Historias
Frank Worthington, genio y figura
Todos hemos escuchado alguna vez de George Best, el famoso jugador norirlandés, tanto dentro como fuera del terreno de juego. Es justo entonces que todos conozcamos a Frank Worthington, Frank fue una vez descrito por su entrenador Ian Greaves como el “George Best de la clase trabajadora”.
Basado en esta descripción está claro que el protagonista de esta nota no solo destacaba en la cancha sino también era un “genio” fuera de ella. Nacido el 23 de noviembre de 1948. Debutó en la liga inglesa con el Huddersfield Town pero no fue hasta su paso al Leicester City donde se convirtió en ídolo y figura indiscutible de su club, participó en 210 partidos y anotó 72 goles. Como jugador particular que era, es curioso notar que tuvo una carrera sumamente larga, en la que disputó 828 partidos y terminó marcando 260 goles, más curioso además que en su última temporada en el Halifax Town fue tanto jugador como entrenador. Aunque durante los años ’70 fue figura en la liga inglesa, tuvo poca oportunidad para competir internacionalmente pues solo tuvo participación en ocho partidos con la selección absoluta en la que anotó dos tantos.
Pero además de ser recordado en el Leicester como un gran jugador e ídolo del equipo en esa época, el inglés también es sumamente conocido por sus comentarios fuera de la cancha y por sus gustos, poco comunes para lo que hoy se espera de un jugador profesional, desde temprano en su carrera tuvo problemas con sus entrenadores, que sufrían para castigarlo pues era un jugador fenomenal.
Cuando aún era jugador del Huddersfield en el que se hizo profesional a los 16 años, tuvo la posibilidad de ir al poderoso Liverpool dirigido por Bill Shankly, dado que en su equipo descendido Frank había solicitado un traspaso. Después de hacer un buen papel con un seleccionado juvenil inglés, el interés de los Reds apareció, pero el jugador no superó las pruebas médicas por presión alta. Luego mencionaría que su padre había muerto poco antes de esa prueba por lo que era probable que su cuerpo no estuviera aún 100% bien. El equipo por esto lo envió de vacaciones a Mallorca, España, para que se relajara, aunque el jugador tenía en el momento una novia que era nada más y nada menos que Miss Gran Bretaña. El mismo Frank cuenta que durante sus vacaciones y durante el vuelo “conversó” con otra pasajera, y luego ya en tierras españolas tendría un trío con dos suecas, quienes curiosamente eran madre e hija, y luego con otra mujer belga. Todo esto, pueden ustedes imaginar que lo haría con el abuso de sustancia de por medio. Después de sus “relajantes” vacaciones, el jugador volvió a Liverpool para una segunda prueba médica y volvió a ser un fracaso por lo que el conjunto rojo se echó para atrás con el fichaje.
Worthington se tuvo que conformar con un fichaje por un club menos poderoso, aquí es donde aparecen los Zorros pero es en este equipo donde tiene sus mejores años. Aunque no era un goleador definitivo, su promedio fue de casi un gol cada tres partidos. Fue muy popular por lo espectacular de su fútbol, por jugadas muy llamativas que incluso hoy son mal vistas en ciertos momentos. También durante su tiempo en este equipo tuvo más de sus problemas personales pues se dio su divorcio con una mujer sueca que embarazó durante unas fiestas navideñas y que dejó al jugador con muchos problemas económicos.
Una vez le preguntaron por su rival más fuerte, Worthington respondió sin dudar: “Mi exesposa”. Sus problemas continuaron cuando aseguró que en su equipo habían uno o dos buenos jugadores, los demás «eran trabajadores». Más tarde aclaró que para nada era una crítica a sus compañeros y que no se arrepentía de lo que había dicho. Lastimosamente para el jugador, su entrenador ya no soportó más actitudes del mismo y lo separó del equipo.
Poco después, ficharía por el Bolton donde se reencontraría con su exentrenador en el Huddersfield Town, Ian Greaves. Aún cuando el DT apostó fuerte por él (fue en el momento la compra más cara en la historia de los Trotadores) la relación entre los dos no estuvo libre de problemas. De hecho a poco de su llegada, Greaves se hartó de escuchar durante nueve horas la música de Elvis, ídolo de Worthington, y tiró el cassette por una ventana. Enojado, Frank se rehusó a hablarle durante una semana. De todos modos, esas tensiones bajaron y Worthington ayudó al Bolton a lograr el ascenso. Además, posteriormente Frank aceptó que su entrenador le ayudó mucho en su vida y principalmente post divorcio. De hecho, confirmó que le ayudó a medirse con sus salidas nocturnas pues antes de él solía escaparse todos los días de la semana y después de sus conversaciones y su influencia empezó a “solo” salir seis veces a la semana.
Después de su paso por la institución de Manchester, el jugador pasó por múltiples equipos dando espectáculo por doquier y disfrutando de su vida sin parar, una vez dijo: “Es más importante la forma en la que juego a que gane el equipo”. Con esto se puede resumir mucho de cómo era como jugador y como persona. Genio y figura dentro y fuera de la cancha, como él dice, sin ningún arrepentimiento en la vida.
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- AUTOR
- Adrián Pacheco
One Comment
David
24. mar, 2021Soy un inglés y aficionado del Leicester. Fui a ver a Frank jugando muchas veces en los 70s. Gracias por su homenaje. Descansa en paz Frank