pasado. Los chicos del club que buscan consolidarse, peleándola de abajo con el objetivo de demostrarse a ellos y a los demás que tienen nivel para jugar en Primera. Todos tenemos desafíos por delante, y pusimos una meta a nivel grupal, no individual. Eso me parece lo bueno de este Arsenal.
«Todos tenemos desafíos por delante, y pusimos una meta a nivel grupal, no individual. Eso me parece lo bueno de este Arsenal»
– Antes de comenzar el torneo, señalaste que el objetivo de Arsenal era conseguir entre 20 y 25 puntos en el torneo. Están muy cerca de conseguirlo.
– (Interrumpe) 20 o 21, 25 son muchos ya. Hay mucha diferencia entre 20 y 25. La idea es pasar los 20 puntos. Sinceramente, en la charla que tuvimos con los dirigentes coincidimos en que era lo que buscábamos para estos primeros seis meses.
– Y si lo consiguen, ¿cuál es el objetivo?
– Seguir sumando. Hace un par de fechas que Arsenal estaba salvado con el tema de los promedios, aunque si ves el promedio del año que viene la aguja no se movió nunca. Estamos haciendo una campaña muy buena, pero después hay cuatro descensos, entonces hay que engrosar. Quedan cinco fechas, hay que intentar sumar la mayor cantidad de puntos posible con ese objetivo, ver si nos da para pelear el ingreso a una Copa o nos da para más. Veremos, de a uno o de a tres, estas fechas tenemos que tratar de sumar todos los partidos.
– En casi todos los partidos repetiste la defensa integrada por Vella, Curado, Bottinelli y Corvalán. ¿Encontraste regularidad en ellos?
– Sí, hay experiencia, hay juventud. Existe un buen nivel de los cinco, contando a (Fernando) Pellegrino. Salvo que sea por algún caso de lesión o expulsión, hemos contado con todos ellos.
– Te pido una opinión sobre Christian Bragarnik
– Lo único que puedo decir sobre Christian es que el club está ordenado, estamos al día. Es cuestión de sueldo y no nos hacen faltar nada. Tenemos charlas de fútbol, hablando de jugadores, en proyección de los refuerzos. Sinceramente, yo no lo conocía hasta llegar a Arsenal, él tampoco me conocía a mí. Respetó nuestro trabajo, y uno al tratarlo se da cuenta que puede trabajar tranquilo. No puedo decir otra cosa que estar contento con cómo nos tratan. Más allá de que uno es hijo directo del club, al estar en un gerenciamiento y sin conocerlo, estoy muy satisfecho con cómo se dirigen hacia nosotros.
«Más allá de que uno es hijo directo del club, al estar en un gerenciamiento y sin conocerlo, estoy muy satisfecho con cómo se dirigen hacia nosotros».
– ¿Cómo calificarías el trabajo hecho en Villa Dálmine, donde lograste un ascenso histórico? (En 2014, el equipo violeta regresó a la B Nacional tras 21 años).
– No, yo no puedo calificar eso, no estaría bien. Voy a ser un agradecido de por vida a los chicos que he dirigido en Dálmine. El rendimiento de ellos potenció todo para que nosotros hoy dirijamos en Primera. Conseguí mi primer ascenso como entrenador, luego de buscarlo mucho tiempo. Me pone feliz viendo el presente de muchos de ellos. Después, lo que hicimos en el club, nosotros no somos los indicados para decir cómo lo calificamos.
– Dentro de tu trabajo profesional, ¿crees que son más importantes los conocimientos futbolísticos o la capacidad de gestión de un grupo?
– Las dos cosas. Si vos tenés gestión y no conocimiento, hay una parte incompleta. Del otro lado lo mismo, porque si tenés mucho conocimiento y no un buen manejo de grupo, o no sabes llegarle al jugador, en algún momento se te va a complicar.
– ¿En qué entrenadores te has fijado para moldear tu propio paradigma de juego?
– Un técnico con el que aprendí mucho es Roberto Iturrieta. Me ha marcado, desde que lo tuve como entrenador, por su manera de trabajar. Luego, cuando haces primaria, secundaria y facultad, haber trabajado un año con Coqui Raffo cuando todavía no era coordinador de Boca y tenía el centro de entrenamiento para jugadores libres, fue para mí como haber ido un año más a la facultad para seguir perfeccionándome. Igualmente, sacas cosas de todos los técnicos que tuviste. Si tengo que destacar a dos, no dudo en nombrar al Vasco Iturrieta y a Raffo, que me permitió aggiornarme en esto.
- AUTOR
- Nicolás Galliari
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